Girasol | ElMariana x Rivers

Capítulo 10. Girasol (final)

Nos abrazamos en forma de saludo, traté de actuar casualmente y ella parecía intentar lo mismo conmigo. Notó que me estaban tatuando y preguntó:

-¿Es de Pinterest?- se burló intentando relajar la interacción.

-Sí es de Pinterest- le seguí la corriente.

-¿Cómo estás?- alzó su cara y me vió a los ojos.

-Sí es de Pinterest wey, ayúdame- dije de forma dramática para calmarme, sus ojos marrones eran una trampa y quería pensar en algo más, le agarré mas manos y la moví como pidiendo ayuda, parte del teatro.

-¿A ver qué es wey?- me agarró el brazo.

-Es un girasol- le mostré.

-Ah, es un girasol- repetía todo de forma monótona, se notaba un poco incómoda.

Nos sentamos y Chapa comenzó a torturar mi brazo. Aunque el dolor me estaba ayudando un poco a enfocarme en otra cosa, ella se sentó a mi lado y yo trataba de no verla demasiado. Chapa y ella comenzaron a platicar de una excursión que habían dado al cerro de la silla, incluso me mostraron unas fotos de la bonita vista que tenía el lugar. Recordé lo que me dijo Ama sobre el tema del box.

-¿Cuándo vamos a pelear tu y yo?- aproveché que habían abierto ese tema para indagar un poco.

-Eh...- se lo pensó, ante la cámara ella debía actuar amistosa -la siguiente semana...- afirmó -o sea, no esta semana, sino la siguiente- dijo quitada de la pena, como si nada...

-Okey- no estaba seguro si esto era verdad.

-¿Si? ¿Jalas?... Mira te voy a enseñar un vídeo- buscó su teléfono y comenzó a revisarlo, creo que para evitarme.

-No te lo recomiendo Osvaldo, ella casi me saca el corazón el otro día, ya está agarrando más fuerza y no se mide- miró a Samy con cara de enfado. Pues a mí ya me había quitado el mío, así que no importaba un golpecito más.

-¡Exagerado! Fue un golpecito nomás- se excusó pero ya me había dado golpes y sabía que tenía una gran fuerza.

-¡No mames entonces si me da miedo- Samy jamás se medía con su brutalidad física, seguro que ya era un arma blanca más poderosa y peligrosa.

-¡Ay cabrón! Mides dos metros, ¿Qué chingados te voy a hacer?- Como si no supiera que me puede sacar el aire con facilidad.

-Pero me dijo Chapa que el sintió como en Dragon Ball- le expliqué mi punto -como cuando Gokú se quita las pesitas wey... y que eras demasiado veloz y que no podía él hacerte nada- él viejillo me llegó a contar de ella algunas veces, todas porque yo se lo pedía. Ví que ambos se rieron de mí -pues bueno, eso es lo que me da miedo ¿sabes? Que yo no pueda verte y chi chi chi- hice el movimiento de la enana esquivándome sin pedos.

-Y tu así: noooo- me imitó golpeándola en cámara lenta y se burló de la escena imaginaria, de verdad que se creía muy verguitas la niña.

Estuvimos platicando de algunos escenarios imaginarios en donde ella me partía la madre a mí y a todos los que estaban aquí, ya se sentía la más fuerte. La verdad lo era y me encantaba que se sintiera segura con ella misma, este deporte al final de cuentas le ayudó un poco, ya no comía mugrero, bueno no tanto, pues traía su pinche bolsita toda cagada de un chingo de panes y la chingada, ¿Qué no estaba en una dieta estricta? No quise preguntar sobre eso o seguro me daba un pinche chingadazo o algo peor.

Me agradaba que por lo menos frente a cámaras pudiera demostrarme algo de afecto, o sea, hablarme de forma amable y por un momento me sentí como antes. Contamos algunas anécdotas de antes y notaba que la estaba haciendo reír con mis pendejadas, por lo que me dediqué a decir todas las babosadas que se me ocurrieran en ese momento, todos nos escuchaban atentos y yo me enfocaba en verla a ella, tratando de atesorar este pequeño momento de paz. No sé porqué pero me sentí tan en confianza que comencé a acercarme un poco más y ella también, acaricié su cabeza y le tocaba el brazo cada tanto, ella inmediatamente me veía y dejaba de hacer lo que estuviera haciendo, se sentía demasiado bien en realidad.