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「━━━━━━━━━ LucreciaAlvarado 21 años ━━━━━━━━━ 」
Santiago Del Moro lo había anunciado al finalizar la primer noche de la edición de este año, tres participantes más entrarían esta noche.
— Me llamo Lucrecia —sonrió cómplice a la cámara— Lucre, Lu, cómo les quede mejor. Tengo veintiún años y soy de Santa Fe. Estudié y me recibí de modista de alta costura —la grabación se ponía en blanco y negro— así que esta gatita tiene etiqueta. —la tribuna del estudio se volvía loca con su altanería— Entro a la casa con ganas de soltarme, divertir y divertirme —pensó un momento sus palabras intercambiando miradas con los cámaras— Básico ¿no? Ya lo habrán dicho todos. La verdad pretendo encontrar a alguien, o varios, con quien conectar —guiñó— La verdad los vagos me parecen todos unos pelotudos, pero confío en que la casa hace su magia entre los hermanitos. Yo respeto si respetan, y si no... veremos qué sanción me dan.
El último clip de presentación terminó para que Del Moro diera la entrada a Lucre al escenario. La esperaba con su valija y un cálido recibimiento: —¿Preparada Lucre? Vas a ser la última ingresante. Detrás tuyo se cierran las puertas por un buen tiempo.
— Preparadísima, Santi. Y prometo no salir muy pronto por esa puerta. —la chica irradiaba calma, que llegaba a parecer superioridad.
— Muy buena energía tenemos por acá. Espero que así sea. —señaló a un punto de la tribuna donde descansaban carteles de apoyo a la participante— Despedite de tu familia, que les espera un buen tiempo alejados.
La muchacha corrió y su semblante cambió por completo al ver a sus parientes. Eran sus padres y su hermanito en brazos. Con lo complicado que era tener al nene de apenas un año, ellos habían venido a despedirla. Los abrazó muy fuerte antes de volver hasta el presentador, que parecía estar justo de tiempos.
Durante el viaje en auto sólo podía pensar en lo difícil que era no quedar como ridícula ante cámaras. Quería buscar su celular, pero recordaba que hace meses no podía usarlo. Quería rascarse el interior de la nariz, pero la cámara estaba a dos dedos de reventar su burbuja personal ¿En qué se había metido?
Pero no tuvo tiempo a justificarse, tenía que dirigirse a su otra presentadora, quien la recibió aún más calidamente que Santiago, si era posible.
— Me dejas sin palabras Lu, ¡Qué energía que tenés!
— Tengo un aura fuerte ¿no? —sonrió mientras se dirigían a la puerta.
— ¡Totalmente! ¿Cómo la describirías?
— Misteriosa, de indomable y seductora.
— Me encantas Lucrecia —declaró Julieta para luego darle un beso— ¡Te deseo todo el éxito, mujer!
Y así, dedicando una sincera sonrisa a su último contacto con el afuera, ella en su vestido negro y magnético abrió por última vez la puerta de la casa de Gran Hermano.
¿La casa cumplirá sus expectativas?
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