Viejos Tiempos

374 33 4
                                    

Al parecer, todo se veía listo, lo sé porque en mi recorrido, estrenando mi color natural, muchos me saludaron como si me hubiera ido de viaje, parecían celebrar algo.
Será por el color azul de mi vestido?
O es por el collar que mi padre mando a hacer con la tanzanita por motivo a mi cumpleaños?
No puede ser, mi cumpleaños fue hace meses. Así que no tiene lógica.

Oh! Ya recordé, todos están apurados y ponen todo en perfectas condiciones por el tirano que vino a visitarnos.
No lo desprecio.. Ni lo aborrezco, no lo maldigo ni nada parecido.
Quizás al principio sí.
Como iba yo a saber que era el chico con quien tuve dias entretenidos conversando de como las criaturas del mar cambian sus estados de ánimo. Estaba segura que fue un humano como cualquier otro, y más de cien años no estaría vivo o me recordaría. Pues resulta que no era humano y si me recuerda.
Espero y tampoco lo demás, me avergüenzo de ello, era una jovencita que no sabía que hacía con sus sentimientos, lo reconozco, me hago responsable. Pero me niego a ser una candidata.

Observe como iban y venían y una vez que todo estaba listo, me infiltre en el comedor para supervisar si todo ya estaba preparado, no había nadie, las cortinas estaban cerradas, un alivio, ya empezaba a oscurecerse. Me metí sobre esas cortinas de tono rojizo aterciopelado para ver a través de la ventana la caída del sol, eso me recordó como nacieron los Mellizos de leto, de los cuales fuí testigo, fue algo aterrador pero el resultado fue hermoso.

Me concentré en la vista y en la hora en la que se llevaría a cabo la cena, salí de la cortina sin ningún problema, acomodando mi cabello, solo di unos pasos cuando el sonido de la vajilla arrastrándose en la mesa llamó mi atención.

Me gire a ver quién era el que estaba antes de tiempo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me gire a ver quién era el que estaba antes de tiempo. Me llevé dos paros cardíacos, uno porque pensaba era un espectro en pena por el silencio, el segundo porque era el tirano quien observaba. Desde hace cuanto estaba sentado ahí?

Disculpe, al parecer llegó antes de tiempo a este comedor -decidí ser yo quien hablase, tenía cordialidad y firmeza en mis palabras, sin titubear ni mostrar emoción negativa. ─ Treinta minutos antes para ser exactos.

No dijo nada, no reaccionó a nada. Parecía un muerto sin palabras. Pero el peso de su mirada me daba miedo, que tanto puede cambiar un ser en cien años?

Si no tiene nada que decir, me retiro hasta la cena en su momento adecuado. -incliné mi cabeza como un respeto a él, disponiendo mis pies a caminar a la puerta con paso rapido y extendido.

La silla se arrastró, mismo sonido cuando alguien se levanta a rapidez, mi muñeca tuvo un agarre repentino que me impidió dar un paso más, por si fuera poco, la poca cauda del vestido estaba asegurada por el zapato del tirano.
La puerta estaba completamente cerrada y asegurada, no podía abrirse.
Me sentí como un pez, cayendo directo al anzuelo.. No, un pez sin escape por un tiburón amenazante, que a la mínima reacción podría morder, no para bien.

𝑻𝒉𝒆 𝑻𝒚𝒓𝒂𝒏𝒕'𝒔 𝑾𝒊𝒇𝒆 || 𝐑𝐞𝐜𝐨𝐫𝐝 𝐎𝐟 𝐑𝐚𝐠𝐧𝐚𝐫𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora