𝑺𝑬𝑿.𝑫𝑬𝑴𝑶𝑵 -// 𝑺𝒑𝒓𝒐𝒊𝒆𝒓 /

capitulo 2

hablamos mucho de Spreen, ahora la Pregunta es, ¿Quien es Roier? .

Roier nació el 9 de agosto del 2001, ahora tendría sus veintiún años recién cumplidos, si, tendría. Nació en Mexico y a la edad de doce años se mudó a Argentina donde conoció a Spreen, quien era su ex pareja. ¿Deben estar perdidos al respecto cierto? sigan leyendo y entenderán.

Empezó su relación con Spreen a los trece años de edad, cuando Spreen tenía Catorce, definía esa relación como la mejor que nunca había tenido, solían mirarse con tanto amor y cariño, besos a escondidas, salidas, cenas en la casa del mayor, pues los padres de este eran los únicos que sabían de su relación. Todo iba perfecto en su vida hasta que cumplió los quince, a pesar de ahora ser un demonio jamás olvidaria.

Estaba por salir en una cita con su novio cuando su madre se le acercó y una cachetada recibió, la miró confundida preguntándole el por qué a lo que su madre únicamente le mostró una foto donde claramente se estaba besando con un chico, y no era cualquier chico, era su "mejor amigo", como lo conocía su madre.

Lo echó de su casa, le hizo preparar sus maletas y que se largará de su hogar, ella no iba a aceptar un hijo enfermo en su casa. Roier haciéndole caso a su madre preparó sus cosas y salió de su casa sin saber a dónde iría pues no tenía dinero y le costaría mucho el encontrar trabajo con su corta edad y su secundario sin terminar. Estaba caminando hacia la casa de su pareja cuando un hombre se le acercó empezando a seguirle; le estaba mandando un mensaje a Spreen cuando fue agarrado por atrás y de ahí en adelante son recuerdos borrosos del hombres tocándole, haciendo cosas en contra de su voluntad y sintió el dolor de la puñalada directo en su pecho, luego de eso todo se volvió negro. Lo único que le habría gustado era poder haberle dicho Te Amo una vez más a Spreen.

Luego de eso pensó que no habría nada más que la muerte pero grande fue su sorpresa cuando ante él había un hombre de cabello blanco.

-¿Quieres unirte a mi reino, niño? -Le había preguntado aquel hombre y él habia Asentido sin pensarlo mucho.-

Fue entonces cuando el señor le tocó la mejilla y un beso en sus labios fue lo que necesitó para que su pelo y sus ojos cambiarán de color. Su pelo color castaño ahora de un blanco/gris, sus ojos cafés ahora eran celestes, de su cuerpo casi nada había cambiado y en parte eso agradecía, lo única diferencia que tenía ahora eran alas negras.

-Ahora eres parte del reino de los demonios, de los incubos, seguirás en vida por siempre funcionando para satisfacer a personas siempre que seas invocado. -Había dicho el hombre luego de separarse.-

Y alli había empezado su vida como demonio, tenía miles de hermanos y entre ellos su favorito era Quackity, quien era unos años mayor.

...

-¿Y tú quién eres? -Preguntó luego de unos minutos mientras veía al Humano en frente suyo.
- ¿Te quedaste mudo? -Preguntó luego de unos minutos y se acercó al piso, viendo el cuadro por el cual podía ser invocado
.- ¿Con esto me invocaste? -Preguntó curioso viendo lo que tenía, aunque lo tiró lejos al ver qué era.
- ¡lugh es semen! ¡Mí hermoso cuadro no debería ser menospreciado de esa manera!

-¿Eres tú el del cuadro? -Preguntó el humano Mientras recogía el cuadro y lo limpiaba, bastante avergonzado.

- Mi abuela me lo regaló pero nunca dijo el para qué era, no sabía que era para esto.-
El más alto colgó nuevamente el cuadro, viendo cómo la persona que estaba pintada ya no se encontraba allí, ahora era únicamente el paisaje.

-¡Es imposible! Mi cuadro fue entregado a una persona en específico. -Roier frunció su ceño mientras se sentaba en la cama, su desnudez no le importaba. - La señora Doblas es la única que tenia mí cuadro.

-¡Por eso te digo que es mi abuela! - Spreen bufó mientras se sentaba a un lado del demonio, mirándole con curiosidad.

- Soy Spreen Doblas, el nieto de la señora Doblas y ella me regaló este cuadro cuando me mudé aquí.-

Spreen quien estaba atento al rostro del demonio pudo ver la sorpresa invadirle mientras le miraba, incluso pudo divisar como estos cristalizaban, sin embargo no le tomó demasiada importancia pues en algún momento su vista se habia dirigido al cuerpo del joven en frente suyo.

-Ya veo... -Dijo el demonio Mientras suspiraba y se levantaba. ¿Puedes prestarme ropa? Empieza a hacer frío... - Roier se abrazó a su propio cuerpo, evitando la mirada del más alto.

Spreen asintió y en silencio se Dirigió a su clóset para sacar una camiseta y un pantalón, entregándole estas prendas al más pequeño que de inmediato empezó a cambiarse colocándose la ropa. Luego de eso todo quedó en silencio, que fue roto por Spreen.

-¿Hace cuanto que no te llamaban al mundo humano? Preguntó limpiando un poco todo lo que había ensuciado con su propia esencia.

-Cinco años, la última persona fue la señora Doblas para que le cocinara y le hiciera compañía antes de que muriera, ella me quería. -Respondió Roier mientras seguía abrazándose a sí mismo.-

-¿Ella sabía cuando iba a morir? - Spreen Murmuró sorprendido mientras se sentaba a un lado del demonio.-

-Ella lo sentía así y como no queria molestar a su familia me llamó a mi para que estuviera con ella, cuando estuvo satisfecha me lo dijo y yo volví al mundo de los demonios.

Spreen asintió Mientras recordaba lo enferma que se veía su abuela cuando le regaló el cuadro, si él hubiera sabido tal vez aún tendría a su abuela, ninguno dijo nada más hasta que Spreen salió de esa habitación, necesitaba tomar aire pues los recuerdos del funeral de su abuela le estaban invadiendo y terminaría llorando.