"mamá, ¿Cuándo vendrá papá?"
"¡Yo quiero ir con el! El si me trata bien!"Los berrinches de una niña se dejaron escuchar, izumi abrió los ojos lentamente, notaba que estaba en una esquina de su sala teniendo perfecta vista a lo que estaba observando, podía ver a una señora de aspecto demacrado junto a una niña pequeña y un niño a su lado que parecía ser su hermanito menor, se notaba que esté último no pasaba los 6 años de edad. El aspecto de su casa era completamente diferente, se veía ¿Más nueva? Espera ¿Que año es? ...
"Mamá, ¡dice mi hermano que se muere de hambre!"
"¿Cuando seré libre mamá?"Esta última pregunta dicha por aquella niña desconocida con mucha melancolía hicieron que a la joven se le estrujara el corazón, sentía pena, al ver aquella escena, ver como la madre era negligente con ellos, le resultaba triste, pero izumi solo se preguntaba una cosa
¿He visto sus rostros antes...?Pensó, como si eso no fuera lo suficientemente raro, estaba sumida en sus pensamientos viendo esa escena cuando de un solo parpadeo aquella señora y niño se esfumaron como si de niebla se tratase, no había rastro de ellos, mientras que la habitación se volvia de a poco en poco oscura, pareciera que sol ya se había ocultado.
¿Pero como? Hace un minuto los ví.. yo los ví...¡¿y como oscureció tan rápido?!Izumi se cuestionó de nuevo en su mente, ya que no podía hablar, de repente su cuerpo se sentía pesado, la tensión y los nervios empezaron a estar al tope, no se podía mover, ningún músculo de su cuerpo podía moverse, su vista se fijó en esa niña, que efectivamente, era la misma de los cuadros. Izumi no había notado que de repente la pequeña se acercaba a ella con un paso apresurado, hasta quedar cara a cara.
Aquella escena era horrible, su rostro estaba cubierto de sangre, y sus ojos, esos ojos verdes profundos y de pupilas controidas parecían mirarla a través de su alma, su cara se veía demacrada, las ojeras salían a relucir y su sonrisa amplia de aspecto enfermizo solo la hacía ver más espeluznante, no era un aspecto normal para una niña de su edad definitivamente.
La oscuridad reinaba la habitación, ella no sabía que hacer, estaba acorralada y paralizada por lo que sea que fuera esa niña, sus nervios estaban a flote y empezó a hiperventilarse para poder saciar sus ganas de gritar al ver a esa "niña" en frente suyo, aquella pequeña la seguía mirando hasta que decidió tomar un brazo de la joven. Izumi soltó un quejido de dolor, su agarre era fuerte, casi como si quisieran arrancarle el brazo, cerró los ojos lo más que pudo, tratando de concentrarse en otra cosa y tener la mente en blanco hasta que una voz la saco de su vago intento de evadir la situacion.
"Mírame izumi"
Una voz realmente sería habló, sabía perfectamente de quién provenía, volteo a ver a la pequeña quien aún la miraba siniestramente.
izumi se moría de miedo, era una pesadilla , una pesadilla que se sentía tan real, no sabía que hacer, solo podía temblar y rezar internamente para que esto pasara rápido, también se preguntaba en como esa cosa que parecia una niña sabía su nombre ¿Todo esto era un producto de su subconsciente debido al estrés? Realmente no lo sabía, la joven sintió cada vez aún más la pesadez de su agarre mientras tenía que oír las risas que esa niña soltaba.
todo se sentía tan real, la voz de esa cosa retumba una y otra vez en su cabeza, como si tuviera una bocina con máximo volumen al lado, sintió la desesperación cada vez más y más, cuando de repente pudo observar detras de la niñita y entre la oscuridad, otras dos pequeñas figuras, estás se veían un poco mayores, pero seguían siendo niños, Izumi veía horrorizada ya que también estaba cubiertos en sangre, la escena simplemente era demasiado para ella.
"No deberías de temernos"
Dijo una de las dos pequeñas figuras, otra niña para ser exactos, está se veía más tranquila y amable que la que estaba sometiéndola, así que la muchacha posó su mirada en esa otra niña, mirándola con ojos de desesperación y de miedo, deseando que todo acabase pronto.
Cerró los ojos apretando los fuertemente al sentir como el agarre de la niña de pupilas contraidas se hacia más y más fuerte, empezaba a doler, y eventualmente, empezó a Sangrar, apretó los ojos lo más que pudo y trato de gritar pero no podía, ningún ruido salía de su boca, duro así unos 2 minutos hasta que de repente sintió un gran golpe en su cabeza....
*BEEP BEEP BEEP*
Sonó una alarma, y la joven se levantó exaltada, sudando y temblando ¿Había Sido todo un mal sueño simplemente?
Su cabello castaño oscuro estaba desordenado, todo su apsecto se veía fatal. No podía parar de dar grandes bocanadas de aire, como si alguien la hubiese estado ahogando.
- Q-Que fue eso...- atinó a decir entre suspiros, todos su cuerpo estaba exaltado y agitado por el susto que se llevó.
De repente sintio un dolor que le empezaba a molestar, al subir sus mangas de su pijama, sus ojos se abrieron de más y observó más horrorizada.
-P-PERO QUE MIERDA ES ESTO?!- Grito con temor y alarmada al ver unas marcas de moretones enormes en todo el brazo.
De repente el ambiente se tornó incómodo, sentía que la observaban del rincón más oscuro de la habitación, ya no se sentía sola, y eso le aterró, en este contexto era fatal no sentirse sola.
"No... Esas cosas... No me puede estar pasando ¿Por qué a mi?.."
Pensó de nuevo pero como siempre, intentó ignorar eso, se paró de su cama y se vistió con lo más cómodo que se encontró para salir a su universidad, mientras se vestía podía sentir una mirada sobre ella, izumi tratando de llevar la situacion lo mejor posible se le ocurrió hablar.
-Oye...Puedes molestarme en sueños pero no verme mientras me cambio!- Habló a la nada, y como era de esperarse, no recibió respuesta alguna, ella se sentía nerviosa y también se sintio como una ridícula, sabía que no obtendría respuesta pero aún así se rió ante la situacion demasiado incómoda, pensaba que tal vez estaba empezando a decaer mentalmente.
Después de cambiarse decidió salir a su universidad, era tiempo de olvidarse de aquel mal rato...
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SPECTRUM
ParanormalUna joven universitaria se muda a otro país para empezar de nuevo su vida, poco sabía que un encuentro inesperado con algo desconocido cambiaría su destino por completo. (En edición y reescribiendo)