Fernanda una joven de apenas diez y seis años terminaba de ver su novela favorita "El sultán". Descansaba pero, no esperaba lo que le sucedería...
¿Qué era esto?, ¿sería un sueño o había reencarnado?, ahora era la hija del sultán. Renació para cambi...
Aquella dulce niña que corría por todo el jardín, que cada que la lluvia caía salía para disfrutar junto a su hermano, que temia salir ante la luz del sol.
Ahora se había convertido en una bella joven de cabellos oscuros, piel blanca como la nieve, con una dulzura cautivadora, una presencia imponente y una astucia que deslumbra a todos los que tienen el privilegio de conocerla.
—Ekrem aga, llama a las criadas, debo prepararme —llamo a su aga de confianza.
—Como ordene mi sultana —choco las palmas dando paso a las muchachas con los vestidos, joyas y maquillaje.
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La comenzaron a peinar y alistar, trajeron una preciosa corona de brillantes azules tal y como su vestido.
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Un anillo de zafiro que adornaba su delicada mano.
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—Ekrem, ¿qué te parece?
—Hermosa mi sultana, pero creo que le falta algo. —se acercó a un baúl el cual contenía un precioso collar que el sultán le había regalado hace años.
La coloco en el cuello de la sultana cubriendo su dersa piel.
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