Quién diría que un Omega barista de 18 años el cual va a su típica cafetería a ganarse el día a día tratando con los clientes y aveces con el mal humor que traían, que lo tenía tan agotado, se relacionaria con uno de los mafiosos más despiadados el...
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Baje de mi auto cuando ya me encontraba parqueado en la cafetería más linda y cercana que me había encontrado por las calles del apartamento que habitaba, cuando ya había salido cerré la puerta y le puse seguro al carro completo, presionando el botón de la llave, confirme de que si se había cerrado cuando lo escuché reaccionar bloqueando los seguros de la puerta.
Metí la llave en mi bolsillo y a paso tranquilo me adentre a aquella cafetería, me había llamado la atención por aquel delicioso olor a vainilla que me llegaba suavemente desde afuera, las luces, la decoración pintoresca y en lo cerca que esta ubicada de mi, que es una muy buena ventaja ya que no podría gastar mucho tiempo yendo a cafeterías que quedan a más de 10 minutos, yo no desperdiciaba tiempo ni me gustaba dejar mi trabajo de lado.
Abrí la puerta pasando por está, haciendo que la campanita que indicaba si había venido alguien sonara, como cualquier típica cafetería, camine sin importancia hasta que mire delante mío en donde se encontraba la barra y...
Me encontré con unos hermosos ojos morados viéndome, ¿Quién es ese omega? pensé, me acerque para terminar de llegar normalmente, no quería comenzar a verlo demasiado rápido, después me tomaría mi tiempo de analizarlo de arriba a abajo.
Cuando me acerque el no dijo nada, vi sus ojos en expresión de sorpresa no tan exagerada mientras me miraba fijamente "¿Hola?" comenté a aquel chico el cual lo vi moviendo su cabeza, parece que está desconcentrado, eso mismo le pasó a la recepcionista del pethause ahora que lo pienso...
"b..buenas tardes" me respondió el lindo omega con un poco de tartamudeo, me dio mucha ternura y no pude evitar formar una sonrisa en mi rostro, no había que ser muy inteligente para notar que el estaba algo nervioso, talvez está pensando que le voy a hacer algo malo ya que somos los únicos a esta hora en la cafetería.
Yo nunca le haría daño a un omega, no podía decepcionar a mi madre de esa forma, ella me enseñó muy bien a como tratarlos y hacerlos sentir especial como para que venga yo a estás edades y les haga sentir como un asco aún sabiendo lo que les gusta y que no.
"¿Podría llevarme un café Americano a la mesa 3?...estaré un rato allá" anuncié con calma y el asintió como respuesta, no lo moleste más y me dirigí hacia mi ubicación para dejar que el haga su trabajo.
Ya en mi lugar solo permanecí sentado, con mi celular encima, mi padre dijo que mantuviera en contacto ya que va a enviarme algunas informaciones sobre el caso de Yoimiya, yo sinceramente ya quería acabar con esto y encontrar a aquella chica, llegar a cualquier acuerdo con esa mafia o si no avisarle al equipo de que estábamos en guerra, solo necesitaba llegar ya a una conclusión, pero sabía que tardaría, por suerte, mi paciencia me permitía hacer todo al paso, método que también utilizaré para saber más sobre ese lindo omega que me había llamado la atención, pero eso creo que será en unos ratos después que termine con algo de mi trabajo.
Tome mi tiempo para verlo mientras se encontraba aún preparando mi café, el tenía una hermosa piel pálida que resaltaba más el color por su corto pelo morado oscuro, casi del mismo color de su ojos, me dio ternura sus manitos las cuales agarraban con rapidez los ingredientes que estaban en la barra, no quise pasarme pero por instinto vi desde su cabeza hacia abajo, solo pude observar que le quedaba muy lindo el uniforme de su trabajo, deje de fijarme en el por respeto, seguramente lo incomodaría si se daba cuenta de que lo andaba observando, y más con lo cerca que estaba mi mesa a su lugar de trabajo.
