Capitulo 3

51 6 0
                                    

"Ups, tal vez lo asusté" pensó sintiéndose un torpe y devolviendose a su asiento descartando la idea de conocer por ahora a ese lindo chico de ojos rojos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Ups, tal vez lo asusté" pensó sintiéndose un torpe y devolviendose a su asiento descartando la idea de conocer por ahora a ese lindo chico de ojos rojos. Probablemente debería de trabajar sus técnicas para acercarse a la gente, a veces resultaban muy peculiares. Ya que, más luego se le ocurriría como llegar a él.

-¿En donde estabas, idiota?- Algo intranquilo le cuestionaba su amigo.
-¿Por qué estás así? Tú fuiste el que me abandonó.
-No te abandoné, deja de decir estupideces, tenía cosas que hacer.
-¿Y ahora que te paso?
-Problemas familiares yo…no lo sé, a veces es complicado tratar con ello- Bajó la mirada y le dió suaves pellizcos al brazo de Heizou; esa era la señal: Scara necesitaba un abrazo, pero no de cualquiera, de su mejor amigo.
Y así fue, lo abrazó; fue un abrazo reconfortante que provocó calma al índigo, de verdad agradecía tener a Heizou ahí, no sabría que haría sin él y ese pensamiento le asustaba.
-¿Mejor, pequeñín?- y con esas palabras todo se fue a la borda, ya el de ojos verdes había dañado el momento.
-Pequeñin tu po- le tapó la boca su amigo, ya volviendo a ser el mismo de siempre.
-Oye, estamos en una fiesta de niños, contrólate- le recordó mientras intentaba contener la risa por la cara apenada del otro chico.

Con suaves golpes a una copa toda la atención de la gente se dirigió al hombre que se encontraba al lado de la cumpleañera, Zhongli, que con esmero y amor le había preparado eso a su hija menor, qiqi.
-Mis queridos amigos y allegados, agradezco a todos su presencia en esta espléndida noche, aprecio su compañía en un día tan especial para la más pequeña de mis hijos; a continuación será servida la cena, así que dirijanse a sus respectivas mesas y disfruten de tan exquisita comida que nuestra chef y sus compañeros prepararon para ustedes.

Dicho eso todos obedecieron, la madre de Scaramouche por fin hizo presencia en esa mesa, dedicando una mirada de hielo a su hijo para cambiar su expresión a una más suave al recordar que en esa ocasión no solo eran ellos dos. Ya Heizou era consciente de la difícil relación que su amigo mantenía con su madre, pero no imaginaba lo tenso que podría ser eso. En un intento de ignorar aquello empezó a vagar por sus pensamientos, encontrando la forma de llegar al albino; la repartición del postre.

Tras haber acabado el plato que le fue servido empezó a ordenar las ideas para acercarse al chico que había captado su interés, lo primero; que estuviese solo, lo segundo; que no huyera de él y lo tercero…tal vez no sabía cómo proseguir luego de los pasos anteriores.

Rato después Heizou notó cómo la gente empezaba a disminuir, al parecer no muchos se quedarían para el postre, cosa que lo alertó cuando vió al albino levantarse de su asiento. Y no, no había dejado de verlo; aunque cruzaron miradas-algo que resultó vergonzoso por como lo veía- el burdeo nunca frenó su impulso de notarlo, entre tanta gente, de tantos tamaños, con tantos estilos y diversos tonos su mirada siempre se dirigió al de ojos rojos, porque había algo en ese chico que lo atraía de una forma tan irracional que hacían dudar a alguien tan lógico como Heizou sobre sus acciones.

Sabiendo que no tenía un plan y que tal vez las cosas podrían salir mal, por un momento Heizou decidió arriesgarse, algo poco común en él ya que si algo caracterizaba a aquel joven era que siempre tenía en cuenta las probabilidades; sí, era un calculador, uno muy empedernido, pero si no era en ese momento tal vez lo perdería. Así que actuó, con determinación se levantó bruscamente de aquella silla y fue directo donde aquel chico que con tranquilidad iba saliendo del lugar.

“Si no lo hago ahora me arrepentiré por un largo tiempo” Fue lo último que pensó antes de pararse al frente del albino y quien creía era su hermana, estos lo único que hicieron fue verlo de forma expectante-Y posiblemente Kazuha con algo de miedo, era un poco paranoico- esperando a que dijera algo.
“Mierda, no pensé en lo que iba a decir” sudó frío Heizou maquinando lo próximo que diría y con nervios por fin habló.

“Mierda, no pensé en lo que iba a decir” sudó frío Heizou maquinando lo próximo que diría y con nervios por fin habló

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Buenos días, tardes o noches. Actualizo en cada oportunidad que tengo, quisiera que ante cualquier cosa me dieran su opinión, me serviría para mejorar y producir más ideas si las comparten.
Dicho esto, me despido, chau chau ♡.

Un secreto en tu mirada (Heikazu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora