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-No de nuevo por favor..

El sonido de la puerta ser abierta y cerrada sin el más mínimo aviso le alertó, giró sobre su estómago quedando recostado sobre respaldo de su cama.

-Félix...

Sonrió.

-Hola Cancelo.

Cancelo hizo una mueca.

-¿Por que no fue a la escuela hoy João?.-interrogó.

-Estaba enfermo.-respondió.

-Mientes

-¿Qué? ¿Por que lo hari- ¡¿Que haces?!

Gritó intentando safarse del agarre del menor, el cual estaba ahora sobre él, estaba demasiado cerca, Joder.

-Ayer que te fuiste da casa estabas perfectamente bien ¿Como podrías emfermarte así de la nada?

-No así de la nada Cancelo y ya sacate de encima o te dejo sin hijos.

-Oye, tranquilo viejo... ¡Auch! ¿Acaso eres sadomasoquista?.-cuestionó sobandose la cabeza donde había sido golpeado por el menor.

-No me digas viejo y habrá paz, y ¡sacate de encima Cancelo que me estas lastimando!

-Ya, ya perdón.-se disculpó sentándose sobre el colchón.- ¿Ya estas mejor entonces?

Félix asintió con un sonidito de afirmación. Cancelo sonrió.

-¿Me dejas tocarte un cachete?

El menor fruncio el ceño.

-¿Por que quieres tocarme un cachete?

-Por que parece suave.. y es gordito.. y redon- ¡Auch! ¡Félix no soy masoquista!

-¡Cerdo! ¡Depravado!.-gritó intentando esconder su sonrojo.- Mejor ve a tocarle el trasero a las chicas a mi déjame en paz João Cancelo

La risa del azabache lo dejo en estado de confusión.

-Así que chiste Félix, quiero tocar carne, no hueso.-dijo moviendo sus cajas de arriba a abajo, sugerente.

-¡Largo de mi habitación, João Félix!

-¡No, no! ¡Con la consola no!

nalgofilia ||ᶜᵃⁿᶜᵉˡⁱˣ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora