¿Quién eres? (Hyunlix)

Capitulo 15

—No hay nada mejor que 
Sentir el calor de un hogar...🎀

—Confíe en ti, ¿por que lo haces? ¿POR QUÉ ME HACES ÉSTO— Grito grito Jeongin asustado y molesto.

—Tú no entiendes, necesito el dinero.— Habló ella entre lágrimas sosteniendo un arma, sus manos tiemblan y si Jeongin se mueve ella no dudará en disparar.

—Pudiste haberlo pedido, yo te lo hubiese dado, por favor Airy, baja el arma, si me disparas te atraparan, no podrás sali...—

Un disparo se escuchó dentro de la habitación donde Jeongin se preparaba para dar uno de sus conciertos.

Su camisa blanca pronto se tornó roja por la sangre que burbujeaba de su vientre por la herida de bala, sintió como algo caliente atravesó su estómago y luego escupió sangre, calló de rodillas mirando a la culpable de tal atrocidad, la mujer sostenía el arma y su mano le tiembla, al ver a Jeongin ensangrentado en el piso, ella escapó con un millón de dólares en su mochila.

Jeongin murió en manos de su manager.

—¿Ayudaras a Jeongin a trascender al
cielo?— Pregunté mientras veía a Hyunjin vestirse para ir al hospital, no pude evitar que mis ojos viajarán desde la punta de sus pies hasta la coronilla de la cabeza pero antes haciendo una parada en su trasero, ¿Me sentí un pervertido? No, ni un poquito.
Solo senti unas enormes ganas de estrujar su trasero con mis manos mientras él me está haciendo suyo.

—Se lo prometí, cariño, así que haré mi mejor esfuerzo por encontrar al culpable aunque no aseguro nada porque soy un doctor y no un forense— Hyunjin respondió abotonando las mangas de su camisa, ¿Como se puede ver tal sexy solo haciendo algo tan simple como lo es abotonar su camisas?  levantó su mirada, me sonrió y caminó a la cama donde me encuentro sentado observando cada fraccion de su cuerpo, me tomó en sus brazos como si fuera un bebé y luego me sentó en su regazo haciéndome ronronear como si fuese un gato. Mi peso es ligero por lo que no le es difícil cargarme.

—Él sabe quién es su asesino— Le conté  acomodando el cuello de su camisa la cual muero de ganas por quitar, él se sorprendió al escuchar lo que acabo de decir.

—¿Y si lo sabe por que... Aaa que tonto es un fantasma.— Se da un golpe en la frente al darse cuenta lo que iba a decir.

—Solo necesita que lo ayudes a conseguir las pruebas para que su asesino vaya a la cárcel y él pueda descansar en paz.— Le sonreí pasando mis manos por su cuello y luego unir nuestros labios, será difícil dejarlo ir a trabajar y será aún más difícil regresar a mi casa y dejarlo solo.

—¿Que tal tu celo con Hyunjin?— Bromea Mi papá al verme entrar a su casa vistiendo ropa de mi  sexy doctor,  mis mejillas  se ruborizan de solo recordar cada caricía que recibí departe de Hyunjin.

—Deja de decir eso papá, no estamos en un omegaverse, esto es la vida real, estas viejo pero aún eres inmaduro— Pude darme cuenta el  como mi papá fingió indignarse  al escuchar lo que dije pero él sabe que no le digo eso faltandole el respeto ya que antes solíamos bromear de esta forma.

—Hay estos niños de hoy en día, ya no tienen respeto por sus mayores—  Dice pero esta vez acercándose a mí para rodear mi cuerpo con sus brazos, me siento cálido, me siento seguro, me siento amado, me siento protegido.

—Bienvenido a Casa— Una tercera voz se escucha al fondo en la cocina, me separé del abrazo de mi padre y dirigí mi vista hasta el lugar de donde la voz de Jisung se escuchó, sonreí al verlo parado en el umbral de la cocina con un pastel en sus manos.

Papá dice que las cosas buenas son las que llegan cuando menos te las esperas y las que llegan cuando más necesitas.

Han Jisung, un médico residente  del hospital Winter, llegó a nuestras vidas de una manera tan inesperada y llegó cuando mi papá y yo más lo necesitábamos, se convirtió en mi segundo padre y fue tan fácil encariñarse con él.

Cuando papá estuvo internado en el hospital y yo me encontraba solo, Jisung fue el que me cuido aún cuando no era su obligación hacerlo, él solo era el médico a cargo de papá y aún así cuidaba también de mí.

Quité el pastel de sus manos y se lo entregue a mi padre y luego me lancé a los brazos de Jisung, a pesar de que desperté hace más de un mes, no había tenido la oportunidad de abrazarlos y decirles lo mucho que los amo.

Papá se nos unió al abrazo y joder ¿Cuando envejecieron tanto? Estuve tanto tiempo dormido y deambulando como fantasma en el hospital que ahora me siento como esos padres que se pierden la oportunidad de ver crecer a su hijo.

Yo perdí la oportunidad de ver crecer su amor.