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Félix apretó la mandíbula mientras terminaba de guardar su ropa -anteriormente doblada- en su armario.

- Deja de mirarme el culo João -rompió el silencio anteriormente gobernante de la habitación, con un tono evidente de advertencia.

Cancelo se encogió de hombros divertido.
- Deja de ponerlo en mi campo de visión João Félix.

Félix se giró sobre sus talones para mirar al mayor notablemente fastidiado.

- Mira hacia otro lado entonces -sugirió, lanzando unos jeans sin una pizca de cuidado dentro del guarda ropa.

- No quiero.

El castaño bufó y el mayor río.

- João.

- João.

- No quiero -sonrió ladino, aprisionando su labio inferior entre sus dientes, dejándose caer hacia atrás en la cama reteniendo su peso con sus brazos por sobre detrás de su espalda.

- Cancelo -suspiro cerrando sus ojos en un intento por tranquilizarse - Por favor.

- Dime João -ánimo intentando no dejar salir una carcajada, molestar a su mejor amigo era muy divertido.

Félix abrió lentamente los ojos, más calmado, mirando fijamente al chico frente a él.

- Deja de- ¡Mirame a los ojos cuando te hablo! -reclamó una vez siguió la mirada del menor el espejo a su espalda notando -para su vergonzosa existencia- que Cancelo miraba su trasero en el reflejo.

- Tu culo es más bonito.

- ¡Cerdo! ¡Pervertido de mierda! ¡Largo de mi casa!

Comenzó a gritar lanzando lo primero me estuviese a alcance contra Cancelo, que a duras penas logró salir de la habitación con vida.

Uff, que caliente era su mejor amigo cuando se enojaba.

nalgofilia ||ᶜᵃⁿᶜᵉˡⁱˣ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora