Con la trágica muerte de sus hermanos y padre, Jeon Jungkook, un joven alfa de sangre pura, se ve forzado a asumir el papel de Emperador, mientras su verdadero destino permanece oculto a la par de su lucha con aquellos codiciosos por su trono y pod...
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Supo que todo se iría al carajo cuando, al detener por los hombros a Jungkook, distinguió aquellos ojos color lila que caracterizaban a su lobo: estaban muertos. Un doloroso golpe le atravesó el abdomen, haciéndolo caer de rodillas sobre el suelo. La angustia se cernía sobre él como una sombra.
Jungkook no estaba controlando sus impulsos; su lobo mostraba lo que su humano también deseaba, y verlo acercarse a Taehyung le provocó un terror indescriptible.
Sin embargo, el omega, en una reacción instintiva, comenzó a liberar una oleada de feromonas intentando llamar la atención de su alfa y hacerle saber que lo aceptaba. Parecía que su intento había tenido éxito, porque Jungkook...
La imagen de su Majestad en tal estado les provocaba un temblor de incertidumbre. Jamás había actuado de esa manera, ni siquiera cuando su madre, la alfa YeJi, había encerrado a varios omegas en su habitación durante su rut. Tampoco cuando había intentado usar a una de las omegas recién llegadas como mucama del palacio... Lo único que consiguió, fue la prohibición de omegas trabajando en palacio.
Aunque su carácter era fuerte, ese escenario jamás había sido tema de conversación; nadie se atrevería a dudar que él pudiera lastimar a alguien que lo seguía, ni siquiera a un traidor.
Los demás guardias llegaron rápidamente, resguardando que el alfa no saliera de una zona específica. A petición del Rey Kim, sacaron de allí a Lee Jieun junto a Kai y Nari, pues su aroma solo hacía llorar a Taehyung, o más bien, al omega dentro de él. No sabía exactamente cómo actuar en esas circunstancias. Intentó incluso pedirle ayuda a Yoon, pero no quería arriesgarla.
Los demás guardias se debatían entre cometer "traición" al sujetar al Emperador o dejarlo ser; pero cuando vieron cómo el azabache, con una sola mirada, hizo retroceder al grupo que rodeaba a Taehyung, la situación se tornó crítica.
…Él lo había aceptado. Jungkook se agachó lo suficiente para tomar a Taehyung por las piernas y la espalda, levantándolo sin esfuerzo alguno. Nadie sabía con certeza qué pasaría; Namjoon le pedía a la luna que no sucediera algo de lo que ambos pudieran arrepentirse después, cuando su lobo se calmara y ellos recuperaran la conciencia, el omega podría sufrir las consecuencias, ya que tener la marca de tu destinado no era sencillo, mucho menos cuando no existía algún tipo de unión, o bien, sentimientos de por medio.
Quiso detenerlo, tomó su mano, pero al ver la reacción del omega, se quedó en silencio.
Jungkook, sin pensar en si lo que hacía era correcto, se llevó a Taehyung, que se mantenía pegado a él. No importaba si subían las escaleras; en todo el camino lo marcaba con su aroma. No le molestaba, de hecho, podría decir que le gustaba. Su fragancia no era demasiado dulce como para empalagarlo, al contrario, lo envolvía en una cálida sensación.
Al llegar a la habitación donde Taehyung se quedaba, lo recostó con dificultad en la cama. ¿La razón? Al principio, el lobo del omega se resistía a soltarlo; solo deseaba la cercanía del azabache y quizás algo más. Pero el intento de alejarse lo ponía sensible, creía que lo estaba rechazando y eso heria su ego.
