Heredero - Draco Lucius Malfoy Black (Hiatus)

IV - Golpes En Piel

Malfoy Manor
18/03/1988
06:24 a.m

Se sintieron como años desde que se completo el ritual de heredero, ahora tenía siete años y su mente había guardado tanto como pudo de ese recuerdo con fin de analizarlo si se ponía a pensar.

Aunque sinceramente ya no tenía tanto tiempo como antes, todos los días etiqueta, política, economía, moda, decoro, rituales, lectura, impresiones, imagen... Todo lo tenía harto, sintiéndose cansado aveces.

Las relaciones con su familia fueron para peor, su abuelo había muerto y su abuela creció un disgusto por el. No había sido mejor en casa, sus padres se distanciaron y las discusiones se hacían cada vez más presentes. Dejaron de estar hasta en los desayunos, dejando a Draco solo en la mansión; tenía a los elfos y cuadros en casa, pero no era igual.

También descubrió los cuadros de sus tío abuelos en Black Manor, había sido un alivio antes de que se le dijera que no los vería tan seguido y serían guardados lejos del ojo público por razones desconocidas.

Todo había sucedió sorprendentemente rápido, entre ello también descubrió su pasión por pociones y aritmética, aparte de lo que es la lectura. Y con sus primos se llevaba muy bien, aunque ahora sus primos mayores se distanciaban, la mayoría ahora teniendo entre trece y catorse años, él no entendió completamente el deseo de alejarse de sus primos, pero le dejo pasar conformándose con pequeñas interacciónes.

Había pasado mucho en solo un año y sepa Dios cuantos meses. Y ahora se estaba arreglando en su cuarto para ir a una visita familiar en Francia. No estaba de humor para ir, sintiendo que no sería bienvenido cuando llegara por la mayoría.

Una vez listo con sus túnicas, recogió una mochila y metió algunos libros para entretenerse mientras estaban allá. A última hora metió un ajedrez mágico y un mazo de cartas muggle, que fue el único juego muggle que se le permitió jugar. Salió de su habitación, dirigiéndose hacia el comedor, donde sabía había algunos aperitivos, planeaba llevar algunos a decir verdad, ahora no estaba seguro.

Se sentó en la mesa, dejando su cartera a la par de él mientras agarraba comida y la ponía en su plato para luego comer. Sus padres no aparecieron hasta veinte minutos después, tiempo en el cual saco un libro muggle titulado “Mi libro de historia Biblicas”, este libro lo encontró mientras deambulaba por una ciudad muggle con su tíos, un niño muggle se lo dío y el solo lo agarro apreciando la lectura.

Sus padres lo regañaron por aceptar algo tan inmundo, según palabras de ellos, el no veía lo malo ¿cual era la diferencia entre el niño muggle y él? Lo único diferente que vio en físico fue su cabello, ojos y piel, de ahí ¿que más? El hecho de que el tenía magia tal vez, pero eso no hacía razón para menospreciar a alguien.

Así que tan rápido como los vio con una maniobra escondió el libro muggle y sacó uno escrito por una bruja hace años. Su madre y padre se sentaron en la mesa, su padre siempre en la cabeza... También ya estaba harto de las posiciones ¿Qué sentido tenía? Era solo una forma de despreciar a alguien sin tomar en cuenta fortalezas y debilidades, aparte de que es posible darle poder a quienes menos lo merecen.... El mundo fue injusto...

"Buenos días padre, madre."  Inclino su cabeza en señal de respeto tal como le habían enseñado. "¿Que tal pasaron la noche?" Ya se estaba aburriendo de preguntar lo mismo todos los días, pero ¿que podía hacer?

"Buenos días, Draco." Su madre respondió primero llevando la delantera mientras su padre empezaba a leer el periódico que lo trajo una lechuza hace unos minutos. "Lo mismo de siempre y a ti? ¿Que nos cuentas?" Quizá su madre expresaba interés porque se habían desaparecido por trabajo la mayor parte de la noche, dejando a Draco solo con la mansión gigante.