Capitulo [34]

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(...)

Cada día me sentía peor y un malestar constante me acosaba, debilitándome y robándome toda mi energía. Todo comenzó cuando me desmayé, atrayendo la atención de todo el personal de la mansión, incluido Izuku, mi esposo. Como era de esperarse, el caos y la preocupación se apoderaron del lugar cuando finalmente desperté.

Inmediatamente, al verme en ese estado, llamaron al médico de la familia, pero para sorpresa de todos, no encontraron una causa evidente que explicara mi malestar. Ante esta incertidumbre, en contra de mis deseos, decidieron enviarme a hacer estudios toxicológicos y análisis de sangre, en un último intento desesperado por descubrir qué estaba sucediendo.

En medio de ese caos, Arthur, mi confidente actual, se encontraba en mi habitación, compartiendo una charla. La duda y el remordimiento me atormentaban mientras hablábamos.

Me encontraba postrada en la cama, obligada a permanecer inmóvil debido a la debilidad extrema de mi cuerpo. Los días se convirtieron en una tortura, ya que los constantes vómitos me agobiaban, incluso con alarmantes rastros de sangre. Izuku y mis suegros, llenos de preocupación, me ofrecían su apoyo incondicional cada vez que me visitaban para ver mi estado.

—¿En serio crees que el señor Izuku tiene una relación con ella?—preguntó Arthur.

Desde luego, le contesté lo mejor que pude, ya que la horrible condición en la que estaba no me permitía hablar mucho.

—Al menos eso es lo que he observado, y también me preocupa el hecho de que sea ella. Es decir, es la única amiga que tengo.

Arthur reflexionó por un momento antes de responder:

—Pero debes recordar que mi señor no haría nada de eso. No es ese tipo de persona.

—¡Es más! Al mismo tiempo, siento que no tengo derecho a sentirme molesta después de lo que hice...

Actualmente, también me siento profundamente arrepentida. Sabía que había sido injusta con Izuku en el pasado, cometiendo errores similares a los que ahora sospechaba que él estaba cometiendo.

—Como te dije, no, no creo que él esté haciendo eso—respondió Arthur con sinceridad—¿Por qué no hablas con él directamente y aclaras las cosas? Quizás así puedan superar esta situación juntos.

Las palabras de Arthur resonaron en mi mente. Tal vez la clave para superar aquel tormento era enfrentar mis preocupaciones y tener una conversación honesta con Izuku. Aunque...

—Creo que lo haré a su debido tiempo. Si hablo con él, tal vez podríamos solucionar las cosas.

—¡Así se habla!

Inesperadamente, Arthur miró su reloj, dándose cuenta de que tenía que hacer un recado con su señor.

—Por cierto, tengo que irme. Su esposo me ordenó que lo llevara a una reunión importante. No se preocupe, él verá cómo está en algunas horas. —dijo Arthur levantándose de la silla que había colocado para estar cerca de mi cama.

En el momento en que se disponía a retirarse de la habitación, sentí una necesidad inesperada de expresarle lo que quería decirle desde hacía algún tiempo. No sabía por qué surgió esto, pero cuando estás postrada en una cama por algo que nadie logra identificar, sientes de inmediato la urgencia de decir varias cosas que has guardado en lo más profundo de tu corazón.

—Por cierto, Arthur...

Al escucharme, detuvo su caminar para voltearme a ver.

—¿Sí? Mi señora.

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⏰ Última actualización: Mar 15 ⏰

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Por el bien de los mundos! Me casare!  (BHNA/RWBY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora