Malos Entendidos

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─ Quiero a la última de sus hijas, la única pelirroja.

Las palabras del tirano fueron muy directas, mostrando sus verdaderas intenciones.
Así que ese era el asunto que el padre de las Nereidas, el apacible Nereo debía considerar, no parecía querer negar esa oferta, pero aún así, no pondría a su hija como objeto de garantía a un mejor puesto como su esposa podría haber elegido sin ese fuera el caso.

─ Es maravillosa su oferta majestad. -habló con una gran sonrisa. En previo conocimiento de que el nunca tuvo hijas pelirrojas, así que podría usar eso para persuadirlo. ─ Pero yo nunca tuve hijas pelirrojas, no se que información le hayan dado, todas mis hijas son comunes rubias, morenas y azabaches.

─ Intenta cambiarme de opinión? - esa mirada fría se posó sobre el padre, misma que dice más palabras que su boca. ─ Es por... su osada falsedad...?

─ Como le digo, si alguien le dijo que mis hijas eran pelirrojas, esta equivocado.

─ Asegura que siempre me equívoco...?

─ Le dijeron algun nombre en específico de su búsqueda, si es así, hablaré con mis hijas para aclarar ello.

─ Claro que me lo dieron.

─ Puede decirlo.. Me intriga como sabe que a la que busca es a la mas pequeña de mis hijas. - con átona voz, Nereo contestó. ─ Por su rostro o su pelo?

─ Sus hijas cambian de color sus cabellos? -proteo debía confirmar esa duda, el mismo recordaba la apariencia de la niña Anfitrite, hasta ahora, ese rojo no era de ella. ─ O esta escondiéndose de alguien.

Se ataron cabos sueltos en la cabeza del dios apacible, su hija no le fue del todo honesta, y teñiendose el cabello a un rojizo podría salir libre de su actual pretendiente. Ella era la única rubia de las 25 hijas que se había quedado él, el por qué, en un día aleatorio quiso cambiarlo a ese color fue un misterio.
Ahora todo tenía sentido para él.

─ Mis hijas han jugado con pigmentos vegetales para decorar sus habitaciones y objetos que ellas tiñen en el mar. -fue creativo en sus palabras, teniendo la excusa perfecta.─ Y recientemente, un frasco rojizo cayó sobre mi niña, no hemos logrado quitárselo sin dañar sus cabellos.

─ Es entendible. -proteo asintió con la mirada a Nereo para después mirar a su señor. ─ El dice la verdad majestad.

─ Buscó a mi pequeña por cuanto tiempo?

─ Puedo decirle que el señor la buscó por más de cien años.

─ Y en cien años no logró olvidar el rostro de mi hija? -su voz se conmocionó falsamente. ─ Me siento honrado que la belleza de mis hijas sea difícil de olvidar.. Así que..

─ Acepta mi propuesta. - habló en seco interrumpiendo las palabras del anfitrión.

─ Por que no se lo pregunta a ella, yo no puedo acceder si el consentimiento de mi hija no es tomado en cuenta.

─ Pensaremos bien sus palabras Nereo. Nos veremos en la cena, con su hija presente.

Nereo asintió guiando por última instancia a sus invitados en sus respectivas habitaciones. Para después ir a paso rápido en busca de su hija menor, en términos de honestidad en juego.

Irrumpió en la habitación de su hija, sin toque de aviso, solo la joven reaccionó con nerviosismo.

─ Anfitrite!! - cerró la puerta con cuidado de que otros le escucharan. ─ Ahora mismo me vas a explicar todo jovencita.

─ Te juro que no sabía que era él! Creí que era un humano y no tendría valor de haber conocido un hombre.

─ Y porque te teñiste el cabello rojizo semanas antes? -se intrigó aún más.

─ Nerites me dijo que ese gobernante elije mujeres al azar con cabello normal, teñirlo de rojo se me hizo fácil, pero no es permanente.

─ A tu hermano no se le pasó por la cabeza que siendo peculiar, llamaría más la atención?

─ Padre.. Mis hermanas estuvieron de acuerdo y hoy iba a teñirme más el cabello. -excusó de forma en que ella pudiese apaciguar la breve cólera de su padre. ─ Pero.. Aun así con el cabello rojizo.. Me reconoció...

─ Ahora mismo te quitaras ese color y volveras a tu color natural. -ordenó con ardua firmeza. ─ Le dije mentiras al señor Poseidón y si descubre que son falsas todos terminaremos empalados.. Así que más te vale, hacerlo.

Caminó a la puerta abriéndola con lentitud.

─ Y dile a tus hermanas que sé que estan en el armario y debajo de la cama.

Por último Nereo cerró la puerta para irse caminando a procesar.
Pero las hermanas que tenian el tintado rojizo salieron de sus escondites.

─ Entonces, no vamos a hablar de.. -Asia a quien su padre le había ordenado irse, se quedó en el castillo. ─ Ya no te pintaras de rojo..

─ Eso parece... -la joven pretendida se miró al espejo pensando en las palabras de su padre. ─ Aún me parece algo ilógico que el tirano quiera verme a mí.

─ Por lo que dijo padre Nereo.. Así es como pasó, y no te diste cuenta. - Psámate tenía una palabra a favor, siendo la primera en quitar el rojizo del cabello de su hermana. ─ La mayoría de nuestras hermanas están casadas, incluida yo.. Es la mitad que le corresponde a madre, pero ellas están huecas.

─ En cambió nosotras,fuimos educadas por padre y eso que somos inteligentes. - Clío otra hermana mayor, también retiraba el color de su hermana. ─ Pero aún así, Tetis nos dejo con mala reputación por andar con su Majestad y el pervertido de Zeus.

─ Su Majestad.. Tiene y tuvo muchas amantes, para que querría agregar a otra Nereida..

─ Eso es algo que tu debes averiguar.. Lo verás en la cena. - Climene otra infiltrada rebelde a su padre se quedaba sentada en la cómoda cama de su hermanita. ─ Y no hablamos de Nerites, que es nuestro informante.

─ Es probable que padre le este dando una reprimenda ahora. -aseguró la pequeña de ellas.

Con el pasar de los minutos, las hermanas terminaron de arreglar el cabello de su hermana menor, retirándose de la habitación de las perlas, como su padre nombró por la decoración que Anfitrite tanto se esmeró.

Viéndose en el espejo no pensó en verse nuevamente a su antigua versión que tanto quería ocultar. Ese rubio palido que ella misma detestaba, le estaba jugando una treta por ese pasado suyo con el tirano.
Hace unos días ella no tenía porque preocuparse, tenía la idea que se enamoraría de un marinero humano, como el resto de sus hermanas o en casos grandes, un Dios fácil y noble de sentimientos.
Ella es solo una Nereida, una ninfa del mar que no tendría oportunidad a algo grande, las amantes de Poseidón habían sido diosas destacables en el Olimpo, humanas de alto rango con palabras sólidas. Su hermana mayor que no tiene ningún apreció también estaba en ese lío.

A quien debería hacer caso?

𝑻𝒉𝒆 𝑻𝒚𝒓𝒂𝒏𝒕'𝒔 𝑾𝒊𝒇𝒆 || 𝐑𝐞𝐜𝐨𝐫𝐝 𝐎𝐟 𝐑𝐚𝐠𝐧𝐚𝐫𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora