Capitulo 11

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Tras las nubes grises, se adivinaba el avance del atardecer. En la zona d juegos del parque solitario, por la hora y, también, por el tiempo que anunciaba una noche fría, Max y Checo se balanceaban suavemente en los columpios mientras hablaban.

Para ese momento, el café y el chocolate se habían reducido a sus últimas gotas, y los envases vacíos se apilaban en el bote de basura cercano.

-Entonces, creciste en Nueva York- Checo observaba el perfil de Max, quien en ese momento ya tenía la punta de la nariz colorada-¿En qué parte?

-Brooklyn.

Checo abrió los ojos, sorprendido-¿En serio? ¡Wow! Entonces eres un tipo rudo de Brooklyn

Max rió y asintió.

-Si soy un chico rudo de Brooklyn. Como te dije, me solía a meter en peleas en mi adolescencia, aun cuando eran chicos de grados mayores. Pero no siempre peleaba solo, muchas veces compartí los ojos morados y golpes con Carlos.

-¿Pero sigues viviendo ahí?

-No, me mudé a Manhattan, después de la universidad.

-¿Y cómo terminaste trabajando en una empresa tan grande?

-Mmm es una buena pregunta, sinceramente fue un golpe de suerte.

Max hizo un pequeño relato. En la preparatoria se volvió un entusiasta de los videojuegos, se metió en un concurso para crear un mini videojuego y ganó, esto lo llevo a estudiar programación y diseño de videojuegos en la universidad. Después de graduarse, trabajó en proyectos independientes y compartió su trabajo en redes sociales que gano algo de fama. Sus habilidades llamaron la atención de la empresa famosa de videojuegos, que la contactó para unirse a su equipo.

-Lo de las redes sociales fue trabajo de Carlos en un tipo de "influencer" –

-Carlos -repitió Checo, era como la cuarta o quinta vez que salía ese nombre en la conversación. Y esa punzada que había sentido con su cuñada rondando alrededor de Max, regresó. Además sentía que había escuchado es nombre antes, pero no está en condiciones para recordar de donde .

-¿Es guapo?-

-¿Eh?

-¿Ese amigo tuyo, es atractivo?

-Si-contestó Max al tiempo que se encogía de hombros-¿Por qué?

-¿Salieron? Digo, sería normal, de amigos de la infancia a amantes no hay mucha diferencia.

Max le miró, era obvio que por el ceño de Checo que algo no muy bueno se fraguaba en su mente inquieta. Y ante ello, sonrió.

-No, él es como mi hermano. Nunca nos vimos de esa manera. No te pongas celoso, Pecas.

-¡¿Quién está celoso?!-Cruzó los brazos enfurruñado.

-Carlos tiene una novio muy lindo-continuó Max, como si no lo hubiera escuchado.

-¿Oh si?

-Si, y estoy seguro de que te caería bien.

Checo gruñó incrédulo. Max rio por su reacción. Checo frunció el ceño molesto y se levantó del columpio, para plantarse frente al rubio. Max alzó el rostro y lo miró interrogante.

-¿Cómo es?

-¿Quién?

-¡Carlos! Descríbemelo.

-¿Para qué?

-Quiero saber si es más guapo que yo.

-¿Te parece que eso es posible?

Max le miró significativamente; Checo se mordió el labio inferior. Aparentemente tenía un debate interno. Si decía que si, estaría atentando contra su propia naturaleza; si decía que no, Max habría ganado la discusión sin esfuerzo alguno. Pero, aunque saliera perdiendo con cualquiera de ellas, entre una cosa y otra, sólo había una respuesta.

-Obviamente no-terminó respondiendo y vio con impotencia la sonrisa triunfal de Max. No estoy celoso, que te conste, y no te hagas ideas tontas.

Max negó y estiró su mano para sujetar la de Checo, y acariciarle el dorso con el pulgar.

-Nadie es más atractivo que tú, Pecas, no importa por dónde se mire.

Checo apretó los labios, negándose a sucumbir ante aquellas palabras melosas. Pero no podía ser tan renuente ante esa mirada clara y tierna. Esos ojos, se dijo, eran su perdición.

-¿Lo juras?-Preguntó y Max asintió-¿Te gusta toooodo de mi?

Cada parte- Max tiró de Checo un poco, atrayéndole, de manera que pudiera abrazarle la cintura y apoyar su mejilla en el torso de éste-. Todo.

Checo sonrió y entreveró con sus dedos el pelo bien peinado de Max. Estaba derrotado por completo. Pero no le desagradaba. Era la primera vez que no le importaba.

Un viento gélido le hirió las mejillas y se estremeció.

-Max -murmuró, odiaba romper el momento, pero no tenía opción-. está anocheciendo, creo que lo mejor es volver.

Max asintió y se apartó de él suavemente, para después incorporarse y abandonar el columpio. Y juntos emprendieron el camino de regreso.

La casa de Checo tenía todas las luces prendidas, excepto las de la habitación de éste, cuando llegaron. Tomados de la mano, como se habían marchado, la pareja subió las escaleras hacia la puerta principal, pero Checo se detuvo al momento de sacar la llave para entrar.

-¿Qué pasa?-preguntó Max.

-Shh, ¿escuchas?

Detrás de la puerta, si se ponía atención, se escuchaban un par de voces que iban y venían con un tono no muy amable. Checo saltó los escalones y se acercó a una de las ventanas que daban a la sala. Las cortinas estaban corridas, pero eran delgadas y pudo ver a su hermano y a su cuñada, que dicho sea de paso tenía un parche de gasa en la frente, discutiendo. No era algo raro de unos años para acá, pero siempre era molesto. Además, si él hacia acto de aparición lo usarían para un nuevo tema de discusión. Regresó al lado de Max y negó.

-No quiero entrar-le dijo- Toño está peleando con su mujer. Y no quiero que me molesten por lo del chichón de Ileana.

-¿Podemos entrar por otro lado?

Checo le miró pensativamente por un momento, luego, le tomó de la mano y rodearon la casa. Iban hacia la puerta de servicio, en espera de que no la hubieran cerrado. Pero a la mitad del camino Checo se resbaló con algo que estaba en el suelo, afortunadamente, Max estaba ahí y le evitó el golpe. Se trató de un muñequito de acción de Sebastián.

-Creo que estuvieron jugando aquí-dijo Max.

-Ahí, más bien- Checo señaló el tipi que habían construido esa mañana muy temprano. Estaba en pie, sólido e interesante. Hasta ese momento, no le había encontrado gusto a esa cosa, era una novedad para sus sobrinos, incluso para él; jamás había construido uno. Pero Max, quien parecía un estuche de monerías, había dirigido la obra perfectamente- Oye...Max...

-¿Ehh?

-Vamos a entrar - tiró de la mano de su novio y después, a gatas, se metió al tipi, que había hecho con sus sobrinos.

Max rio y le siguió.

Habían construido un espacio amplio en el que dos adultos cabían perfectamente sentados, y con más razón cabían un par de niños. Los sobrinos de Checo habían dejado ahí unos cojines, un par de mantas y también uno que otro juguete, aparentemente, tenían toda la intención de seguir jugando al día siguiente. Checo se las arregló para extender las mantas y recostarse en ellas. Max lo imitó y juntos miraron el techo blanquecino.

-¿Oye, no quieres subir la temperatura de este lugar?- Checo lo mira con una mirada picara.

Enel rostro de Max se dibujó una amplia sonrisa, y enseguida atrajo a Checo a unbeso tibio. Un gesto pleno de complicidad.


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Lo prometido, iba a escribir otro, pero ya tengo sueño, cuando despierte ahora si le hago dos para recompensarlos .

Thanks Santa Claus ( Chestappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora