Girasol | ElMariana x Rivers

Capítulo 10. Girasol (parte 1)

Los primeros días continué, lo intenté, de verdad. Trabajé, hice streams y trataba de hacer todas mis responsabilidades como siempre, como antes. De repente, me dolía el pecho o lloraba por las noches. Después, los días comenzaron a sentirse largos y tediosos, hacer las cosas me costaba un huevo y de pronto una noche todo se jodió.

Supe que había venido Aldo a Monterrey, para grabar unas escenas del documental del entrenamiento de Samy, por la noche lo invitó a una peda, de la que enteré a través de un mensaje:

Aldo huevo
En línea
Wey, me voy mañana
temprano y me dijo la
Rivis que andas enfermo,
recupérate pronto culero

Cuándo te dijo eso?

Hace ratito,
nos venimos a pistear
No te ví y le pregunté

Ah, gracias por preocuparte

Ya sabes wey, a ver qué
día podemos vernos
Bueno, descansa

Claro 😅

Yo jamás fui invitado, seguramente ella dijo eso para que a nadie se le hiciera raro no verme ahi. Ese día todo se fue a la mierda dentro de mi cabeza, supe que esto era permanente. Bueno ya lo sabía, pero me hacía pendejo.

Luego de ese dia, todo estaba mal, yo estaba mal... no tenía fuerzas, no tenía animos, se me habían ido a la chingada. Me sentía como un estúpido imbécil, ni siquiera podía verme a la cara en el reflejo del espejo. Todo el mundo se preocupaba por mí, dos semanas sin hacer nada, solo dormía y cagaba, mi casa era un puto desmadre.

A mi comunidad les dije que estaba muy enfermo, algo con mis defensas y un virus, no dí más detalles. Expliqué todo por escrito, mi cara era un asco total para mostrarla. Eso lo supe cuando vino mi hermano a buscarme y se espantó al mirarme. Me valía verga, la neta. Sentirme miserable era mi nueva personalidad, creo que hasta enflaqué, porque mis pants cada vez se me holgaban más.

Samy... ella no me ha dirigido la palabra para nada, anda ocupada en lo suyo. Como ya sabía, era buena para ocultar sus problemas, a veces veía su stream y la gente me notaba y se lo hacía saber, le spameaban el chat preguntandole por mí. Me sentía culpable, pues nuestra pasada amistad le estaba cobrando más factura que cuando le preguntaban por Félix. Me daba cuenta que escuchar de mí la ponía incómoda, a veces fingía ir por snacks y tardaba un rato, era obvio que estaba ocultando sus sentimientos, era evidente que estaba muy dolida por mi culpa... mi estupidez... mi silencio...

Rogelio y Chapa se percataron de mi situación, ambos trataban de contactarme sin mucho éxito, la realidad era que no quería hablar, llevaba semanas en silencio, el silencio sepulcral que merecía esta dolorosa pérdida. Por las noches me ahogaba en la miseria, en los hubiera y en los por qué. ¿Y si le hubiera dicho todo esa mañana? ¿Y si hubiera sido honesto? ¿Y si hubiera revelado la verdad aquella ocasión en su casa?... ¿Por qué no lo hice?, ¿por qué no hablé?, ¿por qué me ganó la vergüenza?, ¿por qué me siento tan culpable?, ¿por qué ella me ve como un monstruo?

Así pasaba mis noches, hasta que a veces lograba quedarme dormido por el cansancio, tenía cajas de paracetamol vacías junto a mi cama y algunas botellas de plástico tiradas en el suelo. Jamás había sido tan sucio como ahora, mi casa era un asco total, como yo... los dolores de cabeza me martillaban casi todo el tiempo, no sé si por llorar o por dejar de comer. Mis padres estaban preocupados por mi salud, pero gracias a que vivía solo podía zafarme un poco de sus cuidados.

Todos los días le enviaba mensajes a Samy, cada uno más miserable que el anterior, todas disculpas y explicaciones. Le rogaba por perdón, le rogaba para que me diera la oportunidad de explicarle, al parecer archivó mi chat, porque los mensajes seguían llegándole pero ninguno estaba leído. Así que cada vez que podía le escribía.