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synopsis. te desvias accidentalmente de camino a la tienda. info. fluff, sadie sink x fem¡!reader. words. 594 palabras. warnings. nope.
─¡Sades! ¿Te enojarías si no fui a la tienda como te dije que iría?─ Gritaste en la casa, sabiendo que Sadie te oiría desde donde estuviera.
─¿Qué quieres decir?─ Ella gritó de nuevo. Oyó arrastrar los pies y el suave acolchado de unos pasos que se dirigían hacia usted.
─Quiero decir, no fui exactamente a la tienda. Me...─ Miraste al par de ojos marrones dorados que tenías en tus brazos. ─¡Me distraje!
No ir a la tienda era quedarse un poco corto. Pero no fue culpa tuya, simplemente te distrajiste un poco, la compra podía esperar.
─Dime que no─ Levantaste la vista y te encontraste con un par de hermosos ojos azules que te miraban fijamente. Sadie estaba de pie en la puerta, mirándote a ti y al bulto de pelaje dorado en tus brazos. Su rostro era bastante tranquilo, no podías saber lo que estaba pensando en ese momento.
─Por favor, no te enfades─, suplicaste a tu novia, ─Iban a llevarlo a la perrera, y parecía tan dulce y mimoso...
─¿Compraste un perro?─ Se estremeció. A pesar de sus esfuerzos por mantener la calma, su voz parecía llena de conmoción y tal vez incluso una pizca de ira.
¿Comprar un perro fue la mejor idea del mundo? No. Pero era por un precio barato y por una buena causa. Al menos ahora, no había duda de que aunque Sadie te hiciera deshacerse de él, iría a un buen hogar.
El pequeño golden retriever se acurrucó más en tu pecho, con las orejas hacia atrás, mientras parecía absorber todo lo que le rodeaba.
─No podía dejarlo ir a la perrera─, le pusiste tus mejores ojos de cachorrito, con la esperanza de convencerla de que te dejara quedarte con él.
Sus ojos se posan en el cachorro que tienes en tus brazos, contemplando su pelaje erizado y un collar de perro dos tallas más grande. Por primera vez desde que llegasteis a casa, ves que su actitud impasible cambia por una llena de compasión.
Finalmente se acercó a los dos y le tendió la mano para acariciarlo. Le levantó las orejas y le movió la cola cuando le pasó los dedos por el pelaje.
─Creo que le gustas─, dijiste, asegurándote de agarrar bien a la masa de pelo que se retorcía.
Suspiró y el corazón te dio un vuelco: ¿iba a obligarte a deshacerte de él?
─¿Qué nombre le vas a poner?─ Tu cabeza se levantó, sorprendida y aliviada: ─¿Podemos quedárnoslo?─. Sadie tuvo que reprimir una carcajada al verte. Irónicamente, tu excitación le recordaba a la de un cachorro ansioso. Lo único que te faltaba era mover la cola.
─Sí, podemos quedarnos con él─ Como si el perro en tus brazos pudiera entender toda la conversación, saltó, lamiéndote la cara de emoción.
─¿Y cómo le vas a llamar?─, volvió a preguntar, riéndose de la baba que tenías por toda la cara.
Miraste al cachorro en tus brazos, no eras la mejor con los nombres, sin embargo, por alguna razón, sólo una cosa te vino a la mente, ─Cooper.
─¿Cooper?─ ella te miro con ternura y acerco su mano para volver a acariciar al cachorro mientras te miraba con amor, ─no esta mal... Cooper suena adorable
Te acercaste el cachorro a la cara, mirándole a los ojos con nada más que amor y adoración: ─Mi pequeño Cooper.
Cerraste los ojos rápidamente cuando él volvió a lamerte la cara, cubriéndote de más babas.
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