¿Quién eres? (Hyunlix)

Capítulo 07

—Dejame ir ahora que aún
Estas a tiempo...♥︎

—Años atras—

—¿Donde tienes al mocoso? Voy a llevármelo lejos de ti, no quiero que lo contagies con tu homosexualidad— Esa voz escalofriante habló.

—Sobre mi cadáver vas a separar a Felix, de mí, ¿escuchaste? sobre mi ca-da-ver.—  Los gritos en la sala cada vez eran más fuertes, yo trataba de cubrir mis oídos con mis manos pero era inútil, aquella voz grave se hacía  más  fuerte.

—Basta por favor— Murmuré, las lágrimas empezaron a salir de mis ojos, cuando tenía seis años prometí ser valiente y ayudar a mi padre con los monstruos que siempre lo golpeaban pero ahora que tengo diez me he convertido en un cobarde, porque aún me sigo escondiendo en el armario con mis monstruos imaginarios.

—Bien entonces ¿Quieres morir? Entonces morirás y me llevare al mocoso de todos modos— Me asuste al  escuchar el ruido de algún cristal romperse.

—¡Papá!— Grité y salí del closet pero antes de abrir la puerta uno de los monstruos salio del armario y me señaló al bate de Béisbol.

—Golpealo fuerte en la cabeza, no pienses en que es tú abuelo, ese hombre asesino a tú madre y ahora quiere hacer lo mismo con tú padre, ese hombre es el verdadero monstruo, Felix.— Al escuchar a aquel monstruo hablar, me llene de valentía, sus palabras me dieron valor para salir, tomé el bate de Béisbol y baje las escaleras, me quedé en shock al ver a mi padre con su rostro lleno de sangre y mi abuelo sobre él dándole golpe tras golpe.

—Papá— Solloze dejando caer unas cuantas lágrimas.

—No lo olvides, Felix, debes golpearlo en la cabeza y muy fuerte, eso no lo matará pero lo dejara inconsciente y te dará tiempo para llamar a la policía.—
Asentí y empuñe el bate, mis manos temblaban y no se de donde saqué la fuerza para golpear a aquel anciano que cayó inconsciente sobre el cuerpo de mi padre.

—¿L-lo... Lo mate?— Pregunté asustado y en un hilo de voz,  solté el aire que tenía retenido y me quedé estático por vários segundos.

—Felix reacciona— Escuché  la voz de una mujer y volteé a ver a la dueña de aquella voz, era mi madre.

—En la actualidad—

—¿So-soy yo?— Pregunté y mi voz salió casí como si estuviese susurrando, me acerque más a la camilla con temor ¿En serió ese era yo?.

—Si, Lixie, eres tú ¿Como es posible que no reconozcas tú propio rostro.— Baje la mirada al pisó y acaricié mi brazo izquierdo con mi mano derecha.

—Es que, es que— Tartamudeé —No recuerdo como es mi rostro— Hice un puchero y escuche a Hyunjin reír
—Estas bromeando ¿cierto?— Su sonrisa se borro al ver que mi rostro seguía serió y mis ojos lagrimosos.

—¿Que los fantasmas no tienen reflejo— preguntó  Y claro que los fantasmas tienen reflejo pero era yo el problema, quizá por que no tenía memoria o tal vez ni para ser fantasma era bueno porque soy solo yo quien no me refleja en los espejos y en ninguna superficie similar.

—Si lo tienen— Respondí a su pregunta

—¿Entonces por qué no conoces tú rostro?—  cuestionó.

—Por qué yo no tengo un reflejó, todos lo tienen menos yo— Comencé a hipar y luego sentí los brazos de Hyunjin rodearme.

—Hey tranquilo, no llores por eso, no importa si siendo fantasma no tienes un reflejó porque lo tendrás cuando vuelvas a tú cuerpo— ¿Como puedo volver a mi cuerpo si no se que es lo que me espera cuando despierte? ¿Me llevarán a la cárcel por matar a ese anciano? ¿Papá aún me quiere? ¿Hay alguien aparte de mí, esperando a que despierte?.

Tuve miedo de saber la respuesta.

—No quiero volver a mi cuerpo— Susurré separándome del cálido abrazo de Hyunjin.

—¿Que dijiste?— Él me miró sorprendido y confundido a la vez.

—Pense que te alegraría saber que tienes la oportunidad de regresar a tú cuerpo—  dijo con decepción.

—Maté a un hombre, Dr. Hwang, si despierto entonces me llevarán a la cárcel y ya tengo suficiente castigo con estar encerrado en este maldito hospital  como para despertar y que me encierren en otro— Limpié mis lágrimas queriendo salir corriendo pero al vez quería quedarme en los brazos de ese lindo doctor.

—Tú no mataste a nadie, Felix—
Hyunjin intento abrazarme de nuevo pero me alejé de él, no quería contaminarlo con mi suciedad.

—Yo recuerdo el cuerpo de ese hombre lleno de sangre tirado en el piso— Esas imágenes me torturan cada rato, se siente como el infierno.

—Dijiste que solo eran fragmentos los que recordabas así que deja de decir que mataste a alguien porque yo se que no es verdad—

—¿Como lo sabes aaah?— Alcé la mi voz temblorosa.

—No lo sé pero estoy seguro que no lo
hiciste—  Hyunjin me atrapó en sus brazos nuevamente y yo me deje consolar, su cuerpo se sentía tan cálido, los sonidos de su corazón me gustan y me dan paz pero tengo que ser realista y es que Hyunjin no estará conmigo para siempre.

—Quiero desaparecer Hyunjin, ya no quiero seguir sufriendo, ya me cansé de estar siempre en este hospital viendo personas entrar y salir y yo tengo que quedarme siempre aquí, por favor deja que mi cuerpo muera, yo se qué es lo que me mantiene cautivo en este lugar, por favor desconectalo.— Pedí sintiendo mi pecho doler.

—¿Quieres aléjate de mí ahora que te dije que me gustas?— Aquellas palabras se sintieron como brazas quemando mi pecho, no quería alejarme de Hyunjin pero una relación con un fantasma jamás funcionaría y aunque mi cuerpo aún esté aquí no asegura que mi alma regrese a él, después de 26 aún sigo aquí, ese cuerpo solo me mantiene atado a este mundo y a este hospital.

—No es lo que quiero pero es lo mejor, déjame ir por favor, enamorate de alguien que pueda envejecer a tu lado, de alguien que tenga vida—

—Tú puedes envejecer conmigo, tienes vida ¿No te gusto Felix?— Vi sus ojos grises cristalizarse al momento de hacer aquella pregunta.

—Me gustas pero conmigo no tienes futuro— Lo separé de mí y corrí hasta la salida, me detuve cuando escuche los monitores emitir sonidos y mi cuerpo empezó a convulsionar, Hyunjin estaba asustado, se le notaba en la expresión de su rostro.

—No Lixie, por favor no me hagas esto, no te rindas ahora por favor—

—Adiós doctor sexy, gracias por gustar de mí,  espero que encuentres a alguien que si pueda compartir su vida contigo.— Fue lo último que dije cuando me volví a desvanecer, pero esta vez no desperté en aquel lugar oscuro, desperté en mi auto antes del accidente.