❛ ❛ 12 . learning with the fall ❜ ❜

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synopsis

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synopsis. max finalmente descubre sus sentimientos por ti.
info. fluff, maxine mayfield x female
reader.
words. 857 palabras.
warnings. nope.







Era finales de agosto y el sol se estaba poniendo, la pista de patinaje estaba parcialmente abarrotada de niños y adolescentes que reían y hablaban en voz alta. Hojas de un verde intenso se arremolinaban con el viento alrededor de la zona, moldeando el lugar como si fuera un sueño de verano.

El pelo rojo de Max adquirió un brillo dorado, el sol besó sus pecas del mismo modo que tú desearías hacerlo.
Caminaba a tu lado, con el monopatín bajo el brazo, mientras tú te sujetabas los cordones de los patines.

─Ugh, odio cuando hay tanta gente ─, se quejó Max, con los ojos azules brillantes escudriñando las pistas de cemento y viendo cómo un chico se caía de su patín y se daba en el trasero. Se burló.

Te sentaste en el borde de una de las rampas, quitándote los zapatos para sustituirlos por tus patines. ─Bueno, con un día como este, no me extraña que todo el mundo esté fuera.

La chica pelirroja te miró, con los labios fruncidos. Los rasgones de tus vaqueros revelaban unos pequeños raspones en estado de sanación, unos que te ganaste la primera vez que pusiste un pie encima del monopatín de la pelirroja.

El recuerdo hizo que el corazón de Max sintiera un cosquilleo. Tus manos se habían agarrado a las suyas con fuerza, los cuerpos casi rozándose antes de que ella, inevitablemente, te soltara. Eso se aprende si antes te equivocas, si antes te haces daño.

Max no disfrutó del rojo carmesí de la sangre en tu piel, su ritmo cardíaco se disparó cuando chocaste contra el suelo. Ese tipo de sentimiento por ti era nuevo, no había pensado mucho en ello desde entonces.

─Vayamos a ver si encontramos un sitio para poder patinar tranquilamente ─. Max decidió una vez que se levantó.
Encontraste un lugar, una parte apartada del parque bajo un enorme sauce. El cemento estaba cubierto de hojas y allí había menos rampas, pero también menos gente.

Max se subió a su monopatín, superando una pequeña pendiente en el suelo antes de asentar su velocidad para igualar la tuya. Estiró los brazos, mirando hacia sus pies con una casi visible sonrisa mientras se movía con las pequeñas ruedas.

─¿Cuándo vas a volver a intentarlo? ─. Max enarcó una ceja, levantando también el brazo a tu lado. La punta de sus dedos rozó los tuyos, la piel se le puso de gallina.

No hiciste ningún movimiento para romper el contacto, tus patines se movían a la vez que el monopatín de ella. Giraste la palma de la mano hacia arriba, con los dedos enroscados alrededor de la de Max. ─Tal vez cuando las repercusiones de mi último intento estén curadas.

Max soltó una risita, el viento le trajo mechones de pelo rojo sobre los ojos; el sol en su cara la hizo entrecerrar los ojos. ─Eres un cobarde.

Levantaste teatralmente una mano sobre el pecho. ─¡Hey, eso fue grosero Maxine! ─. Ella te dio un ligero golpe en tus costados mientras se reía.

Al moverse, su cabeza tapaba el sol, resaltando su perfil con un brillo dorado. La sonrisa de Max se desvaneció lentamente, sin dejar de mirarte. Vio como un halo de belleza se formaba a tu alrededor, capturando su corazón con un fuerte apretón. Max vio tus ojos encontrarse con los suyos, una enorme sonrisa en tus labios que hizo sudar las palmas de sus manos. Vio cómo la niebla se disipaba y sus sentimientos se volvían más nítidos.

La rueda del monopatín se enganchó en una hoja más grande. No debería ser gran cosa, pero la mente de Max se entumeció con la imagen de ti bajo esta nueva luz. Tropezó hacia delante con fuerza, ganándose sin duda una hemorragia nasal si no fuera por tus rápidos reflejos.

Estuviste frente a ella en cuestión de segundos, con un brazo alrededor de su cintura y con la otra en su hombro derecho salvándola de la caída. Uno de ellos al menos.

Max apoyó la barbilla en tu hombro mientras recuperaba el aliento y te apretaba el brazo con ambas manos. Tu perfume invadió sus sentidos y se dio cuenta de que su cuerpo estaba pegado al tuyo.

Te apartaste para mirarla a los ojos. Levantaste una mano, empujando los pelos sueltos y desordenados detrás de las orejas de Max. ─Oye, ¿estás bien?─,
El calor subió por las mejillas de Max, el roce de tus dedos contra su piel hizo que un escalofrío recorriera su espalda. El aire abandonó sus pulmones cuando levantó la cabeza y su nariz casi rozó
tuya.

Hubo un momento de silencio, un momento en el que tus ojos se fijaron en los de ella y Max oyó los latidos de su propio corazón. Al verte a los ojos y al ver tus labios finalmente descubrió algo que cambiaría su manera de verte. Trago en seco y apartó la mirada de ti nerviosa y con su corazón latiendo de una manera furiosa.

─Sí, mejor que nunca.


@ anonymoussink ﹙📚﹚; 2023

love to dream | 𝘀𝗮𝗱𝗶𝗲 𝘀𝗶𝗻𝗸 | one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora