⁰⁴

858 76 6
                                    

-Por favor, por favor, por favor..-insistía el azabache.-Por fis Félix, solo una vez, prometo no tocar, palabra de hombre.-aseguró llevando su mano izquierda hasta su pecho.

-El corazón es del otro lado Cancelo...

-No importa, ¿entonces si?

-No te dejaré tocar, ni ver mi trasero, ya te lo dije muchas veces y por más que preguntes una y otra vez mi respuesta siempre será la misma.-sentenció, tomando sus cosas de sobre la mesa se levantó dispuesto a retirarse del lugar.-Me iré a casa ahora Cancelo, nos vemos mañana.

-Te acompaño a tu casa.-propuso.

-Cancelo vivo enfrente.-Le recordó.

El mayor pareció avergonzado por a ver olvidado ese pequeñísimo-gran- detalle.

-E-entonces te acompaño a la salida Félix...

Félix río con gracia negando levemente.

-Puedo ir sólo, conozco el camino.

Se inclinó un poco quedando a la altura del mayor, que aún estaba sentado en el suelo, y dejo un casto beso sobre su mejilla dejándole en estado de shock.

-Hasta mañana Cancelo.-Le dio una última sonrisa cuadrada mostrando sus blancos y relucientes dientes y abandonó el lugar.

-Hasta mañana Félix..-murmuró aún hipnotizado.

¡Mierda! ¡¿Como carajos se respira?! João Félix le ha dado un beso, en la mejilla, ¡Pero era un beso! Joder.. parecía un adolescente puberto y no un chico casi adulto de diecinueve años.

Es el efecto João Félix.

nalgofilia ||ᶜᵃⁿᶜᵉˡⁱˣ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora