💋 4 Harlan : Beso💋

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Las personas que prefieren estar solas tienen algunas malditas buenas razones para ello.

—Charles Bukowski.

Harlan
Hombre Lobo

Gray estuvo todo el camino de regreso a casa en silencio, cómo ya es costumbre, por lo que me puse a pensar demaciado y terminé con el cerebro achicharrado. Porque en serio, yo soy bastante masoquista.

Sé que debo de hablarlo con el jefe, pero también se que no habría ningún cambio. Ellos fueron amigos hace unas décadas atras, y no estoy seguro de que el jefe me tome en serio o tan siquiera me preste atención mientras le hablo.

Luego de que Gray me dejara en casa, y que yo trepara la pared para poder entrar a mi habitación por la ventana, me obligué a quitar mi forma lobo y me vestí con una camisa color blanca, un pantalón gris y las mismas botas trenzadas del uniforme.

Hice mi mayor esfuerzo para que él no me viera u oliera, pero fué en vano, y luego de que me diera una bofetada, dejarme media cara palpitando y de insultarme de todas las maneras posibles, salí de la casa.

En estos momentos estoy, ¿Cómo decirlo sin que suene mal?... Esperando a mi... ¿Distracción?, no sé cómo llamarlo para que él no intente hacerle daño.

Si les cuento uno de mis secretos no se lo dirán a nadie, ¿Verdad?.

Estoy enamorado. Ese es uno de mis secretos. Llevo dos años y medio enamorado de este chico, y el de mí. Tenemos un vínculo. Sé que por ser lobo se me tengo prohibido mezclarme con otras razas, pero se me hace imposible tratar de evadir mis sentimientos por Izan.

Lo conocí hace tres años en una misión que tuvimos junto con algunos de el grupo B, el fué uno de los asignados para colaborar con el grupo A, con el mío. Los chicos no saben de mi relación con él, aunque han estado cerca de enterarse muchas veces, y no porque yo lo decidiera.

Izan llegó al momento en que un convertido estaba a nada de clavarme un puñal en el pecho, ese día el me salvó de morir.

Suspiro sonoramente y me dejó caer de espaldas en es pasto. Estoy en un parque, bueno... Si es que se le puede llamar parque, es un pequeño lugar con algunos árboles y una que otra banca vieja en algún lugar, no hay muchas luces por los ue está en su mayoría oscuro, y está ubicado en un lugar muy poco concurrido.

—Sabes que te puede dar un resfriado por estar sin suéter a estás horas y con este frío, ¿Verdad?—su vos me saca de mis pensamientos, y me incorporo al verlo parado a mi lado.

Le dedico una sonrisa de labios cerrados y estiro mis brazos en su dirección, él no pierde tiempo en sentarse a mi lado y rodearme con sus brazos, recuesto la cabeza en su pecho y lo abrazo por la cintura.

—Soy un lobo, la noche es parte de mí—digo riendo bajito.

No lo estoy viendo, pero juraría que rodó los ojos.

Me separó de él y lo miro a los ojos, rojos como la sangre, al igual que su cabello, tiene las cejas oscuras y una enorme sonrisa que deja ver los Hayuelos hermosos en sus mejillas.

—Esa frase es de los vampiros, eh. Búscate otra—bromea, separándose por completo de mí y apoyándose con lasanos para ver en cielo. Lo imitó a su lado, bueno, lo intento, porque mi mirada se desvía hacie él sin poder evitarlo. Mis ojos van desde su mandíbula marcada, a la perfecta curvatura de sus labios, me encanta que el de abajo sea más grueso que el superior, su nariz perfilada y un poco curvada, sus ojos rojos, sus cejas oscuras y pobladas.

Inefable©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora