Era un nuevo dia para Izumi, el cafe que sostenía en sus manos le quemaba un poco los labios al dar pequeños sorbos mientras observaba por la ventana de su cocina, una calida brisa de la mañana entraba a través de esta creando un ambiente relajante, lamentablemente, esa tranquilidad no duró mucho, ya que de repente escuchó una voz al lado de ella.
— ¡Pensé que te irías a estudiar!—
Izumi se asustó un poco y volteo su cabeza para solo encontrarse a satame, quien la miraba fijamente creando un ambiente incómodo.
— En un rato voy...— Respondio cansada, se recargaba en el fregadero para poder mirarla mejor, debido a su notable diferencia de altura.
— ¿Pues que turno es? ¿Mañanino?— la miró de nuevo con esos ojos de curiosidad, a pesar que carecían de brillo, con su mirada intensa y algo intimidante bastaba.
— ¿Eh? ¿Mañanino?— Izumi no pudo evitar reír y levantarle una ceja al escuchar esa peculiar palabra obviamente mal dicha, empezandose a reír de ella.
En cambio la actitud de satame no parecia nada divertida en ese momento, rodó los ojos soportando las risas de Izumi y poniéndose un tanto molesta — si, vas en ese horario ¿No?—
— Bueno... Voy en el turno matutino, ¡El mañanino no lo conozco! — sus claras palabras de sarcasmo combinada con las risas burlones hicieron de nuevo que samantha rodará los ojos siendo más impaciente.
— ¡Ugh pues como sea que se diga!—
— ¡Pues déjame decirte que tienes horrible gramática! — Se siguio riendo encontrado cierta diversion en molestar a su compañera fantasma más joven.
— La que puede lo dice como quiere.— Samantha golpeó un poco aquel fregadero con notable irritabilidad mientras flotaba un poco para igualar la altura de Izumi y verla de manera juzgadora.
Antes de que tan siquiera poder seguirse burlando se ella, un fuerte golpe se escuchó en el segundo piso de la casa, cómo si alguien hubiera dado un puñetazo a las viejas paredes de madera, haciendo que Izumi mirase de reojo las escaleras mientras su cara cambiada a una de confusion y miedo.
— ¿Que fue eso?.— susurró algo asustada dejando su café de lado, para después mirar de reojo a samantha con esa expresion preocupada cambiando el ambiente y el modo de ambas de manera abrupta.
— Emm, no fui yo. — ella se encogió de hombros, que a diferencia de izumi, se veía más despreocupada, después de todo se encontraba acostumbrada a ese tipo de cosas.
— Oh, es obvio que no fuiste tu...— la extraña mezcla de miedo y algo de desesperación la hicieron fruncir el seño, caminó hasta ponerse en frente de las escaleras y mirarlas fijamente, la oscuridad consumía casi en su totalidad el camino hacia el segundo piso, causándole un gran escalofrío en su espalda, miro fijamente hasta escuchar de nuevo otro golpe seco, que hizo que se sobresaltara al instante.
Esa sensación de no estar completamente sola de nuevo se volvía cada vez más y más fuerte, sentía una pesadez en su cuerpo paralizandola mientras su mirada seguia fija en aquellas oscuras escaleras, que en este momento parecian ser infinitas debido a la penetrante oscuridad, siguio así hasta que un toque en su espalda la saco de esa especie de trance.
— Estás...Estás bien? —.Preguntó satame de manera rara y confundida mientras aun mantenía su mano en la espalda de la chica
izumi sacudió su cabeza un poco safandose de esa parálisis, asintió desconfiada y luego la miró de manera sería. — ¿Hay alguien más aquí cierto?—
La joven fantasma se quedo en shock después de oír esas palabras llenas de seguridad provenir de su boca, casi como si lo estuviera afirmando en vez de preguntar, duró unos segundos en reaccionar, y luego le dió una sonrisa amplia de diversion.
— ¡Tienes un sexto sentido me parece!—
Entonces ella empezo a reír de manera frenética, izumi retrocedió mientras la miraba muy raro y fruncía su seño de nuevo, no le encontraba lo divertido a la situacion, y aquel momento agradable que habían pasado tan siquiera unos minutos atrás hizo olvidarse completamente por un momento de con quién estaba tratando, con el fantasma de una adolescente y por ende, algo desconocido.—¡NO ME DA GRACIA!— sus nervios cada vez se apoderaban de ella mientras se colocaba a una distancia significativa de la jovencita, sus piernas temblaban un poco a medida que sentía el ambiente pesado recaer sobre ella, la pesadez, la incomodidad y sobre todo el sentimiento de sentirse observada eran más intensos a medida que ella solo seguia aumentando sus carcajadas.
Y de un momento a otro, samantha paro en seco de reír, cosa que hizo que izumi se alertara más, la de cabello aguamarina oscuro le dió otra sonrisa despreocupada con una expresion de diversion.
— ¡Ven aquí quieres! Te prometí no hacerte nadaaa.—
Alargó la última palabra para sonar un poco más amigable formando un leve cántico.
— ¿¡Después de ese extraño arrebato tuyo?! ¡Ni loca! — izumi se negó de nuevo incluso retrocediendo más, cuando samantha vio esta acción, dio una expresion de molestia y desapareció de repente de la vista de ella, se habia desvanecido ante sus ojos.
Izumi volteaba un poco paranoica a todas partes, ese ambiente pesado no la dejaba tranquila, así que corrió a la cocina y antes de agarrar el cuchillo más grande y afilado para defenderse como la última vez, sintio un jalón en el pelo y una fuerza que la tiró bruscamente al piso cayendo sobre su espalda, dió un quejido de dolor instantáneamente y cuando dirigío su vista arriba se encontró de nuevo con satame con la misma expresion de molestia pero a la vez con intensiones de seguirla molestando un poco más.
— Dejo eso ¿Ya?, tienes razón, No hay nadie más aquí ¡Además de mi por su puesto! —
La sonrisa amplia de la jovencita y su actitud de burla solo la hacía sentir más perturbada, y lo falso que se escuchó cuando Samantha aseguro que no había nadie solo lo hizo peor.
Izumi se quedó callada un rato tratando de procesar todo lo que estaba pasando, no podía asimilarlo bien, a duras penas asimilaba tener a samantha a su lado, lo extraño y perturbador que era para ella. Antes soltar otra palabra y responderle alterada nuevamente se escucharon golpes fuertes provenientes del segundo piso, ambas voltearon y se quedaron en silencio, izumi miro el reloj y se dió cuenta lo tarde que se hacía para su clases así que encontró la excusa perfecta de escapar de esa situacion tan incómoda y aterradora
— Pues espero que así sea. — Habló seria y nerviosa, se levantó del suelo y a paso rápido se dirigio a la sala, agarro su mochila y poso su mano en la perilla de la puerta.
Miro de reojo a satame antes de salir, quien su expresion ahora cambiaba a una más neutral o seria, ella suspiro pesado y sin más remordimiento, salió de su casa dejando encerrado con llave, había logrado escapar y el aire fresco la hizo tranquilizarse de sobre manera, estaba segura, por ahora...
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SPECTRUM
ParanormalUna joven universitaria se muda a otro país para empezar de nuevo su vida, poco sabía que un encuentro inesperado con algo desconocido cambiaría su destino por completo. (En edición y reescribiendo)