capitulo 2

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—Como siempre, tu futuro es tuyo, Damian, y aunque parece incierto, lleno de sombras y posibilidades... Ah, no sé, solo quería verte. ¿Estás bien?


—Estoy bien, Jonathan, y no tengo miedo del futuro.


—Solo me llamas Jonathan cuando estás enojado.


—Por favor, ya no me busques.



Suspiré con pesadez al leer la nota que había estado sosteniendo, sujeta entre mis dedos temblorosos. Damian había dejado claro que no quería que lo encontrara, pero sus palabras seguían ardiendo en mi mente.—¿Esa nota es de Damián? ¿Qué dice? —preguntó Red Arrow, consciente de la carga emocional que representaba.
No podía compartir lo que sentía; era demasiado personal, demasiado nuestro. Dejé que la nota se consumiera entre mis dedos hasta volverse cenizas.—No hay nada más que pueda hacer aquí. Si Damián no quiere ser encontrado, no lo será —dije, evitando su mirada mientras emprendía vuelo.

...

Desearía haberme equivocado. Te busqué, intenté de todo. Conozco el sonido de tu corazón, cada latido, y por alguna razón, es como si hubieras desaparecido.Volaba sin rumbo, como casi todos los días desde que regresé. Me guiaba por el sonido de las personas que pedían ayuda, pero no te escuchaba. ¿Por qué no te escucho? ¿Por qué sigo escuchando el sonido de las piedras cayendo? Ya no estoy allí, estoy en casa... pero tú no estás aquí.Me rendí. Era obvio que no te encontraría si no querías. Siempre fuiste alguien muy ingenioso, así que decidí buscar ayuda.


—Hola, Nightwing —saludé al héroe de Bludhaven mientras él caía de un edificio con estilo.


—Hola, Superman —dijo al aterrizar—. ¿Qué te trae a mi ciudad?-Solo lo miré y él suspiró—Ya te dije todo lo que sé, al igual que todos.


—Por favor, Dick —supliqué.


—Nombres, Superman —respondió, haciendo énfasis en mi identidad.


Nombres, SuperBoy.


—Debo saber más. ¿Ocurrió algo mientras estaba en la Legión? —dijo mientras caminaba hacia el borde del edificio, mirando la noche.


—Es un asunto familiar, Superman —le respondí.


—Por favor... —suplicó, y lo miré unos momentos antes de que él suspirara de nuevo.


—Alfred... está muerto, y Damián lo vio —sintió un balde de agua fría caer sobre mi espalda. Sabía lo importante que era Alfred para Damián; era más padre que Batman.


—¿Cómo...? —pregunté, incapaz de comprender.


—Bane... Thomas... Es complicado —explicó—. Lo último que supimos de él fue que volvió con su madre.


—¡No puede ser! —grité al recordar a esa bruja.


—No he terminado —dijo con seriedad—. Además de que ha estado peleando con asesinos, lo vimos una vez pero... perdimos el contacto, al igual que perdimos a Talía.


—¿Crees que estén juntos?


—Es probable... Damián siente una gran culpa desde eso. Ha estado deprimido durante mucho tiempo y, bueno... tuvo problemas con su equipo.


—Sé que dejó el equipo. ¿Por qué? —pregunté, consciente de que según los registros de la Legión, Damián seguiría un camino oscuro después de dejar los Titans. Luego de eso, ya no había información.


—Damián comenzó a usar a los Titans para lavarle el cerebro a los criminales para que tuvieran miedo de cometer crímenes. Quería provocarles miedo hasta el punto de que nunca se atrevieran a volver a hacer crímenes, pero los Titans se opusieron y Batman los recriminó a todos. Al final, Damián renunció al manto de Robin —mientras más escuchaba, más me sorprendía. Parecía que Damián estaba inestable desde hace tiempo y nadie se había dado cuenta.


—¿Por qué no hablaste con él? —me miró sorprendido, después desvió la mirada y con un tono deprimente me dijo.


—Yo... no pude.
Su respuesta me molestó.—Eres su hermano, deberías estar para él, así como Batman, que es su padre —recriminé molesto—. Ninguno de ustedes se preocupa por él.


—Tú eres su mejor amigo. ¿Dónde estuviste todo este tiempo? —y el golpe de realidad llegó.


...

—¿Te pasa algo? —me preguntó una voz detrás de mí. Negué de inmediato.


—¿Es Damián de nuevo? —suspiré con pesar.


—Nightwing me dijo que no saben nada de él, al igual que Red Hood y Red Robin —dije desanimado. Después de hablar con Nightwing, fui a buscar a los demás miembros de la familia, pero todos me dijeron lo mismo.


—Lo siento, Jay, no creo estar de humor para ayudar con la huelga hoy —dije mientras me levantaba del escritorio.


—Pero, Jon, es importante que estés. Si ven que a Superman le interesa el cambio climático, le darán más atención —me explicó.


—Sí, tienes razón... —le dije antes de darle un beso—. Así te conocí.


Jay Nakamura es un chico meta-humano de diecisiete años. Va a la escuela conmigo; nos conocimos en una huelga que él lideraba sobre la libertad de los animales contra los cosméticos. Yo solo era un simple chico pasando por ahí, y él simplemente me dio el cartel. De ahí pasamos a ser amigos y, después, le revelé mi secreto.


—Él aparecerá, ya verás —me dijo mientras me abrazaba.


—Lo hará cuando él quiera, no cuando yo se lo pida —era obvio que Damián no saldría de su escondite si no quería.


—No lo conozco bien, solo lo que me has contado, pero... hay veces que las personas necesitamos estar solas. Así tenemos tiempo para pensar y reflexionar. Probablemente tu amigo necesita eso. Dijiste que él ha tenido una vida dura y no tuvo a nadie que lo escuchara —tomó mi mano—. Él volverá, ya verás.


...
Un joven caminaba por la gran playa. Vestía un traje negro con una capa verde decorada con hilos de oro. Junto a él se encontraban varios ninjas escoltándolo. Estos cambiaron de rumbo hasta llegar a un bar. Allí, el joven se acercó a una chica. Su piel era más morena que la de él, y su cabello azabache con tonos púrpuras le llegaba a la mitad de la espalda. El joven sonrió y decidió hablarle.—Hola, Maya

Super Sons IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora