Modern AU
Sanji es repudiado por su padre. Viéndose obligado a vivir en las calles hasta que conoce a Luffy.
Un chico que le ofrece su ayuda y le presenta a su nueva y verdadera familia.
*A lo largo de todo el fic hay lenguaje vulgar. Se tratan tem...
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Se sentía horrible y las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos mientras caminaba por el barrio sin rumbo fijo. Le habían sentado mal las palabras de Mihawk. No pudo evitar pensar que si el mayor se sentía asqueroso era porque él era repugnante y al tocarlo se manchaba.
Detuvo su andar frente a un muro cercano y se destrozó los puños en un vano intento de alejar los malos pensamientos de su cabeza. Cuando se le adormecieron las manos se detuvo y observó los nudillos ensangrentados, completamente reventados por los golpes. Caminó un buen rato más y sin saber muy bien cómo llegó a la puerta de su casa.
Respiró hondo un par de veces y entró para intentar curar sus heridas. Nada más atravesar la puerta vio a Robin en el sofá con una cerveza y un cigarro mientras miraba el viejo ordenador destartalado que Ussop siempre andaba desmontando.
La morena le observó y se sobresaltó un poco al ver sus heridas. Le sentó en el sofá y se fue corriendo a buscar el botiquín. Al mirar hacia el ordenador y pudo ver la búsqueda de Robin Cómo reconducir la ira en un niño. Volvieron a entrarle ganas de llorar. No paraba de fastidiarlo todo y solo se dedicaba a molestar a una de las pocas personas que le querían y se preocupaban por él.
La morena regresó al salón y empezó curando la ceja partida y el mordisco del cuello. Zoro notó que ya ni se molestó en preguntar y no le extrañaba, debía estar harta de aguantarlo.
- Lo siento Robin - dijo con la voz rota - siento mucho todo. Perdóname
- No tengo nada que perdonarte - estaba concentrada en limpiar las heridas hasta que notó a Zoro sollozar. Se preocupó porque el chico no era de lágrima fácil por lo que dejó el desinfectante sobre la mesa y le abrazó con cariño - Todo va a salir bien, ya lo verás
- He hecho algo horrible - dijo correspondiendo al abrazo con fuerza
- Tranquilízate que todo se puede arreglar Zoro - besó su cabeza y se separó un poco para limpiar las lágrimas con las yemas de sus delgados dedos - ¿Quieres contarme algo? ¿Por ejemplo cómo te has herido así?
Observó sus manos hinchadas por los golpes, aún adormecidas y asintió levemente.
- Estaba muy triste y enfadado así que golpeé un muro hasta que deje de sentir las manos - comentó apagado
- ¿Y la ceja y el mordisco?
- Eso fue durante el sexo, nada importante
- ¿A ti te gusta eso? ¿Que te golpeen mientras lo haces? No te estoy juzgando, solo pregunto - dijo la morena acariciando la pierna de Zoro con suavidad
- A veces, no siempre - reconoció. Estaba cansado y le dolía tanto la cabeza que le costaba pensar
- ¿Quién te hace eso? No me digas que Perona porque no me lo creo. Se que andas con alguien más
