Quién diría que un Omega barista de 18 años el cual va a su típica cafetería a ganarse el día a día tratando con los clientes y aveces con el mal humor que traían, que lo tenía tan agotado, se relacionaria con uno de los mafiosos más despiadados el...
Me pare agitadamente al escuchar mi despertador hacer su molesto ruido, quisiera poder tomar otro método para dormirme y despertarme a las 7:40 la hora que tenía que levantarme para poder llegar a las 8:20 a mi trabajo, pero estoy más que seguro que si no fuera por aquella alarma estuviera abriendo los ojos a las 10 de la mañana o más tarde, lleve con cansancio una de mis manos hacia mi rostro y frote mis ojos para después pestañear dos veces, apague el despertador con pereza y con suaves movimientos me pare de mi cama.
Hoy iba a ser otro cansado día de trabajo, pero, ¿De que me quejaba? Para ser cierto, estoy mejor que cualquier Omega solo y con su madre fuera del país de lo que podría estar, tengo que ir y valerme yo mismo día a día para poder mantener la casa hasta que mi madre termine su trabajo en España. Ella aveces me mandaba dinero pero no daba para todo ya que allá también ella mantenía su propia casa, tuve que abandonar mi universidad y mi carrera de medicina la cual costaba casi un riñón, pero de alguna forma mi madre sacaba el tiempo y cariño para pagarmela porque sabía que a mí me gustaba, aún viviendo en todo esto yo agradezco de que no tengamos deudas ni problemas, los dos estamos sanos y vivos, siempre me he siento orgulloso de todo el esfuerzo que damos día a día.
