Capítulo 4: La vida sigue.

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Al día siguiente, me puse a buscar a esa chica y cuando pasé por el mismo puente donde conocía a Toni, pude ver a una chica preciosa, tenía un bonito vestido y un pelo precioso. Me miró y me dijo:

-Tú deberías de ser Toni, yo me llamo Stella.

-Vaya conoces mi nombre.

-Digamos que Aurora me habló un poco de ti, ella conocía a Toni.

-Supongo que Aurora era el ser que estuvo contigo.

-Sí, pero ella tuvo que morir hace poco.

-Pues a mí me pasó lo mismo.

-Bueno, creo que si estamos aquí es porque creen juntos podremos ser más fuertes y superar su muerte con más facilidad.

Entonces ella miró el puente y me dijo:

-Aquí estuve a punto de morir. ¿Tú lo conocías?

-Sí, me suena de algo.

Entonces estuvimos hablando hasta que anocheció, cuando llegaron las nueve, nos despedimos y le dije:

-¿Mañana quieres tomar un café?

-Que sea sin azúcar, prefiero la sacarina.

Al día siguiente fui a tomarme el café con Stella y hablamos un poco más en profundidad sobre nuestros seres. Comencé hablando yo:

-Hemos tenido suerte de haber podido contar con Toni y Aurora, gracias a ellos pasamos de vivir en un pozo de tristeza a vivir en el pico de la montaña de la felicidad.

-Vaya Toni, veo que te va el rollo de ser poeta.

-Toni me enseñó a hablar así.

-Pues me parece precioso. Por cierto, ¿Qué fue lo que te pasó para que Robin tuviera que ayudarte?

-Digamos que mi padre murió cuando era muy pequeño y tuve que vivir con mi madre y mi hermano pequeño, mi profesora me tenía una gran repulsión y el cura de mi pueblo hablaba mal de mí y entre todo lo que pasó al final fui odiado por mucha gente, nadie me abrazaba, ni siquiera me hablaban para nada, solamente para insultarme, casi no contaba como persona, hasta que un día cansado de todo quise tirarme por el puente y Robin apareció en el momento indiciado en el sitio indicado. ¿Y a ti?

-Mis padres eran personas con una demencia mental muy grave, me encerraban en mi cuarto, y nunca me dejaban salir de mi cuarto, prácticamente me tenían secuestrada. No tenía contacto con nadie, al menos mi madre me enseñó a leer, y a hablar. Cada semana me traían un libro diferente, leía poemas de un autor muy poco conocido, se llamaba Ricardo Sinfonyc, probablemente no lo conozcas. Nunca fui al colegio, nunca vi la luz del Sol, no sé a qué huele el jazmín, ni tampoco sé que es correr por las calles, ni ir al cine a ver una película.

-En tus ojos puedo ver que hay algo más.

-Al menos lo que te he contado no es tan malo, pero como te dije, ellos padecían una enfermedad, y a veces cuando dormía, mis padres se volvían extraños, entraban a mi habitación, se ponían de rodillas al lado de mi cama, y comenzaban a rezar unas oraciones en latín, y al terminar me miraban y me comenzaban a tirar sangre de cabras, decían que así Dios me iba a convertir en inmortal. Nosotros vivíamos en una granja perdida por el desierto de Tabernas y nadie podía escuchar mis llantos ni sospechar de mí. Hasta que un día apareció Aurora y comenzó hacerme los días más divertidos, me hizo fuerte y cuando ya tuve fuerzas, robé las llaves mientras mis padres dormían y salí corriendo. Y corrí tanto hasta el cuartel de la policía, donde tiempo después me dieron en adopción a una familia y por eso ahora vivo aquí.

-¿Y por qué dijiste que estuviste a punto de morir en el puente?

-Cuando empecé a vivir con mi familia de adopción, mis padres fueron se libraron de la cárcel porque a simple vista se podía ver que eran enfermos mentales, y entonces entraron a un psiquiátrico. Hasta que un día los pacientes de allí comenzaron a atacad a los enfermeros y algunos escaparon de allí, por lo cual, vinieron a buscadme, y me encontraron. Me intentaron asesinar por lo que había hecho, pero antes mataron a mi familia de adopción. La policía cuando entró se vieron obligados a matarlos, después de la desesperación fui corriendo al puente, me puse de pie, pero antes de saltar, Aurora me agarró y me dijo: "Aún tenemos que mejorar más".

-Vaya, pues entonces no fue fácil. ¿Y por qué crees que estos seres buscan a personas que hayan sufrido mucho en su vida?

-Creo que es porque las personas que más han sufrido, son mucho más propensas a dejarse manipular por los seres malvados.

Pasaron dos meses desde que conocí a Stella, y comprendí que me había enamorado de ella, para mí era perfecta, tenía un gran amor por Stella, y un día quise hablar con ella con intención de declararme. Cuando fui a verla le dije:

-Vamos a tomarnos un café.

-Pero si son los ocho de la noche.

-¿Y qué?

-Tienes razón, pero exactamente ¿por qué un café?

-Porque sé que te encantan.

-No esperaba menos de ti. –Me dijo mientras ella sonreía.

Entonces nos compramos unos cafés y fuimos a dar una vuelta y justamente pasamos por el puente, y le dije:

-Este puente me sigue trayendo recuerdos.

-A mí también, aunque gracias a él, ahora nos conocemos, y me alegro mucho.

-¿Tanto te alegras?

-Sí, porque sin él nunca te habría conocido y no podría haberme enamorado de ti.

Y sonriendo le respondí:

-Vaya, te adelantaste, te lo quería decir yo primero.

-Cállate. –Me dijo mientras sonreía.

Entonces me besó y desde ese día comenzamos nuestra relación, pues éramos el gran dúo, cuando estábamos juntos éramos perfectos.

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