Capitulo 9

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En verdad sabes dibujar- Checo miró desde arriba el lienzo que Max había hecho en un dos por tres para la escenografía. Probablemente estaría un poco fresco aún cuando lo colgaran en el escenario, pero, por todo lo demás, era más de lo que el castaño había esperado.

Max levantó la vista y balanceó el pincel entre sus dedos.

-Si hubiera tenido más tiempo...

-No seas modesto, está perfecto, más que perfecto- Checo le palmeó un hombro.

-¿Me merezco un beso?

-Ja, ja codicioso. Pero sí...

-¡Hey, tortolos!- Antonio hizo su aparición y se abrió dramáticamente el abrigo para mostrarles su fabulosa corbata de luces intermitentes-¿Qué les parece?

Max rió a falta de palabras, pero Checo hizo una mueca de desagrado.

-Horrible, como siempre.

Antonio entrecerró los ojos como si con ello pudiera lanzarle rayos laser y lo ignoró.

-¿Qué te parece Max?

-Piensa que es horrible, como yo-insistió Checo.

-Estoy hablando con el perro no con las pulgas.

-¡¿Me estás diciendo pulga?!

-¿¡Tú qué crees!?

-¿Ya están peleando de nuevo?-Marilú intervino, como cada vez que su marido y su hijo tenían alguna discusión sin sentido-Es hora de irnos. ¿Qué hacen aquí perdiendo el tiempo?

-No perdemos el tiempo, madre. Estamos haciendo la escenografía.

-Checo olvidó hacerla antes de venir-canturreó Antonio, acusando a su hijo como un niño pequeño.

Marilú frunció el ceño, pero no se quejó cuando vio el fantástico paisaje invernal que Max había dibujado.

-Hasta parece que tiene profundidad. No sabía que dibujabas, Maxie.

-Da clases en una academia-dijo Checo presuntuosamente, y contento de poder decir algo sobre Max como si no llevara sólo un día de conocerlo.

-Oh, ¿de verdad? ¿Me darías clases a mí?-Marilú se colgó del brazo de Max, exasperando a su hijo.

-¡Mamá, por favor!

-Si, Marilú, por favor-dijo Antonio levantando la ceja-. No coquetees con el novio de tu hijo, ten decoro.

-¡Antonio!

Toño bajo al taller de su padre para apurar a su familia, pero se encontró con esa peculiar escena, que le hizo rodar lo ojos. Decidió que se quedaría en las escaleras, para no contagiarse de la estupidez y desde ahí les gritó que ya tenían que marcharse.

Una hora después, en la iglesia, el escenario estaba listo. Checo conectaba los últimos cables,  Max le sujetaba la escalera cuando los pequeños sobrinos llegaron corriendo con sus disfraces. Checo se atacó de risa.

-¿Qué son? ¿Puerquitos?

-¡Somos renos, tío Checo!-dijo Antonella indignada.

-Parecen puerquitos. ¡Max atrápame!-Dijo saltando de los últimos tres escalones de la escalera metálica. Afortunadamente, su novio tenía buenos reflejos y lo sujetó a tiempo.

Checo se sentía como un niño. Se estaba divirtiendo de nuevo en Navidad, y eso era resultado de la sola presencia de Max. En lo que llevaba ahí, no le habían molestado. Por un lado porque el resto de la familia, tíos y primos, no habían ido ese año, lo cual era un alivio; pero lo más importante era que ya no tenían con que molestarlo.

Thanks Santa Claus ( Chestappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora