Ambos tenían la mirada fija en la linda vista que se podía apreciar por la ventana. Estaba lloviznando, el cielo estaba de un lindo color gris. Uno que no daba melancolía, solo transmitía paz.
Carlos era el que más embobado se encontraba viendo aquello. No era para nada nuevo para él agarra su teléfono y enfocar la cámara a aquella vista. Charles, por su lado, se encontraba soltando pequeñas risillas al ver las miles de poses que tomaba el moreno para encontrar un ángulo que haga justicia a lo que sus avellanados ojos veían.
—Es muy lindo, ¿cierto? —cuando Charles vio como el moreno dejaba de lado el teléfono, se dispuso a acercarse a él y apoyar su cabeza en el hombro del mayor.
—Como tú. —soltó mirándolo.
Charles sintió como sus mejillas se tornaban calientes y apartando su mirada del los ojos contrario hablo.— Me gusta estar cerca de ti. Me generas mucha paz, Carlos.
El español poso su mano en la cintura del menor y lo acercó más a él.
—Me alegra saber eso porque siento lo mismo cuando estoy cerca de ti.
Charles siguió admirando la atractiva cara del mayor. No estaba seguro que era lo que más le gustaba. Si su sonrisa coqueta. Su barba que le daba una vibra jovial por el hecho que era poco visible. O simplemente estaba encantado con los ojos avellanas que estaba acompañados de espesas pestañas largas que lo hacían tener una mirada soñadora y atrapante.
Soltando un suspiro de embobación se alejo del moreno y le dio una sonrisa boca cerrada.
—Ven. Alexandra ya debe estar esperándonos.
El menor giro sobre su eje pero al segundo fue detenido por Carlos, quién lo hizo que vuelva a verlo.
—No escapes, necesito decirlo. —exclamó Carlos y Charles no le quedó de otra que asentir y dejarse llevar. Intentaría hacer lo que su amiga le aconsejo.— Me atraes mucho, bonito. No sabría con exactitud cuánto o hasta dónde, solo sé que mi vida se ha vuelto más brillante desde tu presencia en ella. Tampoco sé que tan bueno es confesarme cuando no llevamos tanto tiempo conociéndonos y estoy seguro que pensarás que es algo apresurado y lamento de antemano si esto te incómoda, pero Charles.. no sé lo que me hiciste pero me siento hechizado, me siento en otro mundo y como si tú fuera algún ser mitológico que hace que me sienta hipnotizado ante tu belleza. Ante tus ojos verdes que parecen dos preciosas esmeraldas. Me siento encantado por tu personalidad; tan torpe, tan amable y tan amorosa. Simplemente no sé, pero me encantaría seguir apreciando eso y querer seguir averiguando que es lo que más me encanta de ti.
Los ojos verdes de Charles se cristalizaron mientras escuchaba al moreno expresar sus sentimientos hacia él.
¿Iban a poder salir bien en eso?
—La vida es muy corta para prohibirme no hacer las cosas que deseo. Aprovechar cada segundo en conocerte y aprender todo de ti. Intentar expresarte todo mi cariño hacia ti.
¿Carlos podrá con un Charles inseguro ante las críticas de las personas?
Alexandra les sonrió cuando los vio acercarse a la mesa donde se encontraba. Lleva un sencillo, pero lindo, vestido blanco que por mucho era tapado hacia marcar la figura de la italiana sin quitarle el toque elegante.
Carlos le devolvió la sonrisa y una vez en la mesa, le corrió la silla al ojiverde. Quien ya sonrojado, agradeció y se sentó sin siquiera mirar a su amiga sabiendo la expresión que iba a darle.
—Pensé que iban a dejarme plantada. —ironizó la morena.
—Solamente demoramos cinco minutos, Alex. No seas dramática. —le contesto Carlos con su típico tono burlón.— hubieron cosas que nos hicieron tardar.
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Red Bull | Charlos ;
FanfictionEl gran error de Charles fue permitirse enamorarse de un piloto y uno del gran rival de su escudería favorita. 📍 C a p í t u l o s escritos con contenido de red social. 📍 A l t e r a c i ó n de muchas cosas.