𝑺𝑬𝑿.𝑫𝑬𝑴𝑶𝑵 -// 𝑺𝒑𝒓𝒐𝒊𝒆𝒓 /

capitulo 11

-¡Spreen ven aquí ahora mismo! -Gritó Roier mientras fruncia su ceño, viendo al peludo animal en frente suyo, Micha apareció junto a Spreen y al ver al intruso fue corriendo detrás de Roier .- ¿Y esto, amor?

(dos semanas, atrás.)

-Bueno, ¿Y a donde me llevaras hoy, Spreen? -Murmuró el menor mientras terminaba de acomodar su ropa luego de una ducha y algo más junto a Spreen.-

-Iremos a hacer un pic-nic. -Murmuró emocionado Spreen mientras peinaba su largo cabello, emocionado por lo que tenía planeado hacer ese día.- Quiero sacarte fotos porque una persona tan hermosa como tú debe quedar retratada en fotos donde no únicamente se te vea la espalda.

-Está bien, te dejaré sacarme fotos. - Roier sonrió, acercándose un poco al mayor para dejar un corto beso en sus labios.- ¿Dejaremos a Micha otra vez solito? -Preguntó, llevando sus brazos alrededor del cuello del humano.-

-Si. -Respondió Spreen mientras miraba A la gata dormir plácidamente en la cama que ellos anteriormente habían usado.- Jamás me deja besarte tranquilamente y me muerde si me pongo a jugar contigo. - Spreen hizo una mueca, recordando las veces que Micha le mordia cuando se acercaba de más a Roier.-

-Ya ya, tengo que dividir mi atención en dos animales . - Roier rió mientras dejaba otro besito en los labios de Spreen.- Ve llevando las cosas al auto entonces, yo le dejaré comida y agua a Micha.

Sin decir más, Roi se separó del mayor y caminó a la cocina, donde los platitos de agua y comida se encontraban, si bien sabía que Micha ya había comido no se fiaba, la felina podía llegar a comer demasiado a veces. Luego de servir y acomodar todo salió del departamento hacia el estacionamiento del edificio, donde el auto de Spreen se encontraba. El camino fue lleno de bromas y besos robados en cada semáforo en rojo donde paraban. Al llegar al lugar Spreen le tapó los ojos al pálido, caminando así por algunos minutos hasta llegar a un pequeño mirador. Spreen se paró en frente de Roier y, luego de quitar la venda de sus ojos, le agarró las manos con fuerza, sonriendo nervioso.

-Quiero que seas mi novio. -Soltó sin cuidado, de repente todas las palabras bonitas que había planeado desaparecieron de su cabeza.- Espera, déjame empezar de nuevo.- Soltando las manos de Roier miró las propias, haciendo un puchero al notar que, como estaban sudadas, todo lo que había escrito estaba borrado.- Ah, esperame unos momentos. -Intentando buscar el pequeño papel donde lo había escrito solamente hizo a Roier empezar a reír.-

-Si quiero ser tu novio, Spreen. -Murmuró el demonio una vez sus carcajadas se acabaron y, agarrando nuevamente las manos del mayor, lo acercó a él mismo para poder besar sus labios.

Bueno, Spreen, Roier, Micha y el nuevo intruso peludo.

-¡Nuestro nuevo hijo peludo! -Respondió Spreen manteniendo una sonrisa en su rostro a la vez que cargaba al peluda y sucia cachorra que había rescatado de las calles.- Se llama Maki, ¿Es hermosa cierto?

-¡Debiste preguntarme! -Murmuró el menor tomando la pequeña cachorra en sus manos y viendo atentamente.- No te acerques a él pequeño, pobrecito están aún todo sucio, vamos a darte un baño.

Ignorando a Spreen, Roier encaminó hacia el baño mientras que la cachorra movía su cola feliz de que el pálido le hiciera mimos, Spreen miró a Micha que de igual manera miró a su dueño.

-Creo que la nueva hija peluda nos robará por completo la atención de nuestro Roier . - Sprene hizo un puchero, agachándose para acariciar al gato.- Cometí un error, debí ir a dejarlo a casa de Luzu, de seguro se llevaba bien con sus gatos.

Después de un rato Roier salió del baño con el cachorro completamente limpio y con sus cabellos más cortos, Spreen debía admitir que Roier era un buen peluquero canino, aunque también debía admitir que Roier era bueno para absolutamente todo.

-Spreen, vamos a dormir. -Murmuró Roier acercándose a Spreen, quien se había sentado a "hablar" con Micha sobre como no dejarían que el nuevo cachorro se llevara la atención del demonio, claramente Micha no entendia nada pero Spreen le estaba dando pasta de salmon de manera inconsciente así que maullaba a cada tanto.-

-¡Ahí voy cielo! -Antes de levantarse, Spreen dejó la última Pasta en el piso y luego corrió hacia la habitación, siendo seguido por Roier, finalmente cerró con seguro la puerta para que Micha no lograra entrar. - Ahora quiero mis besitos, no me diste besitos en todo el día.

-Pues no tendrás besitos ahora tampoco. -Respondió el pálido a la vez que quitaba su ropa para colocarse una de las camisas de Spreen.- Debiste preguntarme si podías traer otro cachorro a casa o no, es nuestro hogar y mira si Micha la rasguñaba. -Regañó Roier tirándose en la cama, sin embargo Spreen tenía un plan para conseguir sus tan ansiados besitos.

-Solo unos cuantos Roi. -Murmuró el humano haciendo un puchero a la vez que se tiraba a un lado del menor, abrazándole por la espalda.- Por favor cielo. -Murmuró con su voz algo más ronca, empezando a dejar besos por el cuello de su novio- Anda Roi.

- Spreem basta. - Roier empezó a Murmurar inquieto, sabiendo a lo que quería llegar su novio, haciendo caso omiso a las palabras de Roi, Spreen siguió repartiendo besos por su cuello, empezando a dejar besos en su cuello.-

Claramente eso hizo que únicamente Roier se enfadara y le pegara una fuerte patada para alejarlo de él, cosa que claramente Spreen no se esperaba.

-Dije que no y tienes que hacerme caso, dormiré en mí habitación hoy.- Declaró Roier antes de levantarse de la cama y salir de la habitación.-

Spreen suspiró mirando a Micha entrar a la habitación y subirse a la cama para acostarse a su lado, sabía que mañana tendría a un Roier enfadado con él por lo que debería buscar su perdón, eso además de que probablemente le ignoraría todo el día.

-Tonto tonto tonto. -Suspiró para sí mismo mientras acariciaba el pelaje de Micha.-

Vaya día le esperaría.