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Carlos soltó un suspiro para luego lanzar el teléfono lejos de él.

Siempre le impresionaba la velocidad en las que se movían las personas para averiguar la vida de cierta persona, en este caso a la amiga de Charles. No iba a mentir, eso le molestaba de una manera sobrehumana porque por muy fans que sean no les daba el derecho de creerse con el poder de saber todo de una persona que no estaba en el ojo público.

Se sintió mal cuando comenzaron a circular los rumores donde decían que Alexandra era su pareja y más ahora viendo que ya sabían hasta en donde estudiaba. Las disculpas que había mandado cada dos segundos lo iban a ser más rico de lo que ya es.

Volviendo a suspirar, se levanto del sofá y se dirigió al baño para darse una ducha e ir camino al aeropuerto. Estaba decidido a viajar a Montecarlo para ver a Charles, sabía por boca de Alexandra que todavía permanecían en aquel país y aprovecho que estaban en una mini vacaciones hasta la próxima carrera que era en España, su preciado país.

Tras estar media hora en la ducha, se vistió con un cómodo chándal para seguidamente recoger su bolso de mano en el cual llevaba algunas cosas necesarias para los días que iba a estar en aquel lugar. Si en algún momento necesitaba algo más, no dudaría en comprárselo.

En camino al aeropuerto se mantuvo hablando por teléfono con Caco, quien le estaba haciendo recordatorio de algunas cosas previas a la carrera del veintidós.

Tenía pensado pasar una semana entera junto al ojiverde, de ahí volaría para Madrid y se quedaría los restos de días hasta que sea el momento de ir para Barcelona.

Se sentía entusiasmado y a su vez tenía una pizca de travesura. Como de esas que sabes que podría haber una reacción negativa pero la cual te da más impulso de cometerla.

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El timbre del departamento hizo romper el cómodo silencio que estaba presente. Confundido se preguntó mentalmente si esperaba a alguien pero negó con la cabeza al darse cuenta que nadie le había avisado que pasaría por su hogar.

Dejo de lado su computador y se dirigió a la puerta, intento visualizar a la persona que se mostraba en la pantalla de la cámara que apuntaba en su departamento pero solo se veía un costado de la persona.

Era un hombre y no tenía el corte de sus hermanos.

Más que confundido, abrió la puerta y soltó un pequeño jadeo al ver al moreno con una sonrisa de oreja a oreja y unas delicadas rosas en un ramo.

— Que lindo es volver a verte, precioso. —por inercia volvió a soltar un jadeo al escuchar la última palabra dicha en español, no sabía bien lo que decía pero estaba seguro que algún piropo era en el idioma del madrileño.

— Carlos.. —susurro.— ¡Carlos! —de la emoción se lanzó a los brazos del moreno, sin prestarle atención que todavía mantenía el ramo en sus manos.— Te he echado mucho de menos.

Carlos como pudo dejó el ramo en su bolso, que se encontraba en el suelo, y con más libertad sostuvo al ojiverde, quien ya tenía sus piernas enredadas en la cintura del moreno.

Charles escondió su rostro en el hueco del cuello del contrario, aspiro el varonil aroma. La colonia que se había puesto era deliciosa y encantadora, no era fuerte pero era tan masculino y limpio.

— También te he extrañado, mi precioso. Por eso mismo, no espere más y viaje hasta aquí. —el monegasco se alejo de su escondite y inspeccionó la atractiva cara del moreno, sonriendo desenredo sus manos del cuello y llevo una de sus manos al cachete del piloto. Carlos apoyo su peso en ella.

— Es lindo verte, me alegraste el día.

Le dio un golpecito en el hombro de manera que lo bajasee. Carlos rápidamente acato la orden pero lo mantuvo cerca de él. Sus manos aún se mantenían en la cintura del castaño, estaban aferradas a él.

Charles siguió viendo al español y comenzó a pensar en que momento habían llegado a ese punto. ¿Tan rápido habían escalado para prácticamente tratarse como amantes sin llegar a serlo?

Se mordió el labio inferior mientras intentaba escapar de sus malos pensamientos ante la situación y la reacción de ambos. No quería que la compañía del madrileño se vea afectada por paranoias de él.

Mantuvo en mente que Carlos se había vuelto alguien importante para él en poco tiempo. No había un tiempo establecido para volverse o volver a alguien con importancia en su vida.

— Ven, pasa. —se alejo del español y este lamentándose internamente soltó al ojiverde.— no soy experto en la cocina pero te haré una rica pasta.

Carlos soltó una pequeña risita mientras se adentraba. Sabía una anécdota sobre la pasta de Charles.

"Estaba en punto crocante"

Había dicho cuando Alexandra le estaba contando el desafortunado suceso con la pasta hecha a majos de Charles.

"Tan crocante que casi te rompes el diente"
Fue el contraataque de la italiana, haciendo que Carlos soltara una fuerte carcajada y poniendo casi morado al pobre monegasco.

Carlos despego su mente cuando visualizo el departamento del castaño. Era hogareño pero con de un estilo algo moderno y minimalista. Aun así, el color café y verde en algunas cosas le daba el toque hogareño.

Tenía un sofá en forma de L que era de color beige y una mesita de madera estilo moderno, frente a ellos había un plasma que estaba en la pared y debajo de eso estaba un mueble del mismo color de la mesa pero estaba ordenada con un montón de libros y alguna que otra plata.

A lo lejos se percato de la pequeña división que había entre la cocina y la sala de estar barra comedor.

— Tu departamento es muy encantador, es muy tú. —solto Carlos y Charles sonrió levemente.

— Mi hermano mayor la diseño. Es diseñador de interiores, lo cual hace que sea tan yo porque su visión eran plasmarme en el diseño. —observó su alrededor y asintió de acuerdo.

— Estuvo en lo cierto, debería pasarme su contacto para que me diseñe mi departamento en Italia. —el brillo en los ojos esmeralda se hizo tan fascinante que Carlos sintió desfallecer en ese preciso momento.

— Estaría más que encantado de pasarte su contacto. Estoy seguro que Lorenzo estaría más feliz por hacerlo.

El moreno siguió mirándolo embobado.

Charles le regreso la mirada y le regalo una tierna sonrisa.

Carlos sintió que ahí si se iba a desmayar en serio, ese chico no podía hacer que su pulso se descontrole con una simple sonrisa.

Simplemente, se estaba sintiendo perdido.






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Omg, perdón por tener tan abandonadas mis historias:(
Estos dos meses he estado bastante ocupada pero intentaré con toda mis fuerzas encontrar momentos para poder actualizarles.

Espero que les haya gustado, les mando muchooooos besitos. <33

Red Bull | Charlos ;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora