Cap. 9 Abismo

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Llegue más rápido de lo que creía a mi departamento, tenía la esperanza de que Rukia me esperaba en el interior de este pero vagamente sabía la repuesta.

Subí como una flecha, la desesperación me consumía, tenía que estar seguro de que ella en realidad no estaba arriba esperándome, al llegar al departamento me obligue a entrar, el departamento estaba a oscuras y al encender las luces me percaté de que había algo extraño en ese ambiente, algo que no encajaba, era una bolsa de ropa, que estaba puesta en un lugar específico, como si me obligaran a tener que verlo, estaba encima de mi cama, ese objeto perturbaba mi calma me dirigí con grandes zancadas hacia ese lugar sabía que nada bueno me esperaba dentro, pasaron unos minutos que se sintieron eternos.

Extendi la mano para tomar lo que había dentro, esperando a que fuera una pista de dónde encontrarla, algo cualquier cosa que me dijera que estaba bien, pero no fue eso, en su libra había ropa, era ropa mía y el vestido que mamá le había regalado a Rukia, pero me sorprendió mi ropa más que ver el vestido de ella, ya que eran unos vaqueros y una cazadora qué le había entregado a Kaien, había una nota en el fondo que me indicaba "que no buscará a la persona que exasperaba mi mundo, ya que sólo así podría volver a mi vida normal, sin ella."

Releí la nota varias veces ya que pensaba que estaba en un error, o tal vez porque pensaba que me daría una pista de dónde encontrarla, pero no era así no iba a ser así, mi cerebro estaba totalmente bloqueado no podía pensar en otra cosa que no fuera ella llorando encerrada o atada a algún lugar en donde ella no quería estar confinada.

Al llegar al hospital me llevaron a la habitación quince, que se encontraba tres plantas bajo el suelo en las cuales no había pacientes o mínimo no pacientes que fueran a salir, los pacientes normales debían de ser visitados por lo menos una vez al día y se encontraban en los pisos superiores lo que les permitía a las familias, a las enfermeras y a los doctores vigilarlos mejor ya que era un hospital general con bastante prestigio, la persona que se encarga de mí ya que no le consideró doctor, era un sujeto que no tenía respeto por la vida y que no me había matado antes porque eso no era su órden únicamente, pero a él le gustaba verme perder sangre lo cual me parece a un acto sumamente escalofriante y de mal gusto ya que en ocasiones me había quitado un poco más de lo debido, gracias a su estupidez he estado al borde de la muerte en más de una ocasión pero al parecer mi sangre se regenera con bastante facilidad para poder dejarme salir al día siguiente a la escuela.

En la habitación había peluches, flores, cuadernos, libros, lápices de colores, pinturas acrílicas y hasta una guitarra, nunca había ido a mi casa a dormir, no desde que descubrieron que mi sangre era compatible con mi madre y ésta le proporciona la salud.

Era como regresar a una jaula para niños, aunque no sabía tocar la guitarra me gustaban algunos sonidos que producía, siempre imaginaba que era libre y alguien tocaba para mí y yo tocaba el piano que ese encanto no acabaría nunca, encima de la cama había tres libros nuevos cómo cada semana llegaban, pero no me apetecía leerlos, no después de saber cómo era la vida fuera, no mínimo con Ichigo.

El mundo que había creado estaba colapsando, sentía las gotas de agua tocando mi piel sin siquiera estar en contacto con verdadera agua, aún en mi interior se encontraba ese sujeto, ese que había sido yo en algún momento

~vamos, quieres hacerlo, quieresss...~ aún escucho a ese tipo, lo odio no hizo nada más que darme problemas, sacudí la cabeza y traté de olvidarme de él, no tenía tiempo de estar pensando en eso era momento de estar buscando a rukia no a él, tenía tantas ganas de verla, tanto anheló de que aún esperaba a alguien, tenía ilusión, esperanza como si la tocará con sólo alargar un brazo.

-Ichigo... despierta- esa voz me es tan familiar

-¿Rukia?- abrí los ojos y me encontré recostado en el sofá, aún sólo -¡¡maldición!! ¿En que momento me dormí, por que lo hice?- respire con profundidad y me levanté, tenía que encontrarla hoy, ya no podía dejar pasar más tiempo perdido.

Al estar en el departamento algo parecía diferente, era como una sutil capa de esmalte que al parecer ocultaba algo en su interior, al salir note que no había gente que caminaba con desesperación a sus trabajos o algún lugar rn específico, no había ruido, yo era la única persona en todo el lugar, entre en pánico al no ser capaz de encontrar a más personas, al llegar a una de las avenidas más transitadas divise a lo lejos una figura encorbada, me dirigí lo más rápido que pude por instinto, al acercarme este avanzaba con mayor rapidez, hasta que se detuvo en la construcción de un hospital en el cual, yo quería tener el privilegio de trabajar al graduarme ese era mi objetivo, entonces la figura se tiró al suelo y alargando un brazo dibujo con su propio dedo "-3 piso 15 cuarto" una ligera estela de humo se levantaba en donde habían sido puestas las letras y un pequeño manchón había quedado grabada en el suelo, al comprender que tenía que entrar por algo importante avance con decisión y al entrar en el lugar una punzada atravesó mi brazo izquierdo, como si alguien me encajara una aguja, continúe caminando y a cada paso mi cuerpo se sentía más pesado, durante unos momentos no me moví de ese lugar, observé más allá de los pasillos blancos y de todas esas puertas que dirigían a diferentes habitaciones, lo observé todo en ni rango de visión tan detalladamente sin moverme un poco, tenía la sensación de que había alguien detrás mío, preparando mis últimos momentos, el silencio me aturdio y mi cuerpo cedió pero nunca sentí tocar el frío suelo decorado con losetas de mármol, en su lugar me sentía caer por un precipicio interminable y mi cuerpo ahora sintiéndose ligero parecía flotar en agua.

~si no subes a la superficie te vas a ahogar y ni tu ni yo viviremos~ trate de respirar pero fue lo peor que el instinto me pudo haber provocado, en lugar de ese aire tan peculiar de ciudad, inhale una cantidad considerable de agua, y sin más nade para encontrar la salida de lo que pudo ser mi muerte.

ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora