Heizou no era capaz de considerar los cumpleaños una fiesta relevante para él; sin imaginarse que en aquella celebración de una niña de 8 años conocería un chico que tal vez sería capaz de llamar "El joven de sus ojos".
~~Aclaraciones~~
•El dibujo u...
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La primera idea que tenía era la de pintar abanicos, le parecía algo fuera de lo común y a su vez, interesante y tranquilo; quería que Shikanoin se diera cuenta del ambiente calmado que tenía la ciudad en las mañanas, para ello llegaron donde una jovencita que con anterioridad se había comunicado con Kazuha para conseguirle lo que quería. Kazuha no era el mejor planeador, así que toda esa situación lo ponía un poco ansioso, no quería fallarle a su nuevo…amigo.
Si algo podía notar el albino de su compañero era que fácilmente se concentraba en lo suyo, eso le gustaba, eso o como sus cejas cambiaban y hacian armonía con su ceño fruncido y las pequeñas arrugas que aparecian a los lados de sus ojos, formando una bella expresión que lo desconcentraba de su pintura.
Pasado el rato cada uno tenia su abanico pintado, uno tenía un arbol seco con hojas de arce cayendo mientras que el otro, que no se consideraba un buen artista sólo había hecho un dibujo de ellos dos.
-Te quedaron hermosas las hojas- expresó Heizou admirando el abanico del albino- ¿Te gusta mucho dibujar?
-Un poco, solo es un pasatiempo, lo que más me gusta es la literatura y la musica.
-También me gusta leer, sobre todo los libros de misterio; Si estas libre podrías acompañarme- se detuvo recordando algunas cosas- Olvidalo, tengo los libros en mi casa y tu vives acá- se decepcionó un poco.
-¿Quien te dijo que vivo acá?- Interrogó sin realmente esperar una respuesta- Soy de Inazuma, he estado acá un par de semanas por el trabajo de mis madres, pero muy pronto volveré allá.
-Eso es increíble- Si Shikanoin no supiera controlar sus emociones ya estaría dando saltitos de felicidad- Visitame algún día, seremos solo tú, yo y mis libros de misterio.
-Me gusta esa propuesta.
El resto de la cita se basó en comer en el restaurante de una gran cocinera, sus platos eran algo picantes, pero deliciosos; luego de eso fueron a alimentar a las aves, fue gracioso como querían tanto al pelirrojo que simplemente no las soportaba; también visitaron una gran biblioteca donde al contrario de leer se la pasaron hablando, al final consiguieron un par de libros, cada uno había elegido el del contrario; Kazuha recibió un libro de misterio que anteriormente Heizou se había leído y Heizou recibió un libro que eran una colección de cartas.
La última actividad que tenían era una cena en uno de los edificios más altos de la ciudad, hacía frío, sin mucho ruido alrededor solo la de unas cuantas personas y compañía de la melodía de una lira a la lejanía.
-Sabes…tenía miedo de lo que sucedería hoy- Confesó el albino soltando el aire en sus pulmones que sintió que retuvo por todo el día, no sabía porqué pero sentía que debía confesarle aquello a su acompañante.
-¿Miedo?¨-Indago el pelirrojo tomando un poco de sidra.
-Sí, miedo, de no poder lograr el dia perfecto, de que no te sintieras cómodo, miedo de…todo- Bajó la mirada notando como el silencio aumentaba sus nervios- Perdon por decirte eso, olvidalo- Con rapidez levantó la mirada, estaba sonrojado de la vergüenza- ¿Cuando vuelves a inazuma?
-No intentes cambiar el tema, mucho menos pidas perdón; Me divertí, mucho, ten presente eso- Hizo una pausa y siguió hablando- No esperaba un dia perfecto, no esperaba nada en realidad. Sabes que lo del guia turistico era una mentira ¿Verdad?- Kazuha solo asintió, intentando no desviar la mirada de su acompañante.-Entonces sabes mis intenciones- Bufó con diversión- Honestamente me haces sentir cómodo, Kaedehara. Te conozco de poco tiempo pero aun así siento que eres alguien que quiero mantener en mi vida, si me das la oportunidad estaré para ti; no quiero convertir esto en una confesión, sé que tengo mucho más que conocer de tu persona, y quiero saberlo, no para arrepentirme de nada, sino para apoyar mis sentimientos, mis pensamientos de lo increíble que eres.
-Yo…-Con titubeos no fue capaz de formular ni una oración, estaba rojo como un tomate, no todos los días le decían cosas como esas.
-El rojo te queda bien- Bromeó el de ojos verdes, quería ayudar a que el albino se estabilizara.
-Gracias- Fue lo único que expresó Kazuha, casi en un susurro. Solo un gracias que contenía más de lo que el de ojos verdes podía imaginar, pero tal vez podría hacerse una idea si en sus ojos notaba las luces de su alrededor, o no solo eran las de alrededor, los ojos de Kazuha no solo reflejaban aquello, también mostraban su interior, brillando como nunca pues una nueva sensación se estaba formando en su corazón, una muy bella que en experiencias pasadas no había surgido.
-Gracias a ti- Sonrió el pelirrojo, casi perdido en su mirada- Bueno, comamos; la idea de que me visites sigue en pie, ahora no te eches para atrás- Comentó, para cambiar de tema.
-No lo haré, también quiero conocerte, “detective”.
-¿De quién escuchaste el apodo? ¿De Scara?
-De él y un amigo que tenemos en común, Aether.
-Oh, interesante ¿Tú cómo lo conociste?
El resto de la noche la pasaron charlando, hasta que avisaron que el restaurante cerraria, ese fue el lamentable momento que les avisaba que su cita llegaba a su fin.
-Me voy en 2 días- Informó Heizou ya en la puerta del hotel- Cuando llegues a tu casa me escribes ¿Si? y cuando vayas de camino a Inazuma también, que no se te olvide; te estaré esperando.
-Sí señor, como usted mande- Sonrió y con valentía besó la mejilla de Heizou- Hasta luego.
-Si…hasta luego- Algo embobado se despidió el otro.
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