Desde el momento en que se conocieron sintieron esa chispa. Esa extraña chispa que las hacía querer saber más sobre la otra; pasar tiempo juntas e incluso mirarse por largos ratos para satisfacer un poco sus inexplicables ganas de tenerse.
Cómo much...
Este, sin duda, ha sido uno de los mejores días que Mila ha vivído; estar rodeada de gente agradable y divertida realmente le da mil años de vida, y los amigos de Vicki son muy buena onda así que le han caído muy bien.
Aunque a pesar de que lo estaba pasando de maravilla no pudo evitar recordar, después de muchísimas horas, que ella también solía divertirse así con sus amigos. De hecho comenzó a preguntarse si Isaac y Amber ya se habían devuelto a New York, pues no ha sabido mucho de ellos desde la pelea
Ha tenido la mente demasiado ocupada como para pensar demasiado en ellos, aunque tal vez sea solo una excusa y un acto de cobardía para no sentir nada; para no extrañarlos tanto.
Pero no le duró mucho porque aún así los recordó mientras estaba tumbada en una colchoneta y Vicki le tomaba algunas fotos:
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--Te ves hermosa-- la halago miko.
Inmediatamente las mejillas de Mila tomaron color, pero eso no la detuvo para poder mirarla con una sonrisa coqueta y fingir que no siente ese alboroto de mariposas en el estómago.
--Gracias-- soltó, con un tono seductor.
Aún sin dejar de mirarla comenzó a acercarse hasta ella y, luchando internamente para no dejarse ganar por la timidez o los nervios, se detuvo cuando estuvo lo suficientemente cerca como para dejar sus manos sobre los muslos de la rubia.
Ambas se quedaron mirándose a los ojos momentáneamente, sintiendo con intensidad el contacto de pieles y probablemente recordando la sección de besos en la camioneta en la que vinieron hasta acá.
--Ahora sí podemos dar una vuelta en moto-- habló Mila, interrumpiendo los pensamientos de Victoria.
--Todavía podría tomarte mil fotos más-- susurró, inclinando su cuerpo hacia adelante de manera coqueta.
Buscando provocarla, una tarea para nada difícil.
--Eso lo puedes hacer después-- susurró de la misma forma, llevándole inconscientemente una mano a la mejilla.
La tensión podía sentirse a leguas, así que sus amigos no lo dejaron pasar. Inclusive comenzaron a tomarles fotos mientras se murmuraban cosas entre ellos, fotos que en algún futuro se las mostrarían o que simplemente quedarían para el recuerdo.
--Y después se atreven a decir que no pasó nada en el ascensor-- murmuró Richard para el resto de sus amigos.
Al final Mila no es la única que la está pasando bien, pues todos están demasiado entretenidos tratando de disfrutar los momentos de relajo al máximo. Tanto así que al parecer han olvidado por un momento la otra realidad de la vida en la que viven: internet.
