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15:48, 24 de diciembre.
Ella miraba su teléfono con desgano, ya que no importaría a qué red social entrase. En cada una de ellas se encontraría con el recordatorio que cada ser humano existente conoce; era noche buena. " ¿Qué tiene eso de malo? " Se pregunten, quizás. Bueno, diciembre habría sido más que un traidor del montón, había resaltado por sus malas jugadas y dolores matutinos, por sus llantos cada noche y también por ese nuevo amigo que le había entregado, se llamaba luto. Y Kiki.. ella lo odiaba. Ya que como equipaje traía consigo los recordatorios de un funeral, había gente, había llanto, había dolor y él no estaba. Mierda. Realmente lo odiaba. Y para escapar, observó otra vez su teléfono, para quizás poner algo de música y ordenar. Pero el destino tenía otros planes para ella, y curiosamente, éstos tenían nombre y apellido.
Oliver Hatsune.
————————————————— Oliver ♥️🌷 en línea
Amor, te parece si nos vemos hoy? Será en el centro comercial de siempre 15:51
Eh.. sip! Si, obvio, ¿En cuanto rato? ✓✓
45 minutos te parece bien? 15:52
Me parece perfecto, allá nos vemos Oli ✓✓
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Apagó su teléfono, dispuesta a salir de casa luego de una semana encerrada. Su departamento estaba hecho un desastre, pero no creía hacer mucho más allá que estar sola nuevamente. Pasar navidad con su novio sería algo increíble, pero conociendo las fechas, era algo que solo se quedaría en un sueño sin más. Con algo de maquillaje cubrió las imperfecciones de su rostro, ya sea sus ojeras, o algo más allá. Suspiró al verse al espejo; poseía más allá que una apariencia demacrada. Estaba hecha un asco, igual que su hogar. Se había vestido hace ya horas, un conjunto oscuro combinado con algunos accesorios por ahí, era lo que tenía a la mano. Revisó su teléfono por última vez y se decidió a salir de cada, daba igual si era más temprano de lo acordado, quería salir de su tormento. Al cerrar la puerta detrás suyo y mirarla por última vez, se adentró en una caminata larga pero también; en su mente. Oh dolorosa, desolada y odiosa mente. Jamás cerraría su boca, puesto a que no tenía. Y eso era incluso peor.
