10. El rotulador de Isaac y Lee

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Graciaass a todos los que estáis comentando y votando, y muchas gracias por todo el apoyo que está recibiendo la historia <33 ______________

Esta vez cuando me desperté no había pasado nada y Alex estaba donde lo había visto anoche antes de dormir, mirando hacia el otro lado girado en la punta.

Pero al igual que ayer me desperté yo antes que él. Y tuve que volver a esperarme a que se despertara para vestirme.

Pero cuando bajé al piso de abajo todo se sentía como muy repetitivo, y no tenia nada que hacer, por lo tanto, iba a ser un día bastante aburrido. Estuve toda la mañana machacando a mi cabeza para que ideara un buen plan, odiaba los domingos. Y los Walter parecían ser muy productivos los domingos.

Esta vez a Nate no le apetecía caminar, Will no estaba para cocinar juntos, Cole había decidido ayudar a los señores Walter, Danny quería estar solo para practicar una obra muy importante, Alex, Lee e Isaac volvían a estar enganchados a los videojuegos y a los más pequeños no es que les cayese muy bien todavía y no me dejaban jugar con ellos en la piscina.

No me apetecía estar en mi habitación así que decidí ir al altillo, recuerdo que Alex dijo que era un buen sitio para desconectar de todo y ya nadie iba allí, así que aproveché para ir, agarré el libro de Romeo y Julieta que todavía no había acabado, ya que Alex me ayudó con las frases y no vi importante acabarlo en ese momento.

Estaba tal cual como lo habíamos dejado yo y Alex. Fui directamente al sofá y me apoyé en un cojín mientras estiraba las piernas para acomodarlas en otro cojín, con suerte me podría sumergir a Verona con facilidad.

Empecé a leer por donde me había quedado, no me faltaba mucho para terminar, pero siempre los últimos capítulos me costaban de terminar, había tanta información que había que pensar y recordar demasiado, además ya me sabia el final, la razón por la que no suelo leer libros que ya se como acaban, o cuando me he visto ya la película, pero en este caso jamás había visto una película de Romeo y Julieta.

No sé cómo pasó, pero me había dormido. No me desperté por ningún ruido ni por ninguna presencia, pero sí que había una. Vi como Alex estaba sacando una manta de un cajón no muy lejos de donde yo estaba tumbada.

—Oh, ya te has despertado — Dijo con una voz dulce y suave.

—¿Me he dormido? — Pregunté, como si él supiera en qué momento caí rendida en mis sueños — ¿Cuándo?

—Pues, cuando te he visto bajar de tu habitación con ese libro en las manos — Señaló el libro que estaba todavía en mis manos — Era hace cuatro horas, así que más o menos cuanto crees tu que llevas dormida — Sonrió.

—No sabia que estaba tan cansada — Mencioné un poco confundida.

Alex se acercó con la manta gris que estaba cogiendo de ese cajón cuando me desperté.

—Toma — Me dio la manta — Ha empezado hacer frio, te la iba a poner encima mientras dormías, pero te has despertado.

—Gracias — Dije bajito, un poco ruborizada.

Alex me dijo que ya habían comido todos, pero que Katherine me había guardado un poco de pasta por si quería.

Yo me levanté del sofá y fui a verme en el espejo casi diminuto que por suerte había colgado, siempre que me despertaba después de dormir parecía que tenia los ojos horribles, uno más grande que el otro o cosas así por el estilo.

Pero lo que vi era mucho peor que lo de los ojos.

Alex pudo ver mi cara de horror porque dijo:

—Sobre eso... puedo explicarlo, peor juro que no ha sido culpa mía — Se excusó mientras parecía apenado.

𝐌𝐫. 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭𝐥𝐲 𝐅𝐢𝐧𝐞 || 𝐀𝐥𝐞𝐱 𝐖𝐚𝐥𝐭𝐞𝐫 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora