Layla y yo estamos dando una vuelta por el bosque ya que a Layla le apetecía ir caminando.
-¿Tenía que ser el bosque?- Pregunto frunciendo el ceño.
-Aquí es donde encontré a Pabu.- sonríe la pelirroja antes de tropezar.
-Que buen aterrizaje.- Me río.
-No veo la gracia.- Se queda callada mirando a saber dónde.
-¿Qué pasa?- Pregunto arrodillándome a su lado.
-Creo que he visto algo.- Me mira.
-¿Tu cerebro saliendo corriendo? es muy probable.- Comento divertida.
-No, idiota.- Se queja Layla levantándose.- He visto algo.
-Yo no he visto nada.- Aseguro.
-Vamos.- Se pone a caminar.
-Oh claro, vamos andando por el bosque que apenas conocemos para buscar algo que has visto, lógico.- Me quejo.
-¿Tienes una idea mejor?- Se cruza de brazos.
-Eh... ¿sí?
-No, pues vamos.- Sugiere.
-¿Y Bianca? a ella le gustan estas cosas.- Pregunto.
-Tenemos examen de astrología y está estudiando.- Dijo dando pequeños saltitos.
-¿Y tú no estudias?- Alzo una ceja.
-Esta chupado.- Me sonríe.
-Claro.
-¿Y Nereus?- Pregunta ella.
-Ni idea.- me encojo de hombros.
-¡Mira!- Señala algo blanco que se aleja a la lejanía.
-¿Qué es?
-Vamos a averiguarlo.- Se pone en marcha.
Yo le sigo negando con la cabeza, rodeo un árbol que parece muy antiguo, cuando me doy cuenta veo a Layla rodar por el suelo ya que hay un pequeño deslizamiento.
-Torpe.- Le dije bajando lentamente.
-No lo había visto.- Dijo con molestia.
-Eh mira.- Señalo una bola blanca.
Es un pequeño ciervo-zorro blanco. Tiene las cornamentas negras en la parte superior de su cabeza, además de una cola larga y tupida y algunas manchas en la espalda.
-¿Un ciervo-zorro?- Pregunta Layla.- Creía que estaban extintos.
-¿Por qué?- Miro al animal.
-Según me dijo Bianca, los ciervo-zorro dejaron de aparecer ya que estaban en peligro de extinción.- Explica Layla.
-Ah...
-Seraphine, puede ser tuyo, ponle nombre.- Sonríe la pelirroja.
-Es salvaje, no puedo quedarme con un animal salvaje.- Le comento.
-Yo me quedé con Pabu, además Bianca tiene un gato-conejo.- Informa.
-Esta bien.- Miro al ciervo-zorro.
Me arrodillo ante él, extiendo los brazos, el animal gruñe, miro a Layla quién me anima a agarrarlo, así que yo miro al animal, este lentamente viene hacia mi, me olfatea y da pequeños brincos, lo agarro en brazos y noto su cálido pelaje.
-Te llamaré Twig.- Acaricio al ciervo-zorro.
-Me gusta, ¿ves? este viaje ha servido para algo.
-Eres muy graciosa.- Dije con sarcasmo.
ESTÁS LEYENDO
Witch: Luna Creciente
FantasyBienvenidos, seres mortales, esta es mi historia, la cuál cuenta como entré a la glamurosa escuela de magia y brujería Aquelarre, no es una escuela cualquiera, se requiere mucha disciplina, algo que yo no tengo, pero en algún punto lo debí tener, su...