VII

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Antes de empezar el capítulo debo aclarar que la parte narrada por Nicolas va a estar escrita en español también.
Disfruten su lectura.

— ¡Abuela, me he enamorado!

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— ¡Abuela, me he enamorado!

Dejo las llaves en la mesita al lado de la puerta y cierro la puerta principal de mi casa donde vivimos mis padres, mi abuela de parte de padre, y yo.

Escucho a mi abuela correr escaleras abajo y voy corriendo a ayudarla, — abu, ¿cuántas veces te hemos dicho que no corras?

Mi abuela sorprendentemente está de muy buena forma e incluso ha insistido en apuntarse a zumba con mi madre toda la semana, pero, tras discutir durante casi dos semanas con ella, decidimos dejarla ir 3 días.
Aún estando perfectamente, tenemos miedo de que le pase algo y por ello insistimos tanto en que no haga esfuerzos innecesarios.

Creo que piensa que no nos damos cuenta, pero cuando se queda sola en casa pone música a tope y baila al ritmo de Just Dance.
Me di cuenta hace meses cuando vimos todos los puntos que aparecieron de la nada.

— ¡Eso no importa! —agarra mi mano y salta los dos últimos escalones, me asusto y pregunto si está bien, pero me ignora completamente, —¿quién es la afortunada que se ha ganado a mi Nicolín?

Me intento asegurar de que esté bien, pero me vuelve a ignorar mientras va corriendo hacia la cocina seguramente a por helado.
Siempre que le cuento algo que ha pasado en el pueblo en mi familia de parte de madre coge la tarrina de helado de caramelo que siempre repone cuando nos la acabamos y se sienta en el sofá para estar cómoda.

A pesar de todas las advertencias y consejos que le damos para que esté bien ella nunca nos hace caso y hace lo que le da gana porque, según ella, es más fácil vivir una vida libre y tranquila que una vida donde te digan siempre qué hacer.

Tiene 84 años, pero aparenta muchos menos, actúa como si tuviera 50 años menos y habla y aconseja como si tuviera miles de años más.

Realmente sus consejos y advertencias ayudan demasiado y sabe cómo ayudar.

Personalmente, siempre que he tenido algún problema con unos amigos o me he peleado con mi mejor amigo, ella siempre me ha dicho que hacer y qué decir para que las cosas se arreglen, y siempre acierta.

Tiene un don.

Me tumbo a su lado con una sonrisa divertida al verla comiéndose la mitad del helado, —comienza a hablar, muchacho.

— Se llama Maia Atropos, tiene 18 años, es rubia con ojos verdes claritos preciosos, es tan bajita que da miedo pisarla, se le da bien montar a caballo, se ha apuntado al torneo de vóley-playa, es griega y va a venir aquí todos los veranos porque su padre se casa con alguna mujer de aquí, sus cosas favoritas son: el azul, los caballos, las galletas caseras, el musical de Mamma Mia, hacer fotos, las margaritas blancas...— le sigo hablando de ella sin parar—. Va a trabajar como niñera de la hija de mi jefe y voy a darle clases de italiano porque no tiene ni idea, le gusta leer, las flores, los atardeceres, competir y los gatos.

Un verano junto a ti. (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora