“Los monstruos más temibles, son los que se esconden en nuestras almas”.
—Edgar Allan Poe.
•-•
Gray
VampiroSin poder evitarlo un escalofrio me recorre el cuerpo, me tenso de pies a cabeza, y es que el color violeta intenso de sus ojos me tiene pasmado. Atemorizado, porque sé lo que significa, y no es nada bueno. Una sonrisa torcida crece en sus labios y un brillo de malicia se acentúa en sus ojos.
Una expresión que nunca creí ver en Caden. Pero el no es Caden. No.
—Hola, Gray. Tiempo sin hablar contigo.
Aprieto los puños a mis lados y tenso la mandíbula al punto de que mis dientes duelen. Soy consciente de todos los que nos rodean, de sus miradas de desconcierto, de miedo, porque pueden sentir la energía que emana en estos momentos Caden... No, Caín.
Su aura se muestra en el pequeño viento color negro que lo rodea, cómo una barrera de sombra, oscura y espesa, en que el color normalmente rubio de su cabello se torno en un parpadeo completamente negro con el mechon rubio en su flequillo y en que sus colmillos han desaparecido por completo.
Un sentimiento muy impropio de mi me recorre el pecho, y es que la última vez que sentí miedo fué esa noche. Cuando Harlan perdió lo que más amaba y cuando él me abandonó. Cuando el cielo se tiñó de rojo y nuestras almas se mancharon con sangre.
Siento una mano en mi hombro haciendome salir de mis pensamientos y sobresaltarme. Giro mi cabeza a un lado topándome con la mirada asustada y tensa de el Jefe. Su cara está más pálida de lo normal y una capa de sudor cubre su rostro.
Ja, ¿Y ahora quién es el que no tiene autocontrol?, sacudo la cabeza por el tonto pensamiento, debo concentrarme.
—Llévatelo de aquí—ordena, tratando de que su temblorosa voz suene firme y no delate el miedo que siente, no tiene mucho éxito. Siento su miedo en carne propia, al igual que el de todos aquí.
Vuelvo mi mirada a Caín, y no puedo hacer nada cuando su mano izquierda rodea mi cuello y me levanta unos centímetros del suelo sin mucho esfuerzo. Mis manos van instintivamente a las suyas, pero no trato de liberarme porque sé que es inútil. Puedo escuchar los latidos desenfrenados de mi corazon, y por más que intento no puedo sentir sus emociones o escuchar su corazón.
Vuelve a sonreír y, de un momento a otro, una luz oscura como una sombra espesa nos rodea y siento que fuera cayendo de veinte pisos de altura sin llegar al fondo, aprieto los ojos con fuerza al sentir la sensación de vértigo y el revoltijo en mi estómago.
El aire me comienza a faltar, mis brazos van perdiendo fuerza, mis pies luchan por volver a tocar suelo, y cuando siento que me voy a desmayar, su mano suelta mi cuello y con los brazos rodea mi cintura en un agarre firme y que me clava las uñas en la piel.
Tomo varias bocanadas de aire sin fuerzas para poder liberarme, siento como toda la energía de mi cuerpo está siendo absorbida y lo único que puedo es murmurar cosas que no tienen sentido antes de que mis ojos se cierren, dejándome sumido en la oscuridad dentro de mi cabeza.
•••
Lluvia. La lluvia caía, empapando nuestros cuerpos, el viento azotaba con fuerza, causando escalofríos en mi cuerpo.
El agua de la lluvia se mezclaba de una forma terrorífica con la sangre en el suelo. Dándole un aspecto tétrico a todo.
Un golpe directo a mi rostro me aventó hacia atrás golpeando mi cabeza contra un árbol, podía sentir la ira de mi atacante.
Alcé mis brazos tratando de defenderme y cubrirme, y por el rabillo del ojos pude ver la cabellera blanca de mi amigo, estaba arrodillado, un aura color azul lo rodeaba a él y a la persona en el suelo, brillante y muy intensa—tanto que iluminaba varios metros a su alrededor—. Su cuerpo temblaba con fuerza, pero yo sabía que no era de frío.
Ese día Harlan se descontroló por completo.
La persona que me atacaba al parecer también lo notó, noto y sintió el poder que salía de Harlan, porque su mirada se desvió hacia él con asombro y desconcierto y yo me aproveche de ese momento para estirar mis piernas y hacer una llave para hacerlo caer de espaldas, lo jalé por los tobillos y me senté sobre su abdomen.
Sin darle oportunidad de defenderme, mis manos rodearon su cuello y comenzaron a apretar con fuerza.
Gritos. Estaba en medio de una guerra que solo aseguraba el final de algo, para darle comienzo a algo peor.
Sus pies se comenzaron a retorcer y sus brazos dejaron de intentar apartarme. Su cara se volvía cada ves más morada y sus ojos parecían querer salir de sus cuencas.
No me detuve hasta que el alma escapó de su cuerpo.
Me levanté con mucho esfuerzo, el mundo me daba vueltas y la cabeza me dolía, un dolor punzante en mi rostro de hacia jadear, pero yo tenía un objetivo; buscar a Caden y ver que estaba a salvo, pero... Mi búsqueda fué impedida cuando un grito ensordecedor hizo que el lugar quedara en silencio, que las especies dejaran de pelear, y que todos quedarán inmovilizados.
Una luz azul nos cegó por completo y lo último que ví fué a ese chico con cabello blanco volar con fuerza directo al cielo, dónde la luz azul se hizo más fuerte y se dividió en muchas ramas que fueron directo a los cuerpos del enemigo matandolos a todos de golpe. Desde ese momento él... No recuerda nada.
—No importa quien seas en estos momentos, debes cumplir con el trabajo de Caden—la voz de Harlan me trae de vuelta a la realidad. Sus ojos están ligeramente rojos, y su cabello desordenado alrededor de su rostro.
Tiene la vista felina fija en Caín, que está de pie viendo por la ventana mientras fuma un cigarrillo.
Caden odia fumar, malnacido, pienso con disgusto y hago una mueca.
—Lo haré—responde él, aún con la vista fija hacia la luna que se muestra en el cielo—. Al final yo sigo siendo parte de Caden, y lo que lo afecta a él me afecta a mí—da una última calada y lanza el cigarrillo por la ventana antes de darse vuelta y mirarnos con con una media sonrisa sacarrona—. ¿Dónde está el humano?
El humano. El chico que encontraron desmayado casi muerto y cubierto de sangre a la entrada del bosque. Al parecer intentó escapar de la zona de los convertidos y humanos y los convertidos rebeldes lo atacaron. Lo que me sorprende y me extraña a la ves es que lo hayan dejado vivo.
El jefe nos pidió—nos ordenó. El día que Caden se descontroló. Cuando lo encontraron— a nosotros estar a cargo de él. Quiere que él humano finja que es vampiro para que pueda quedarse, han echo un trato. Nosotros no lo matamos y el nos dice todo lo que sabe sobre lo que Boren planea hacer, porque al parecer el era uno de los candidatos para convertir.
—Está en el Edificio Principal—Musita Harlan, pensativo—. Aún no comprendo cómo le haremos para que todos crean que es vampiro. Está claro que no lo es, además, su cabello es rizado y tiene pecas—suspira con pesadez y me mira—. ¿Un vampiro con cabello rizado y pecas, en que lugar se ve eso?—resopla contrariado.
—Un lobo—hablo, llamando la atención de ambos—. Diremos que es un lobo— aclaro y me encojo de hombros.
—Un pequeño lobo—murmura Caín—. Un pequeño e inocente lobito—repite con malicia y luego sonríe.
Nada bueno saldrá de esto.
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Capitulo super corto porque debía ser narrado desde la perspectiva de Gray. Necesitaba contar lo que pasó el día en que esa guerra pasó.
Por razones que ya saben Harlan no recuerda y Caden... De el sabrán después.
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Inefable©
Science FictionEn un mundo donde viven humanos y criaturas sobrenaturales, tres amigos, Harlan, Caden y Gray, se encuentran ante un desafío inesperado. Cuando un humano escapa y llega al territorio de los seres sobrenaturales, todo cambia. Secretos que estaban oc...