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Brooklyn, 16/01/2024.
La llave del departamento se resbalaba entre sus dedos teñidos de palidez. Su ceño fruncido indicaba cualquier cosa, menos alegría. Se lo había pensado dos o tres veces. Se cuestionaba si entrar sería una buena idea; después de todo, ella no estaría ahí.
o eso imaginaba.
Al entrar; sintió el mismo olor hogareño que siempre inundaba dicho departamento. La mesa lucía ordenada, decorada con un florero de cristal, que tenía dos o tres girasoles dentro.
El pelinegro se sintió confundido. Si bien todo se veía bastante ordenado - muy distinto a como lo había dejado la última vez- sentía que no todo estaba como debería. El siquiera entrar a lo que algún día llamó hogar y estar sin ella lo desconcertaba bastante. Hubiera permanecido otros cinco minutos observando esos girasoles y ahogándose en sus pensamientos, de no ser porque una voz femenina; lo atrajo de vuelta a tierra.
-¿Qué haces aquí? - Preguntó la ojiverde al ver que su ex-pareja, había ingresado sin permiso y sin avis al departamento que compartían, o bueno; al que compartieron alguna vez.
-Olivia..! Yo.. - No podía. No podía inventarle una excusa más, ya había coleccionado muchas alrededor de esos siete meses saliendo con ella. -Creí que no había nadie. Vine a buscar mis cosas. También necesito hablar contigo sobre lo que haremos con el departamento. - Al recobrar compostura y pensar las cosas fríamente; su tono de voz cambió. Quería dejar de ser un cobarde.
-Me hubieras avisado. - Contestó de manera hostil; cosa que no era habitual en ella. Pero al verlo perdía la paciencia. -Para algo aún tienes mi número de teléfono. - Continúo riñendo a Kyle, un par de segundos.
Tenían la suerte de que no habían conectado miradas; de ser así, posiblemente no podrían ser así de crueles con el otro.
La femenina después de apartarce de delante del muchacho, fue directo a la pequeña cocina; aparentemente había estado cocinando algo antes de que él llegara sin avisar. El de tez pálida se quedó viendo como la chica se servía una porción de lo que había preparado que -a decir verdad no le había prestado atención a lo que era-.
-¿Vas a comer? - Preguntó Olivia, tratando de sonar despreocupada.
-No, No.. gracias. - Respondió Kyle.
-No sé ni para que te pregunto.. - Contestó Olivia entre dientes; con el tono de voz suficiente para que él la escuchara. Si ya le cansaba el hábito que tenía su ex-novio con la comida durante su relación, ahora le hartaba, Pero sobretodo y -muy internamente- le dolía.
