Cap. 6 pt2. Navidad.

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El tiempo se había detenido o eso sentía, no dejaba de pensar en sus labios suaves y sus manos jugando con mi cabello acercándome cada vez más a ella, tenía mis manos en su cintura y quería tenerla más cerca, quería más pero tenía que tener su consentimiento, baje un poco las manos, sin poner oposición me dejó tenerla más cerca de mi, nos separamos pero aún la tenía sujeta lo que hizo notar la gran diferencia de estatura, al respirar ambos jadeamos un poco recuperando el aire que nos habíamos robado mutuamente

-gracias por llegar a mi vida, no sabes lo bien que me haces sentir- le sonreí mostrando mi felicidad, sus mejillas cambiaron a un rojo muy sutil

-si... gracias por todo y por cuidar de mi, me has ayudado a razonar algunas cosas- sonrió y sé puso de puntitas para alcanzarme mejor, yo estaba inmóvil para no interrumpir, me dio un beso en la mejilla y bajo con lentitud a mi pecho dónde se recargo -Ichigo no te hagas daño, no quiero verte sufrir, déjame alejarte de mi y que así tu vivas una vida normal- me abrazó mientras comenzaba a llorar

-es que de verdad no lo entiendes, eres terca y desconfiada, me has hecho enojar incontables veces, pero han sido más buenos momentos, no quiero alejarme de ti, no creo poder seguir la misma velocidad del tiempo sin ti a mi lado- sonaba bastante tranquilo a pesar del dolor que crecía en mi pecho, bese su frente y la tome en brazos hasta dejarla en su cama -quiero que digas que te quedarás a mi lado, que por más idiota y arrogante que me vuelva te quedarás junto a mi, en cambio yo te cuidaré y protegere con mi vida- sentada al borde de la cama y yo arrodillado me miro como si el alma se le hubiera roto en pedazos -Rukia, tu me gustas, me fascina todo lo que haces, no se que es lo que más me gusta de ti, nuca había sentido esto antes, en el escaso mes y medio que llevamos juntos no puedo dejará de pensar en ti, no sólo me agrada tu compañía- me acerqué poco a poco a sus labios y en susurros le hable -nunca estuve más seguro de querer proteger a alguien, puede sonar tonto pero siento que te conozco de toda la vida- me separe sin haber besado sus labios y la miré a los ojos, de los cuales brotaban lágrimas gruesas que advertían un gran dolor

-Ichigo... ¡IDIOTA!- me dio una bofetada, tal vez por no saber que más hacer y aún llorando me abrazó, hundiendo su rostro en mi hombro -tu deberías vivir una vida normal, siento que cada vez te quito un poco más de esa normalidad- sentía como mi camisa se humedecia con las lágrimas de Rukia -quiero tener una vida normal como la que tienes, te envidio y quisiera quedarme a tu lado, pero no quiero que te suceda nada, me has enseñado cosas tan simples que antes no conocía, yo....- respiro con profundidad y se quedó en silencio

-¿puedo quedarme a tu lado?- se quedó en silencio por otros minutos, no me veía ni me hablaba, estaba como ausente -No me dejes en incógnito- me soltó y al encontrar nuestras miradas negó con la cabeza mientras se limpiaba las lágrimas -por desgracia para ti, el que calla otorga, así que u opinión me da igual ahora mismo- me quite los zapatos y me metí a la cama, arropandonos al momento de acomodarme

-fuera de la cama, tu tienes tu propia habitación- se cubrió la cara con las sábanas como una niña pequeña

-Rukia no seas así conmigo, déjame dormir esta noche junto a ti- moví un poco la sabana y descubrí su rostro la sujete con ambas manos y me acerqué con lentitud -tienes unos ojos tan hermosos y se ven bien hasta cuando lloras, pero me gusta verte sonreír, me tranquiliza verte feliz- baje mis manos hasta sus hombros y sin permiso le hice cosquillas, le escuche gritar y reír desesperadamente, me pateo y golpeó pero no desistí hasta que una lágrima salió de sus ojos, la deje tomar aire

-Ichigo... eres... un tonto!- aún tomando aliento me reprendió pero se veía mejor, bastante relajada y más felíz

-Rukia...- no pude evitar irme sobre ella, acorraladola debajo de mi contra la cama, mis deseos me habían ganado

-Ichigo...- pronunció mi nombre con calma, en sus mirada se notaba su pensamiento, tenía miedo y curiosidad

-Rukia perdón, no debí hacer eso- estuve a punto de quitarme y dejarla ir pero extendió su mano y acarició mi mejilla

-no te preocupes, sólo no seas brusco, es mi primera vez- me acerqué a sus labios y la bese, no podía creer que me diera permiso de tener su cuerpo, me quite de ensima y me recoste a su lado, la acerqué a mi pecho y acaricie su cabello

-no deberías de darme ese tipo de libertad, además no estoy completamente cuerdo como para asegurar que no te haré tanto daño, me he pasado de tragos esta noche y a pesar de que podría dispararle a alguien en la cabeza sin fallar por el pulso que tengo que tener no aceptó que te entreges a un borracho por más que sea yo- se aferró a mi y tembló por lo que le había dicho, tardó poco tiempo en dormirse profundamente, estaba exhausta por la fiesta y por haber llorado, pasado un tiempo me dormí.

Desperté cuando unos rayos de luz tocaron mis ojos, con bastante sueño aún abrí poco a poco los ojos y me asegure de que Rukia aún estaba a mi lado dormida tan plácidamente que no me percaté que en la puerta estaba Orihime viendonos con emoción en los ojos. Le hice señas de que cerrará las puerta y luego le explicaría, pero en su lugar saco su teléfono celular y nos tomó varias fotos de diferentes ángulos, cubri a Rukia con las sábanas hasta la cabeza y acto seguido hice lo mismo, esto va a estar difícil de explicar ~pero me gusta la idea que se está formando, así que haré lo que pueda~

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