epilogo

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un año desde que la tormenta se había desatado haciendo que Roiee volviera al reino de los incubos, un año donde Roier no hizo nada más que encerrarse en la habitación que compartía, ahora, con Rivers, saliendo únicamente cuando era llamado por Cellbit , quien se encontraba preocupado pues el joven demonio siempre había demostrado estar lleno de energias listo para jugarles bromas a todos. Es por eso que para él, verlo volver después de un año totalmente cambiado fue algo que lo dejó desconcertado, quería saber qué era lo que había pasado Roi estando en el mundo pero no sabía cómo preguntarlo.

- eh we. - Rivers llega hasta él, manteniendo una pequeña mueca.- Papá te manda a llamar otra vez, creo que esta vez quiere hablar seriamente contigo. -A pesar de sus muchos intentos, Rivers tampoco habia logrado siquiera un pequeño avance en lograr saber lo que pasaba con Roier.-

-Oh, ¿Otra vez? - Roier soltó un pequeño bufido mientras se levantaba de su incómoda cama, esa cama no era absolutamente nada comparado a la cama que solia compartir con Spreen.-

Rivers solamente se encogió de hombros antes de tirarse en su propia cama y luego de eso Roier simplemente se levantó y salió de su habitación para caminar al salón principal donde siempre se encontraba Cellbit haciendo algo. Al llegar pudo notar como justo en ese momento estaba haciendo nada, al parecer esperándolo pues al escuchar la puerta ser abierta levantó su cabeza rápidamente.

- Roier, que bueno verte salir de tu habitación.- Cellbit sonrió al ver a uno de sus hijos alli, siempre siendo tan obediente cuando era mandado a llamar. Roier quiso sonreírle también pero de verdad que ya no tenia ni motivación para hacerlo.-

Se perdió en sus pensamientos de repente, ¿Cómo era posible que estuviera sufriendo por un humano que lo mandó nuevamente a su hogar sin siquiera pensarlo? Amaba a Spreen pero estaba seguro que si volvía a verlo lo primero que haria seria proporcionarle una patada en su entrepierna con todas sus fuerzas, ¿Roier vengativo? Para nada.

-Ven aquí pequeño, hablemos. - Cellbit palmeó la silla a su lado y Roier obedeció, sentándose a su lado para poder mirarle.- Ahora quiero que seas totalmente sincero conmigo, eres llamado al mundo y vuelves luego de un año sin ganas de absolutamente nada, ya no haces tus bromas, no sonríes, no sales de tu habitación, no convives con nadie. ¿Qué pasó allá para que cambiaras? ¿Qué pasó con el demonio bromista y amigable?- Roier suspiró mientras bajaba su cabeza, debía hablar de todo lo que había sucedido de una buena vez.-

-Cuando llegué al mundo humano me habia invocado la persona que menos esperaba que lo hiciera, Spreen era mi novio en la secundaria antes de mi muerte y la persona que me había llamado, aparentemente por error.

Todo parecia indicar que no me recordaba, entonces yo le pedi quedarme en el mundo humano, quería convivir con él un poco antes de volver. - Roier tragó, sus sentimientos no habian desaparecido en lo absoluto.- Sin embargo,de nuevo ante él, empezamos una relación y él me ayudó a dejar mi naturaleza demoniaca de lado, me hizo sentir, mi corazón inmóvil latió, la sangre corrió por mis venas y yo podia sentir, felicidad, emoción, enojo, tristeza, dolor. Tuvimos un hijo juntos, di a luz a un pequeño ser humano y todo parecia ir perfecto cuando en una discusión no dudó en decir esas palabras, me mandó aquí de nuevo y me senti tan herido cuando lo dijo que al volver realmente no tenía ganas de nada, por todo un año y unos meses más, fui un demonio en el paraíso.

Cellbit sonrió al escuchar las palabras de Roier, ya imaginaba que algo así había pasado pues no era la primera vez que sucedía algo así con alguno de sus queridos demonios y él sabía exactamente lo que debía hacer.

-Te contaré algo, pequeño Roier. ¿Recuerdas cuando Quackity fue llamado al mundo humano por unos meses y al volver estaba exactamente como tú estás ahora? -Murmuró Cellbit, Roier asintió mientras pasaba sus manos por sus ojos.- El se había enamorado de un humano que al saberlo lo mandó de vuelta con nosotros, aún asi, Quackity queria volver al mundo humano a buscarlo y yo se lo concedi, cualquier registro de su muerte desapareció y él tenia una identificación y la carrera que siempre quiso tomar, volvió al mundo humano siendo uno, desde entonces sé que es feliz. -Terminó de contar Cellbit, teniendo una gran sonrisa en su rostro. De repente se puso serio ya agarró las manos del joven demonio.- Ahora yo te haré a ti esta pregunta Roier, ¿Deseas volver al mundo humano siendo uno?

...

...

-Hola mi lindo Leon, ¿Listo para pasar un lindo día con la abuela? - la mujer  cargó a Anton con una sonrisa.

Un año, Spreen aún no podia creer que ya habia pasado un año desde que había perdido al amor de su vida por segunda vez. Su pequeño hijo ahora tenia un año y cinco meses, el bebé era exactamente igual a Roier, lo único que habia heredado de Spreen era el cabello negro como la noche y sus largas pestañas, todo lo demás era Roier, desde el color celeste de sus ojos, su pequeña nariz y su pálida piel.

-De verdad gracias por aceptar cuidarla este día mamá. -Murmuró Spreen entregándole el bolso a su madre.-

-No es nada hijo, sé que es un día dificil para ti después de todo.- la madre le sonrió a su hijo que finalmente se despidió de su pequeño bebé y luego subió a su auto antes de conducir a su apartamento nuevamente.-

Un año desde que habia mandado a su novio a donde sea que vivían los demonios de su tipo, recuerda que lloró las primeras noches mientras su hijo dormía a su lado, el pequeño Anton le había costado acostumbrarse a no ver a su otro papá en ningún lado pero tal parecía que con el tiempo había dejado de buscarlo con tanta insistencia. Entonces Spreen se odiaba bastante, no solo había hecho sufrir a su novio y a él mismo, si no que también su hijo iba a sufrir aún más cuando creciera preguntándole donde estaba su padre, ¿Y qué podia responder él? "Mandé a tu padre a vivir con demonios de su tipo, pequeño." patético.

Cuando se dió cuenta ya estaba en su apartamento nuevamente, micha y maki lo habían recibido bastante emocionados de ver a su dueño ahí. Esos pequeños también habían sufrido la ausencia de Roier pues el pálido era quien más los mimaba y solia prepararles pequeñas porciones de carne especialmente para ellos.

Spreen caminó hasta su habitación y se tiró en la cama, miró su celular y sonrió por el fondo de pantalla. Roier seguia alli pero ya no era esa foto donde dormia, ahora era una hermosa foto donde estaba parado con Anton en sus brazos y la bebé tomando el biberón mientras miraba a su padre con sus ojitos abiertos, Spreen amaba esa foto con su vida.

De pronto el timbre sonó, Spreen se levantó confundido de la cama y si era Luzu junto a Quackity quienes iban a molestar otra vez no dudaria en cerrarles la puerta en la cara, bufando camino hasta la puerta del apartamento y sin siquiera fijarse por el pequeño lente que habia en la puerta la abrió.

-Hola, Spreen.

Spreen casi cae al piso cuando vió a Roier en frente suyo, el demonio estaba allí sonriéndole con pequeñas lagrimitas alrededor de sus ojos, no sabía como reaccionar pero pronto las lágrimas aparecieron también en sus ojos y se lanzó hacia el demonio, abrazándole con fuerza.

-Dime que no es una alucinación y que realmente estoy abrazándote ahora. -Susurró el más alto mientras se alejaba un poco y llevaba sus manos a las mejillas del menor.-

-Estoy aquí Spreen, y tengo algo para comprobarlo. - Roier levantó su mano y pegó una fuerte cachetada en la mejilla del pelinegro, manteniendo una sonrisa.- Eso te pasa por ser un estúpido, aunque eres el estúpido que amo. - Spreen rió sin importarle el dolor y se abrazó nuevamente a su Roier.-

-Lo lamento tanto mi amor, me lamenté todo este tiempo de hacerlo, el destino nos había dado una oportunidad más para estar juntos y yo lo arruiné, ahora no te dejaré ir de nuevo. -Sin siquiera esperar una respuesta, Spreen unió sus labios con los del pálido. era un beso tierno, un beso que ambos anhelaban, un beso de reencuentro luego de tanto tiempo.-

El destino es bastante curioso, separa personas para volverlas a unir, a veces de la forma menos esperada posible. En el caso de Spreen, recuperó a su ex novio por ser un descuidado, invocando a un incubo, un incubo del cual se enamoró, un incubo que era el amor de su vida, luego lo perdió para recuperarlo nuevamente, ahora era un humano, un humano con el que Spreen estaba seguro de querer pasar junto a él toda su vida.
Por otro lado Roier no podía estar más agradecido con Cellbit, el hombre que después de todo era como su padre, le habia salvado de quedar en el olvido a la hora de su muerte, le habia permitido volver al mundo humano siendo uno.

Ahora ambos serian felices en el mundo, tenían un hijo, tenian dos mascotas y se tenían el uno al otro.

-Así niños termina la historia tan curiosa de este incubo. -Terminó de contar Anton a sus alumnos de secundaria, que sonreían.-

-¿Cómo conoció esta historia, joven doblas? -El director de la instututo le pregunta

-Porque yo soy el pequeño Anton ,que buscaba a su otro papá cuando no estaba ahi. -Respondió el apuesto chico con una sonrisa, la historia de sus padres era algo que realmente amaba.-

𝑺𝑬𝑿.𝑫𝑬𝑴𝑶𝑵 -// 𝑺𝒑𝒓𝒐𝒊𝒆𝒓 /Donde viven las historias. Descúbrelo ahora