habla ahora o calla para siempre suelen decir ¿qué pasa si ya es muy tarde para hablar y tan solo queda callar con el dolor por el resto de la eternidad?
julián alvarez x fem oc
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mi pie se movia sin parar mientras observaba los nombres de las comidas en el menú de la cafeteria, no entendía ni la mitad de lo que me podían ofrecer y para colmo luciano, mi novio, estaba llegando tarde a nuestra cita, como ya era de costumbre.
podía sentir los ojos en mi de algunos meseros, esperando a que les hiciera alguna seña para acercarse a anotar mi pedido pero realmente no entendía un cuarto de las palabras y encima tampoco iba a poder pronunciarlas.
volvi a intentar llamar a luciano pero otra vez el celular me enviaba directo al buzón de voz, me estaba desesperando. se le sumaba a todo esto que parecía que me habían dejado plantada, sintiendo ademas de una mirada ansiosa una de pena por parte de los meseros.
— la concha de la lora — susurré mirando otra vez los nombres tanto de las comidas como de las infusiones y tome mi celular para traducirlas, por lo menos iba a entender lo que iba a pedir, después me las arreglaría para que nos entendamos
estaba incluso a punto de levantarme del restaurante e irme, la ansiedad social de a poco comenzaba a consumirme y sentía que el aire de a poco comenzaba a faltarme. necesitaba que luciano apareciera por la puerta en este mismo instante.
— perdon, no quiero molestarte pero ¿estas bien? — me preguntó un chico sacandome de mis pensamientos, logrando que intentara a toda costa normalizar mi respiración
lo que me faltaba era armar un escandalo en un lugar que no conocía con gente que no hablaba mi mismo idioma. agradecía que apareció este chico de la nada que hablaba español, supongo que es verdad eso que dicen que hay un argentino en cada rincón del mundo.
— si, perdon ¿estoy llamando la atención? te juro que es lo que menos quiero — respondí tratando de escudarme, estaba de lo más apenada
— no, no es eso. solo que entre tanto ingles te escuche putear en español y estas hace bastante tiempo mirando el menú — añadió él sentandose en la silla libre de la mesa, tomando confianza por completo, en otro momento me hubiera molestado pero necesitaba demasiado escuchar palabras que entendiera que no me importaba en lo absoluto
— dios, es que llegué hace muy poquito acá y no me manejo nada con el inglés, creo que si intento pronunciar alguna de las palabras que aparecen acá voy a parecer una ridicula — contesté distendiendo mi cuerpo, la comodidad se estaba apoderando de mi, cualquier cosa que me recordara a mi país me hacía sentir contenta
a pesar de que él era un completo extraño.
— yo cuando apenas llegué estaba en la misma que vo', ahora medio que me manejo dejame que te ayude ¿qué queres pedir?
sonreí inconscientemente y volvi a mirar el menú en mis manos, tan solo quería un café con leche y lo que más se parecia a un tostado de jamón y queso. acá tenian varios sándwiches de muchas cosas.
él le hizo una seña a uno de los meseros apenas le comente mi deseo, quien al acercarse nos brindó una sonrisa, y pidió exactamente lo que le había dicho. trate de memorizar lo que acababa de escuchar pero sabía que me lo iba a olvidar.
antes de que pudieramos decir algo más, o incertarnos en una conversación, apareció luciano a mi lado, colocando al instante una mano sobre mi hombro, como si estuviera marcando territorio. su mirada estaba clavada en el hombre sentado frente a mi.
— hola amor — dijo cambiando su mirada hacia mi rostro por unos segundos, intente mostrar una sonrisa pero no me salía, yo estaba enojada por lo tarde que había llegado y él probablemente porque estaba sentada con otro hombre
poco me importaba, el chico se había acercado a ayudarme y realmente lo apreciaba.
— hola lu, él es... — intenté explicar pero no tenía nada para decir, en ningún momento habíamos dicho el nombre del otro, algo extraño
— julián, un gusto, me acerqué a ayudarla porque parecía pérdida con el menú — dijo el argentino que me acompañaba parandose de la mesa y extendiendo su mano hacía luciano, quien la tomó al instante
— luciano, su prometido. gracias por ayudarla pero ya llegué yo — agregó mi pareja con el rosteo totalmente serio
no me gustaba para nada cuando actuaba de esa forma, menos cuando alguien tan solo había buscado ayudarme. julián asintió, me dedicó una sonrisa con la boca cerrada y se alejó para sentarse con otro chico en una mesa, quien aun nos miraba intrigado.
lamentaba no haber tenido la oportunidad de por lo menos decirle mi nombre.
— no tenías porqué tratarlo así, solo se acercó porque no sabía que hacer y vos no estabas para ayudarme. los meseros no paraban de mirarme y la ansiedad me estaba ganando — me permiti hablar una vez lo vi sentado en el lugar que anteriormente ocupaba julián
— dale gala ¿me vas a decir que solo quería eso? los futbolistas son todos iguales — me respondió luciano tomando el menú libre de la mesa, frunci el seño al instante
no miraba fútbol, ni siquiera miraba cuando jugaba la selección. tan solo algunos partidos de boca obligada por luciano, club del que era hincha por mi padre.
— sabes que no miro fútbol, luciano. no tengo ni idea quien es el chico — agregue comenzando a enojarme, siendo futbolista o no aquello no le permitía tratarlo de la forma en la que lo habia hecho
luciano cerró los ojos y suspiro, al abrirlos su mirada se había suavizado y extendio sus manos para tomar las mias.
— tenes razón, no tendría que haberlo tratado así, perdon por eso y por haber llegado tarde, se extendió una reunión en el trabajo
asentí sin decir más nada, siempre era el trabajo antes que yo. necesitaba con urgencia aprender inglés para comenzar a ser un poco más independiente en este país porque si dependía de que luciano me eligiera estaba muy perdida.