Capitulo [33]

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(...)

Desde que Sofía se convirtió en mi mejor amiga y sirvienta, mi vida se ha vuelto un poco mejor. Nuestra rutina diaria se ha convertido en algo realmente maravilloso, saturada de emocionantes y compartidas aventuras.

Cómo por ejemplo, una vez que habíamos cumplido con nuestras responsabilidades, soliamos salir como amigas y buscábamos una cafetería acogedora donde podamos entablar una conversación animada. Sentadas en una mesa junto a la ventana, compartimos risas, secretos y sueños mientras saboreamos el aroma de nuestras tazas de café.

También en ciertas tardes soleadas, decidíamos aventurarnos en el golf. Aunque Sofía nunca había practicado este deporte previamente, hemos adquirido juntas las habilidades fundamentales y disfrutamos enormemente. Nos animamos mutuamente con risas bulliciosas cada vez que fallamos un golpe y celebramos con mucha cerveza en la mansión al final del día. Incluso, nos refugiamos en nuestros libros preferidos. Sofía comparte conmigo sus impresiones acerca de la última novela que ha leído, mientras yo le cuento mis últimas revelaciones literarias.

Además, llegamos a instaurar un pequeño club de lectura solo para nosotras dos, permitiéndonos así compartir nuestras emociones y vivir aventuras a través de las palabras.


(...)


—Sabes, eres como una hermana para mí —declaré con gran emoción—. Cantas maravillosamente, a pesar de que todavía estás aprendiendo japonés. Nuestras voces incluso parecen fusionarse en una sola.

En ese preciso momento nos encontrábamos en un bar karaoke en Tokio, donde disfrutábamos de una noche inolvidable. Recordaré siempre cómo bebíamos sin cesar, pero aún así conservábamos la lucidez suficiente para entonar nuestras canciones con gran destreza. Al menos así lo deseaba creer, a pesar de que Izuku me haya mencionado en varias ocasiones a lo largo de los años que en ocasiones mi voz parecía desafinada.

—Usted no se queda atrás, mi señora —contestó Sofía de manera cortés—. Ha mejorado desde la primera vez que fuimos. Ojalá en Rusia haya más karaokes como este. Si tuviera una hermana como usted, la llevaría todos los días.

Repentinamente, me acerqué a ella con el micrófono en la mano y rodeé su cuello con el resto de mi brazo.

—Es una lástima, pero lo bueno es que me tienes a mí. Tu maravillosa jefa/hermana para hacerte compañía—dije con una gran sonrisa borracha—.

La única reacción que obtuve de Sofía fue un leve sonrojo y una risa tímida.

—Jamás pensé que podría llevarme bien con una Midoriya como usted. Es más divertida de lo que se dice de la segunda al mando de la familia.

—¡Es bueno saber que tengo una amiga que no le importe que soy una Midoriya! Literalmente, puedo ser yo misma contigo.

—Lo mismo digo.

Después de eso, seguimos cantando hasta caer borrachas en el suelo del karaoke. Fue muy vergonzoso recibir un sermón de Izuku al día siguiente y de algunos de mis guardespaldas que nos acompañaban esa noche, debido a que tuvieron que entrar a la fuerza en la sala donde estábamos cantando y tuvieron que cargarnos como si fuéramos tapetes hacia la mansión.

(...)

Durante aquellos meses en los que Sofía se convirtió en mi mejor amiga y sirvienta, encontré un alivio inesperado para el gran vacío que sentía tras perder a mi familia y amigas años atrás. Sin embargo, la realidad de mi situación familiar era aún más desgarradora y llena de drama.

Por el bien de los mundos! Me casare!  (BHNA/RWBY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora