Quién diría que un Omega barista de 18 años el cual va a su típica cafetería a ganarse el día a día tratando con los clientes y aveces con el mal humor que traían, que lo tenía tan agotado, se relacionaria con uno de los mafiosos más despiadados el...
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"¿Qué desea tomar?" Pregunté amablemente a la clienta que se encontraba en la barra, al parecer, hoy el día había salido mejor de lo que pensé, vinieron varios clientes después de que abrí el negocio y hasta algunos que talvez se despertaron de buen humor me dejaron propina.
"Con un frapuccino bastaría, para llevar porfavor" Me contesto aquella chica uniformada la cual se veia con todo el tiempo del mundo como para pasar a las 1:30 por un café, pensé que a esta hora la gente no salía de su trabajo, o solo era yo que estaba casi 24/7 en este lugar "Lo quiere con chocolate o con dulce de leche, señorita?" Le di las dos opciones mientras sacaba los ingredientes que iba a utilizar para hacer aquel frappé que pedía mi clienta, mayormente los hacia en licuadoras grandes para que el hielo se granice rápido y no hiciera tanto desorden a la hora de tirar los ingredientes.
"Con dulce de leche" Respondió la chica y yo obedecí al instante para ponerme a trabajar, tire 6 cubitos grandes de hielo en la licuadora, 1/2 vaso de leche solo hasta que tape los cubos de hielo, más de hay no pasa, metí una cuchara en el cubo del café instantáneo y le eché dos cucharadas a la mezcla que se encontraba en la licuadora, lo mismo hice con la azucar y le tiré una mini cucharada de cocoa para intensificar el sabor, para lo último le agregué una pizca de vainilla y tape aquella licuadora para que comience a hacer su trabajo.
Cuando ya tuve todo licuado tome uno de los vasos en donde se echaban este tipo de bebidas, le decore las esquinas con dulce de leche como había pedido aquella clienta que se encontraba pacíficamente sentada en las sillas de la barra esperando su café, por último eché la mezcla y le puse crema batida, lo tape y se lo pase a la clienta con todo y su sorbete.
"Serían 200 pesos" anuncie cuando ya había completado mi parte del trabajo, la chica me agradeció y dejo dos billetes de 100 pesos en la barra para después pararse de su lugar e irse por la puerta, haciendo que suene la mini campanita que me indicaba si había llegado alguien, di un suspiro con los ojos cerrados que no duró más de dos segundos, me sentía aliviado este día, tome el dinero para proceder a meterlo en la caja en donde se guarda.
Mientras esperaba a que llegue otra persona puse mis brazos en la barra y me apoye, viendo hacia la puerta, con mi rostro algo cansado y aburrido, pero no era mi culpa que aveces tuviera esa mala cara, yo de verdad me sentía bien y feliz, ser barista no era un trabajo tan malo y menos cuando ves lo lindo que te quedaban los cafés, o algunos clientes te felicitan cuando no solo es la imagen, si no también el sabor, este es un lugar en donde la gente viene a conectar con su mente y olvidarse un rato del trabajo, aveces a leer y a charlar un poco, tener buen humor y asistencia aunque mi día haya sido del asco es parte de mi trabajo, no puedo dañarle el día a alguien como lo hacían algunos cascarrabias que se paraban en esta cafetería.
Sin darme cuenta, en la posición que estaba, mis ojos comenzaron a cerrarse y tuve una pequeña lucha para mantenerme consciente porque como sabrán, sigo en el trabajo, me fallaron mis sentidos al tenerme en la misma posición en la barra, me había quedado medio dormido con mis dos brazos apoyando mi cabeza la cual estaba hacia abajo con mi pelo tapandome la frente.
