Año 2017 – Estilvanea.
"Las mejores batallas las enfrentan los mejores soldados muchacho, defiende tus ideas, habla fuerte, nada, ni nadie puede detenerte si tienes fé. Nunca dejes de luchar"
Esas frases que nunca iba a olvidar producto de la sabiduría de mi abuelo.
Aunque mi cuerpo no podía más, ese conjunto de palabras resonaban en mi mente una y otra vez.
Un guardia me tenia agarrado del brazo derecho y otro del brazo izquierdo. Mis piernas tambaleaban y perdían poco a poco su equilibrio, de mi frente podía sentir como brotaban infinitas gotas de sudor y pasaban por mis heridas que suponía escurrían de ellas gotas de sangre lentamente.
Heridas provocadas por los intensos golpes que me habían dado los guardias en la cara y distintas partes de mi cuerpo.
Estaba solo, completamente solo. Se habían llevado a mis padres y no tenia ni la más mínima idea de a dónde o qué podrían hacerles, lo que sí sabía era de lo que eran capaces esas personas, si es que así se les podía llamar.
Por primera vez con dieciocho años de edad, estaba encerrado en cuatro paredes, tirado en el suelo, golpeado y sin esperanzas.
—¡Hey tú! —Escuché una voz que provenía de la celda de enfrente. —¡Niño despierta! ¡Vamos! —Volvió a insistir.
Levanté la mirada lentamente, en esas circunstancias me dolían hasta las pestañas, no tenía alientos para levantarme y mucho menos para luchar. Estaba perdido.
Al levantar la mirada lo vi, era mi ex profesor de matemáticas de la escuela. Un señor mayor de unos sesenta años de edad, que normalmente no se aprendía los nombres de sus alumnos.
—Levántate, nos tenemos que ir —Susurró al ver que yo lo estaba mirando.
—N-N-No p-puedo —Dije con dificultad para hablar.
—¿No puedes? —Frunció el ceño el hombre.
—¡Que va! Esa palabra no existe ¡Levántate ya! —Volvió a decir el hombre mayor.—¡Shh! Cállate viejo Brown, nos van a escuchar y se nos va a caer el plan —Se escuchó otra voz. Seguramente de las celdas siguientes.
—No podemos dejar a este muchacho aquí sólo —Respondió el señor.
—¿No ves cómo está? No podemos cargar con él —Dijo la otra voz proveniente de otra celda.
Yo solo escuchaba voces resonar, tampoco podía escuchar muy bien, estaba mareado y muy adolorido.
De pronto, cuándo estaba a punto de quedar inconsciente, algo muy extraño sucedió.
Muy a lo lejos escuché una voz...
<< Alan, cree en ti, tú puedes salir, créelo >>
Una voz con una energía muy especial. Algo inexplicable que me hizo sobresaltar y abrir los ojos de golpe.
Miré las cuatro paredes en las que me encontraba y entonces volvió mi audición.
Varios hombres discutían sobre si dejarme ahí o no. Volví mi vista al frente y miré al que fue mi profesor de matemáticas en la escuela, Artur Brown.
—No entiendo nada —Dije de repente.
No entendía absolutamente nada, hace unos segundos estaba a punto de desmayarme o quizás hasta de morirme, y de repente algo me hizo reaccionar y me dió una fuerza inexplicable.
—¡Reacciona hijo! Tenemos que salir de aquí en dos minutos —Habló de nuevo el profesor.
Me levanté del suelo con dificultad y muchos dolores en mi cuerpo y me acerqué a la reja.
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LOS SEIS
Fiksi RemajaCuando Barak Khavinson tomó el poder en la isla, inició el terror para los habitantes en ella. Muchos de ellos pudieron huir, muchos fueron secuestrados y otros lamentablemente murieron. Pero no todo estaba perdido. Una joven noble, debía cumplir un...