Black Rose / shinsoukoku

five

Pasaron cerca de unas 3 horas, Atsuhi estaba ya arreglado y solo esperaba a su abuelo para poder irse. Mientras que Akutagawa ayudaba a su papá a terminar la cena.

-Oye Ryu, ve a cambiarte, ya casi terminamos aquí, y sabes como se pone Osamu si no está todo a tiempo, aunque sea la persona menos indicada para enojarse por eso- eso último lo dijo que en un susurro apretando los dientes que Akutagawa si alcanzó a oír.

Le asintió a su papá y fue a su habitación a cambiarse, se puso una camiseta negra sencilla y un pantalón de tela delgada (también negro).

Salió de su cuarto y fue al comedor donde estaban sus dos padres hablando.

-Ryūnosuke, es una cena, no un funeral-

-Pero... a mí me gusta así...-

-Ay ya déjalo Osamu, Ryu, ayúdame a poner la mesa, yo me iré a cambiar-

-Chuuya, ya es tarde, ¿Cómo no te has vestido?-  apenas escuchó ese comentario el azabache huyó a la cocina, escuchar a su papá gritar no era su pasatiempo favorito.

-Pues fíjate, que no me vestí porque estaba haciendo TÚ comida, que por cierto tú no sabes hacer, para tu apestosa cena de negocios. Y yo nunca llegó tarde, no llegué tarde ni para mi primera cita, ni para MÍ BODA, ¡maldita caballa engreída!- Gritaba molesto Chuuya mientras entraba a su habitación a cambiarse.

Dazai solo puedo suspirar.

-Lo que aguanta uno por amor...- Akutagawa levantó una "ceja" ante el comentario que podría considerarse cómico que lanzó su padre.

Pasaron unos 10 minutos hasta que tocaron el timbre, Chuuya justo salió y abrió la puerta junto a su esposo dando la bienvenida a sus invitados.

-Bienvenido señor Fukuzawa y joven Nakajima-

-Es un placer cenar con ustedes esta noche señores Dazai y Nakahara, gracias por recibirnos-

-No hay de qué, pasen por favor-

Akutagawa estaba parado como estatua en un rincón de la cocina, no le gustaba la gente extraña en su casa, bueno... Atsuhi no era un extraño, pero no era de su confianza, así que tampoco estaba muy cómodo con la idea.

-Ryūnosuke, hijo, ve adentro y saluda, yo llevaré lo último que falta- Chuuya lo sacó de la cocina y se vió obligado a afrontar su terrible destino...

-Bienvenidos- saludo el azabache, según él era todo lo que necesitaba decir.

-Joven Akutagawa, es un gusto-

- Igualmente señor Fukuzawa, y también es un gusto tenerlo aquí, joven Nakajima-

-el gusto es mío joven Akutagawa- ambos se reían por dentro ¿Había razón? No, pero lo hacían, era divertido ver en una situación formal al otro ¿Sí entienden?.
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La cena fue relativamente agradable, conversaron y hubo algunas risas de por medio. Ambos jóvenes fueron los que terminaron antes, que les puedo decir, a Atsuhi le gustó mucho la cena y a Akutagawa le sirvieron bastante poco, no solía comer mucho.

-Akutagawa, por qué no llevas a Atsuhi a la sala, ya terminaron de comer, pueden ir a hablar tranquilos- le habló Chuuya a su hijo, había notado que se llevó bien con Atsushi y eso le gustó, quizás su pequeño por fin podría tener un amigo.

-¿Qué? ¿Por qué?- se iba a quejar hasta que recibió "la mirada" así le llamaban él y su padre a la mirada que ponía Chuuya cuando te quería decir discretamente "hazme caso o habrá problemas" así que no tuvo más opción -ahh... quiero decir, acompáñame Nakajima-