𝗧𝗵𝗲 𝗔𝗿𝗰𝗵𝗲𝗿 ━ 𝗥𝗲𝗴𝘂𝗹𝘂𝘀 𝗕𝗹𝗮𝗰𝗸

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La intención de Regulus no era ser grosero con Cass la noche anterior, pero su día no había sido bueno, y ni hablar de la mañana de hoy.

No alcanzo a desayunar y al ir rumbo a su primera clase, su hermano le jugó una broma, causando que todas sus cosas se salieran de su mochila. 

Regulus termino su última clase y se dirigió a la biblioteca para reunirse con Cass, la comenzó a buscar hasta que la encontró en la última mesa leyendo un pergamino.

Cass estaba tan concentrada que no noto su presencia, Regulus se sento a su lado intentando no distraerla.

—Hola — saludo el sacándola de sus pensamientos.

—Black — respondió ella mientras seguía leyendo — Empecé a investigar algunas cosas.

La castaña le tendió un pergamino y Regulus lo leyó cuidadosamente.

—Lamentó haberte tratado así ayer — se disculpó el mientras la veía escribir.

—Está bien, lamento haber dicho que eras igual a los demás sin conocerte — ahora se disculpó ella.

Ambos siguieron trabajando hasta terminar, Cass estaba guardando sus cosas, para después irse.

—Eso qué haces, ¿como se llama? — pregunto el.

—¿Qué? — respondió ella confundida — Estoy guardando mis cosas...

Casa señaló su mochila y uno de sus pergaminos aún más confundida, Regulus rodó los ojos.

—No, eso no — negó el con la cabeza — Lo de ayer en la noche, tu artefacto extraño, cuando casi me matas.

—Oh, mi arco...

—¿Que es eso? — pregunto.

—Es un arma de defensa o de caza que usan los muggles — explicó ella — Es tiro con arco, la cosa puntiaguda con la que casi te doy se llama flecha.

El asintió levemente, en serio quería llevarse bien con ella, se podría decir que Regulus sentía una pequeña atracción por Cass cuando entraron a Hogwarts.

—¿Por eso vas al bosque prohibido?

—Si, es el único lugar donde puedo practicar.

—En serio, lamento haberte tratado mal ayer, yo no soy igual a mi familia, el status de sangre no es algo que me importe en verdad.

—No te preocupes Regulus — contestó con una sonrisa honesta.

Regulus también sonrió al verla, el se perdía en sus ojos.

—Me gusta mucho tu nombre... — confesó ella en un susurro.

—¿Como? — Regulus si habla escuchado, pero quería que Cass lo dijera en voz alta.

—Que me gusta mucho tu nombre, es la estrella más brillante de la constelación de leo — dijo un poco más claro, algo que Cass amaba, era la astronomía y Regulus lo noto de inmediato — Algunos dicen que era un rey y otros dicen que era un príncipe, lo conocían por su naturaleza majestuosa.

—¿Como sabes todo eso? — pregunto con curiosidad.

—Mi madre es astrónoma y filósofa — explicó.

Regulus notó que cada que Cass contaba algo que le encantaba ladeaba la cabeza y sonreía ligeramente, haciendo que sus lindos hoyuelos aparecieran.

Ambos estuvieron platicando por un buen rato.

—Cass, estoy un poco cansado, me gustaría ir a dormir.

—Cierto, perdón — sonrió sutilmente para comenzar a ponerse de pie.

Los dos chicos caminaron juntos antes de llegar a un pasillo que llevaba a dos direcciones.

—Yo voy para acá — Cass señaló hacia la derecha.

—Yo para allá — Regulus movió su cabeza levemente hacia la izquierda.

—Adiós — la castaña le dio una linda sonrisa.

Regulus no se quería ir, quería acompañarla o quedarse más tiempo con ella, pero en realidad estaba cansado.

—Adiós Cass — Regulus le sonrió de regreso para voltearse y dirigirse a descasar.

Cass era como una estrella, brillante y hermosa, su nombre era un conjunto de estrellas, uno de los mas brillantes y eso la representaba a la perfección.

Regulus era todo lo contrario, Cass era un enigma, podía estar sonriendo pero luego podía estar totalmente seria.

Quizás ella era el sol y el la lluvia de medianoche.