Te fuiste, volviste, te fuiste de nuevo y después volviste¿En serio volviste?
No sé quién eres. Dices ser Jon Kent, Superboy. Eres tonto, infantil, glotón; te comportas igual, pero hay algo diferente. No solo ese cambio obvio; es como si ya no fueras tú, como si solo imitaras al pequeño Jon en un intento de ignorar tus problemas. Lo que haces no está bien.Lo sé bien.
¿Por qué ya no me buscaste? Te necesito ahora, más que nunca.
¿Qué pasó con tu promesa de esperarme? Creí en ti... Dejé que me lastimaras.
¡¡¡SOY TAN POCA COSA!!! En serio, fui reemplazo por un cualquiera.
Cálmese.
¡No me voy a calmar! ¿Es que no ves lo que ese maldito me hizo? Es igual a mi padre... Él me engañó, jugó con mis sentimientos.
Debe haber una explicación.
No quiero oírla. ¿Es que no te has dado cuenta? Jon siempre miente.
No, usted es el que siempre miente.
"Hola, estás hablando al celular de Jon. Ahora no te puedo contestar, pero déjame tu mensaje y te llamaré." -
suspiró con pesar antes de colgar. —¿Qué está haciendo? —se preguntaba mientras caminaba a su casa. Ya llevaba dos días sin saber de él, y eso le preocupaba—. Estará bien... Es Superman —trató de tranquilizarse, sacó su llave para poder entrar. Una vez adentro, alguien lo golpeó por la espalda—. ¡Ah!
—¿Te dijo que es Superman? De verdad que es un idiota —dijo a sus espaldas.
—¿Quién eres? —preguntó algo atemorizado.
—¿Eso importa? —dijo antes de volver a golpearlo, pero este se había desvanecido—. Atraviesas sólidos —dedujo.
—Si lo sabes, entonces entenderás que no podrás lastimarme —sonrió victorioso.
—No, solo tardaré un poco —comenzó a atacarlo repetidas veces. El joven empezaba a cansarse, y prueba de eso fue que había conseguido darle un golpe en la cara—. 1 minuto con 28 segundos resistiendo golpes. ¿Solo eso? Se nota que no entrenas —se acercó al joven y lo volvió a golpear.
—¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí? —se preguntó antes de que el extraño lo apuñalara en el abdomen—. ¡Ahh! —soltó un grito de dolor, complaciendo a su atacante.
—¿De verdad? Se atrevió a reemplazarme contigo —lo volvió a golpear.
—Lord Damián —una voz femenina apareció detrás de él.
—Nobody... No quiero compañía —dijo molesto.
—¿Quién es ese tipo? ¿Por qué lo atacas? —preguntó la chica, desconcertada. Vio a su amigo apretando los puños y mordiéndose el labio inferior como queriendo aguantar los sentimientos negativos que le provocaba.
—Alguien valioso para "Superman" —reveló con molestia antes de golpearlo—. Conociéndote, no habrás venido sola. —La chica asintió, el joven allí pensó en algo. Jon se atrevió a romper su corazón, le devolvería el favor—. Trae a mis soldados y a Abuse —se acercó a su compañera—. Quiero que "Superman" se arrepienta de haberme engañado. —La chica no respondió, estaba sorprendida—. Nobody...
—Sí, Lord Damián.
La víctima solo veía con horror al joven de ojos verdes. En ellos podía ver un brillo donde solo se podía ver odio... tristeza disfrazada de odio.
...Mientras tanto, en la Baticueva, Tim revisaba el código que Jason había robado mientras este era atendido por su padre, Bruce. Eran observados por un joven impaciente.
—¿Ya sabemos algo? —preguntó.
—Es trabajo del sombrerero. Solo hay una orden —los miró serio—: obedecer a Talia.
—¿Cómo lo rompemos? —preguntó el pequeño Kent.
—Llegando a él —reveló el patriarca murciélago.
—¿¡Y qué esperamos!? Vamos a buscarlo ahora —dijo decidido, mirando al hombre.
—¿Ubicación? —preguntó el hombre.
—Metrópolis —reveló el tercer petirrojo. Ya estaba listo para irse cuando su teléfono volvió a sonar.
—¡Contesta de una vez ese maldito teléfono! —dijo Jason, fastidiado. Por horas había oído ese molesto tono de llamada.
—Es Jay —ahí recordó que había prometido ir a una manifestación en contra del cambio climático con su novio, pero lo había olvidado completamente por Damián—. ¿Bueno? ¿Jay? No es el momento.
—Es el momento perfecto, Superman —dijo una voz masculina, sonaba más áspera que la de Jay. Jon reconoció esa voz de inmediato.
—¿Damián? —los murciélagos lo miraron sorprendidos.
—Me sorprende tu pésimo gusto en parejas —se escuchó un golpe seguido de un gemido de dolor—. Ni siquiera aguanto dos minutos.
—¡¿Damián, qué hiciste!? ¿¡Dónde está Jay!? —preguntó preocupado.
—Está respirando, poco, pero respira —soltó una risa vacía—. Él esperaba que llegaras; también le metiste...
—Damián, por favor, déjalo ir. Él no tiene nada que ver —mencionó desesperado.
—Tiene mucho que ver, Jon. ¿O ya no recuerdas? Ese maldito día de feria con dos anillos de dulce? —Ahí Jon entendió todo.
Damián estaba resentido con él y Jay porque, a pesar de todo, seguía enamorado de él y ahora lo odiaba por haberle dado esos sentimientos que tanto lo lastimaban.—Ven a buscarlo a mi palacio, pero ven solo. Tú y yo tenemos una conversación pendiente.Después, colgó la llamada.
ESTÁS LEYENDO
Super Sons II
FanfictionEse lugar era oscuro, creí que moriría en ese horrible lugar al principio me aterre pero después sentí un gran alivio pues creí que volvería a verte por eso me entregué a los brazos de la muerte pero entonces escuché...