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synopsis. ayudas a sadie con los paparazz y al final terminas quedando en una cita con ella. info. fluff, sadie sink x female reader. words. 2,988 palabras. warnings. ninguno.
─¡Sadie!
─¡Sadie, por aquí!
─¡¿Te importaría responder algunas preguntas para nosotros, Sadie?!
A pesar de lo ruidosos que eran, los incesantes gritos de los paparazzi parecían ruido de fondo comparados con el zumbido en los oídos de la pelirroja. El corazón le latía rápidamente en el pecho mientras intentaba mantener la compostura y sus pies la llevaban por la acera un poco más rápido a cada paso. El brillo de un sudor nervioso que brillaba en su piel y el patrón inestable y desigual de su respiración eran claros indicadores de su ansiedad burbujeante y, sin embargo, los paparazzi seguían acercándose a ella como tiburones atraídos por la sangre en el agua.
Sadie no podía evitar culparse por ello: antes de salir de su apartamento esta mañana ya sabía que probablemente la acosarían si salía de compras sola, pero allí estaba de todos modos. ¿Cómo había podido ser tan ingenua de no llevarse a una amiga? Al menos así no tendría que enfrentarse a esto sola...
Respiró hondo y trató de liberar su mente de cualquier autorreproche, rezando en silencio para que los paparazzi se aburrieran de su incumplimiento y la dejaran en paz. Pero, como un reloj, la bandada de paparazzi no hizo más que crecer a medida que más fotógrafos se abrían paso a codazos entre la multitud, sacando fotos y gritando preguntas absurdas con la esperanza de obtener una respuesta de ella.
Sadie se tragó el nudo que tenía en la garganta y apartó las lágrimas que se le acumulaban en los ojos. Intentaba por todos los medios no provocar en los paparazzi la reacción que deseaban, sabiendo que mostrar cualquier emoción sólo serviría para espolearlos. Pero su ansiedad empeoraba con cada flash de las cámaras y cada vez le resultaba más difícil mantener la compostura. Se mordió el interior de la mejilla y golpeó con los dedos el borde del teléfono mientras intentaba averiguar qué hacer. Su auto estaba al menos a otras cuatro manzanas y sabía que no podría llegar hasta allí sin echarse a llorar. Empezando a sentirse desesperada, Sink buscó una tienda o un restaurante que no estuviera ocupado, decidiedose que su mejor opción sería llamar a su manager y esperar allí mientras tanto. Por suerte, pronto dio con una cafetería muy bonita que parecía completamente vacía: ni siquiera había nadie detrás del mostrador. Al principio se preguntó si estaba abierto, pero un pequeño cartel colgado en de la puerta principal le confirmó que sí.
Sadie miró vacilante por encima del hombro, haciendo una mueca ante el creciente número de paparazzi, antes de darse la vuelta para mirar hacia la puerta. Se sintió un poco culpable ante la idea de llevar a los paparazzi a la pequeña cafetería, pero estaba demasiado abrumada y ansiosa en ese momento como para preocuparse. Así que, sin dudarlo más, abrió la gran puerta de cristal y se adentro rápidamente en la cafetería.
